Linea de tiempo
Zejariá
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1
Los caballos
Las visiones de Zejaria
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2
Los cuernos y el hombre que tenía en su mano un cordel de medir
Las visiones de Zejaria
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3
Iehoshúa el Sumo Sacerdote
Las visiones de Zejaria
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3
Iehoshúa el Sumo Sacerdote
Las visiones de Zejaria
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4
El candelabro y Zerubabel
Las visiones de Zejaria
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5
El rollo, la Efá y las mujeres
Las visiones de Zejaria
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6
Los carros y la elaboración de coronas
Las visiones de Zejaria
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7
La cuestión de los ayunos y la respuesta del profeta
La comitiva de Babel y la respuesta del profeta
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8
Profecía de redención
La comitiva de Babel y la respuesta del profeta
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9
Castigo a los pueblos y salvación
castigo a los pueblos y salvación
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10
Salvación para Iosef y Iehudá
castigo a los pueblos y salvación
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11
Castigo a los pueblos y el episodio del pastor
castigo a los pueblos y salvación
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12
Castigo para aquellos que acechan a Ierushalaim
castigo a los pueblos y salvación
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13
La eliminación de los profetas falsos
castigo a los pueblos y salvación
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14
La guerra de Dios contra los pueblos en Ierushalaim
castigo a los pueblos y salvación
lior
Zejariá 8 Versículo 1
Y fue la palabra del Señor de los ejércitos, diciendo:
Don Isaac Abarbanel hace una breve introducción a este capítulo diciendo que, con anterioridad, en Jagai 1:3, ya había explicado cuál era el plan Divino con el retorno del pueblo de Israel a Su tierra y la construcción del Templo. Lo primero que recalca es que lo que motivó la destrucción del primer Templo y el exilio del pueblo fue que el pueblo cometía idolatría, asesinatos y todo tipo de relaciones sexuales prohibidas por la Tora; además de estas cosas, hubieron otras transgresiones que los profetas mencionan, como ser: la falta de observancia del Shabbat y el año sabático, como así también la falta de justicia que imperaba en Jerusalem.
Es por eso que fueron exiliados a Babel y permanecieron allí conforme al número de años sabáticos que no habían observado en la tierra de Israel. El objetivo, con este exilio, era que el pueblo recapacite, se arrepienta y cambie su actitud, que ruegue a Dios y que quieran volver a ir en Sus caminos y de esa forma, Dios los perdone y que la Presencia Divina vuelva a morar entre ellos.
Al ser que durante el tiempo que estuvieron en Babilonia, el pueblo no solo que no volvió a Dios con todo su corazón, sino que, por el contrario, se alejaron más de Sus caminos y Su Tora, pues no disponían de escuelas ni sinagogas, en donde estudiar y así poco a poco, se fueron olvidando de todo, hasta de su propia lengua, y se fueron casando con mujeres paganas y asimilándose más y más.
Ante esta situación, Dios los hace retornar a Israel, a pesar que aún no estaban en el nivel de merecerlo y para predisponerlos a que hagan el cambio necesario y evitar que se pierdan completamente en la cultura persa, los hace regresar a Jerusalem, que la reconstruyan y que construyan el Templo, de esa forma, volverán a conectarse con sus valores, estudiar sus raíces y volver a sus creencias ancestrales. A esto es lo que se refiere el profeta Irmiahu en 29:10-14 Pues así dice el Señor: Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, Yo os visitaré y cumpliré Mi buena palabra de haceros volver a este lugar. Porque Yo sé los planes que tengo para vosotros palabra del Eterno, pues son planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y Yo os escucharé. Me buscaréis y Me encontraréis; cuando Me busquéis de todo corazón. Me dejaré hallar por vosotros palabra del Eterno.
Este es el orden: serían recordados para bien, y vueltos a la tierra de Israel; esto no quiere decir que fueron perdonados y que el pacto con Dios quedará restaurado, sino que es una preparación, serían instalados en un lugar en donde no sea tan hostil hacia su judaísmo y allí deberán hacer su esfuerzo por acercarse a Dios y volver a Su camino, es por eso que dice: Me invocaréis, y vendréis a rogarme ese es el motivo por el cual era imperiosa la necesidad de construir el Templo, pues eso sería un paso necesario para poder implorar a Dios y entonces retornar los demás remanentes del pueblo a la tierra de Israel y se asienten en ella y sean perdonados.
Así Dios lo dice en Debarim capítulo 30: 1 al 10 Y acontecerá, cuanto todas estas cosas te sobrevinieren, la bendición y la maldición que puse ante ti, y pondrás en tu corazón (recapacitarás) entre los pueblos que Dios te haya arrojado, 2. Y volverás al Eterno Tu Dios y escucharás Su voz, tú y tus hijos con todo tu corazón y con toda tu alma. 3. El Eterno te hará volver de tu cautiverio, y se apiadará de ti y te recogerá del seno de los pueblos a donde Él te ha dispersado. 4. Incluso si tus desterrados estuvieren en el extremo del cielo, de allí mismo, el Eterno, tu Dios, habrá de recogerte. 5. Y te traerá a la tierra que conquistaron tus padres, y la poseerás, y será benévolo contigo y hará que te multipliques más que tus padres. 6. Y el Eterno tu Dios, circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que, amando al Eterno con todo tu corazón y con todo tu ser, tengas larga vida. 7. Entonces el Eterno, Tu Dios, volverá todas esas maldiciones contra vuestros enemigos y contra todos aquellos que te aborrecen y te persiguieron. 8. Al retornar tú al Eterno, y escuchar Su voz y cumplir todos los preceptos que hoy te ordeno. 9. El Eterno, tu Dios te colmará de bendiciones en toda obra de tus manos. En el fruto de tu cuerpo, en el fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra. Así el Eterno volverá a regocijarse en ti tal como lo hizo con tus padres. 10. Eso ocurrirá si obedecieres la voz del Eterno vuestro Dios, cumpliendo sus mandatos y estatutos que están escritos en este libro de la Torá y volvieres al Eterno con todo tu corazón y con toda tu alma. De aquí vemos claramente que a pesar que retornen a la tierra de Israel, aun queda mucho por hacer y recién después viene el bienestar total de paz y abundancia.
Si prestamos atención, a lo largo del presente capítulo de Zejariá se recuerdan muchas de las cosas que fueron mencionadas en el texto de Debarim arriba citado.
Malvim comenta que, luego de que Dios les explicara que los ayunos por sí solos no conducirían a que Dios se volviera a ellos sino, más bien lo que haría que Dios los perdone sería que desaparezcan las causas que motivaron el enojo de Dios, y que habían sido mencionadas por los profetas, entonces les revela que, en caso que ellos se conduzcan con justicia y bondad, entonces, este Templo que están construyendo, volverá a disponer de toda la gloria que gozaba el anterior, y Dios volverá a habitar entre ellos y les otorgará Su bendición.
Zejariá 8 Versículo 2
Así dice el Señor de los ejércitos: He celado a Sion con gran celo, y con gran furor la he celado.
Tal como hemos mencionado anteriormente, si bien Dios se había enojado con su pueblo y contra la ciudad de Jerusalem a causa de sus pecados, no obstante, los enemigos se han comportado con extrema maldad y violencia contra ella y sus habitantes, es por eso que Dios los castigará por ese exceso de perversidad.
Tanto Abarbanel como Malvim recalcan que, a pesar de haber dicho anteriormente que Dios no escuchará sus invocaciones, no obstante, al ver Dios la maldad con que se han comportado los demás pueblos con ellos, precisamente por ello, salvará a Su pueblo de entre las garras de sus enemigos.
Daat Mikrá dice que, si bien aquella generación aun no eran meritorios de que Dios actúe por ellos, no obstante, por el honor de Sion Él actuará, es decir, para que no sea profanado Su glorioso Nombre entre las naciones.
Dos veces dice celar: una por la destrucción de Jerusalem y la segunda por el mal trato que los demás pueblos le han propagado a Israel.
Zejariá 8 Versículo 3
Así dice el Señor: Volveré a Sion y en medio de Jerusalem moraré. Y Jerusalem será llamada “Ciudad de la Verdad” y el monte del Señor de los ejércitos: “Monte Santo”.
Metzudat David dice que ya habían sido asentados en el monte de Sion los que regresaron del exilio, es por eso que dice: Volveré a Sion, y cuando dice: en medio de Jerusalem moraré, se refiere a que volverá a habitar en el Templo de Jerusalem. Todo esto, siempre y cuando el pueblo transite por los caminos de justicia y bondad que había mencionado en el capítulo anterior, y si así actúan, entonces Jerusalem será llamada “Ciudad de la Verdad” y al hacer posar la presencia Divina en el monte del Templo, éste será llamado: “Monte Santo”
Radak, sostiene que no se refiere solamente a Jerusalem, sino que esto será en toda la tierra de Israel, y si bien fue nombrado específicamente Jerusalem, esto se debe a que es la ciudad principal de Israel. Y el Templo ya no volverá a ser profanado por los paganos, es por eso que se llamará “Monte Santo”
Cabe recalcar, que, en hebreo, cuando se dice “Ir Hakodesh” que normalmente se lo suele traducir, incorrectamente como: Ciudad Santa en realidad debe ser traducido como: Ciudad del Santuario, pues allí estaba asentado el Santuario de Dios, y eso es lo que le daba importancia y singularidad a la ciudad de Jerusalem, de esa misma manera, cuando dice “Har Hakodesh” no debe traducirse como monte santo, sino que sería más correcto traducir: Monte del Santuario.
Malvim expresa una idea similar, solamente que exige del pueblo una conducta correcta y equitativa y con respecto a los sacerdotes, también espera de ellos un comportamiento ejemplar.
Mas aun, Malvim agrega que los próximos versículos serán una respuesta a los 7 puntos que fueron expuestos en la explicación del versículo 3 del capítulo anterior, pues los judíos de Babel se preguntaban si realmente debían considerar al templo como reconstruido y operante, o tal vez aun no debía dársele ese estatus. Entre las cosas que ellos argumentaban es que:
Ellos veían que la presencia Divina no estaba posada sobre este segundo Templo, como lo había estado en el primer Templo, en donde se podían presenciar varios milagros que ocurrían en él.
Aun estaban bajo el dominio Persa, y no habían adquirido su independencia, por lo tanto no se podría hablar de una redención completa mientras aún siguen siendo súbditos de un emperador pagano y sujetos a sus caprichos y leyes.
Aún no habían regresado los judíos de los cuatro rincones de la tierra hacia Israel, sino que, tal como sucede hoy en día, la mayoría del pueblo judío persiste en vivir en la diáspora.
Observaban que la tierra de Israel aun no proporcionaba frutos ni cosechas en abundancia, sino que apenas alcanzaba para alimentarse.
El pueblo judío, aun continuaba siendo oprimido y avergonzado por parte de los demás pueblos, prueba de ello era que los pueblos aledaños a Jerusalem, constantemente hostigaban, difamaban y acusaban a los judíos ante el emperador persa para que éste ordene la detención de la construcción del Templo.
La totalidad de la tierra de Israel no había sido recuperada, sino que aún estaba en manos de otros y era habitada por otros pueblos paganos.
Aún no había un rey de la dinastía de David reinando sobre los judíos, tal como las profecías de la redención auguraban.
Así, con lo que acaba de decirles en este versículo, les afirma que la presencia Divina volvería a estar en el Templo, pero dependía de la actitud del pueblo y los cohanim. En los próximos versículos irá respondiendo a cada una de estas dudas arriba mencionadas.
Zejariá 8 Versículo 4
Así dice el Señor de los ejércitos: Aún se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalem, cada uno con su bastón en la mano a causa de sus muchos días.
Radak explica que en este capítulo abundan las palabras de consuelo y de profecías buenas, es por eso que, ante cada una de ellas menciona el Nombre de Dios, para reforzarla y que sea creíble por el pueblo y no que las consideren palabras propias que el profeta les dice para levantarles el ánimo.
Para poder entender plenamente la magnitud de estas palabras y porque habla justamente de ancianos con bastones en sus manos, es importante poder entenderlas en el contexto histórico en que fueron mencionadas.
Zejariá vivió en la época del exilio, en que Jerusalem estaba desolada, en sus ruinas solo se escondían villanos y malhechores; el pueblo de Israel había sido diezmado, sus hombres jóvenes habían sido aniquilados por los babilónicos, y el resto del pueblo llevados prisioneros encadenados. Por lo tanto, hablar de hombres y mujeres que lleguen a una edad avanzada, era algo poco usual para aquella época. Sin embargo, el profeta, vaticina, días en que los hombres y las mujeres del pueblo de Israel vivirán una vida plena llena de salud y llegarán a una avanzada longevidad, es por eso que recalca que andarán con bastón, pues a pesar de estar avanzados en años, eso no los mantendrá postrados en sus camas, sino que continuarán caminando y saliendo a la calle. Y no serán uno ni dos, sino que serán muchos.
Por otro lado, a diferencia de aquella época, en que la ciudad estaba en ruinas, sin murallas, era bastante peligroso deambular por las calles de la ciudad, sin embargo, el profeta, les presagia que, en el futuro, la ciudad de Jerusalem estará segura, hasta el punto tal que, aun los ancianos, que son gente más débil y que no pueden protegerse por sí solos, aun ellos, no temerán de caminar y sentarse en las calles de Jerusalem.
Don Isaac Abarbanel, dice que esto era justamente a causa de que los judíos de Babilonia sostenían que en Babilonia la vida era más saludable y llegaban a una entrada vejez, es por eso que recalca que, al contrario de lo que ellos pensaban, en Jerusalem la vida será muy saludable, y estará llena de gente.
Malvim, dice que esto vine para quitarles la duda, que ya no serán más un pueblo sometido, sino que, podrán caminar libremente por las calles de sus ciudades sin temer de nadie.
Zejariá 8 Versículo 5
Y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que jugarán en sus calles.
Las calles se llenarán de niños, pues se multiplicarán mucho las familias, y la ciudad estará llena de vida y alegría, junto con paz y tranquilidad, lo que permitirá que los niños y las niñas deambulen sin ningún temor.
Esto es un gran contraste con respecto a lo que nos relata en Nejemiá 4:6-9 Y sucedió que cuando los judíos que habitaban cerca de los demás pueblos vecinos, vinieron y nos advirtieron diez veces: Subirán contra nosotros de todo lugar adonde os volváis. Entonces aposté hombres en las partes más bajas de la ciudad, detrás de la muralla y en los sitios descubiertos; aposté al pueblo por familias con sus espadas, sus lanzas y sus arcos. Cuando vi eso, me levanté y dije a los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: No temáis de ellos; recordad al Eterno, grande y temible, y luchad por vuestros hermanos, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas.
Sin embargo, el profeta les vaticina que, en el futuro, esa situación se revertirá y los niños jugaran felices en las calles sin temor alguno.
Zejariá 8 Versículo 6
Así dice el Señor de los ejércitos: Si en aquellos días esto pareciere muy difícil a los ojos del remanente de este pueblo, ¿Acaso eso será también muy difícil a Mis ojos? declara el Señor de los ejércitos.
Radak señala, que, el hecho que a los oídos del pueblo les suene un poco difícil que las palabras del profeta se puedan cumplir, a causa de la situación reinante en aquel momento, no obstante, Dios les dice que Él comprende que para ellos esto sea un tanto difícil de que pueda ocurrir, pero para Él no hay nada que sea difícil y Él puede mover los hilos de la historia para que se acomoden a Sus pensamientos y designios. Pues ¿Quién podía imaginarse que el emperador de Persia, cuyo primer ministro Hamán, el malvado, había querido aniquilar a todos los judíos del imperio, ahora ese mismo emperador se torne hacia los judíos y les brinde autonomía y protección?
Zejariá 8 Versículo 7
Así dice el Señor de los ejércitos: He aquí, salvaré a mi pueblo de la tierra del oriente y de la tierra donde se pone el sol;
El comentarista Ibn Ezra explica que cuando dice: la tierra del oriente se refiere a la zona de Babilonia y Asia, probablemente la zona a donde fueron exiliadas las 10 tribus de Israel, y cuando dice: la tierra donde se pone el sol se refiere a la zona de Egipto, África y Europa.
Zejariá 8 Versículo 8
y los traeré y habitarán en medio de Jerusalem; y ellos serán Mi pueblo y Yo seré su Dios en verdad y en justicia.
Los comentaristas señalan que cuando dice: en medio de Jerusalem, no se refiere a que todos habitarán allí, pues no habrá lugar para todos en Jerusalem, sino que se refiere, a que, en el futuro, la ciudad de Jerusalem será heredad de todo el pueblo de Israel, no como hasta ese momento que pertenecía al reino de Yehudá solamente.
Radak agrega que Jerusalem será la ciudad en donde se asentará el Mashiaj y el santuario de Dios, y ellos son la esencia del pueblo.
Por cuanto que el pueblo circuncidará su corazón, tal como había dicho antes, entonces, ahora serán nuevamente considerados el pueblo de Dios, y de esa manera, Dios habitará entre ellos y los protegerá, tal como lo hizo en el pasado, de esta forma el pacto entre el pueblo y Dios estará renovado. Pero todo esto será factible, siempre y cuando el pueblo obre con verdad, justicia, bondad y misericordia. Tal como dice Malvim: verdad se refiere en todo aquello que tiene que ver entre el hombre y Dios y Justicia, se refiere a todo aquello que corresponde entre el hombre y su prójimo.
Zejariá 8 Versículo 9
Así dice el Señor de los ejércitos: Sean fuertes vuestras manos, vosotros que escucháis en esos días estas palabras de la boca de los profetas, los cuales hablaron el día en que se pusieron los cimientos de la casa del Señor de los ejércitos para la reedificación del templo.
Rashí explica que Dios insta al pueblo para que construyan el Templo y no se atemoricen ante las amenazas de los pueblos que los rodean ni ante el desdén de los mismos judíos que menospreciaban la obra diciendo que no se asemejaba en gloria y tamaño a lo que fue el primer Templo.
Es lo que dice Jagai 2:3-5 que profetizó, tal como la presente profecía de Zejariá, también en el año segundo de Darío: ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto este templo en su gloria primera? ¿Y cómo lo veis ahora? Tal como está, ¿no es como nada a vuestros ojos? Pero ahora, esfuérzate, Zerubabel palabra del Señor, esfuérzate tú también, Ieshúa, hijo de Iotzadac, sumo sacerdote, y esforzaos todos vosotros, pueblo de la tierra palabra del Señor y haced, porque Yo estoy con vosotros palabra del Señor de los Ejércitos. Conforme a la promesa que os hice cuando salisteis de Egipto, Mi Espíritu permanece en medio de vosotros; no temáis. Y Jagai 1:8 Subid al monte, traed madera y reedificad el Templo, para que Me complazca en él y sea glorificado dice el Eterno. Es decir, a pesar que este segundo Templo no se construirá con la gloria y la pompa del primero, en donde se traían maderas selectas desde el Líbano y los mejores materiales, aquí Dios enfatiza que lo importante es construirlo, a pesar que no cuenten con los materiales más sofisticados, es por eso que les dice que lo hagan con madera sencilla, de los bosques cercanos.
Metzudat David dice que este versículo es precisamente para reconfortar al pueblo de Jerusalem, pues al escuchar lo que los delegados de Babilonia dijeron acerca del Templo y de su duda con respecto a si se lo debería considerar como el primer santuario o solamente como un lugar de rezo más como los demás, entonces decayó mucho la moral de aquellos hombres que se esforzaban en la construcción del Templo. Es por eso que Dios les pide que sean fuertes y que no presten atención a aquellas palabras.
Y cuando dice: escucháis en esos días estas palabras de la boca de los profetas, se refiere a que, así como se cumplieron las palabras de los profetas que vaticinaron la construcción del Templo, así se cumplirán todas aquellas buenas profecías que les decía en ese momento Zejariá.
Radak agrega, que al escuchar el pueblo, todas estas palabras de consuelo y buen augurio por parte de Dios, eso fortalecerá las manos de los que construyen el Templo y los llenará de valentía para concluir la obra, pues ellos pudieron corroborar que, desde que comenzaron las obras, la bendición de Dios fue con ellos tal como había dicho Jagai 2:18 y 19 Pero considerad bien esto desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno; desde el día en que se pusieron los cimientos del Templo del Señor, considerad bien ¿Acaso hay aun semilla en el granero? Todavía la vid, la higuera, la granada y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy Yo os bendeciré.
Zejariá 8 Versículo 10
Porque antes de aquellos días no había recompensa para hombre ni paga para el ganado; y no había paz para el que salía o entraba a causa del enemigo, y puse a todos los hombres unos contra otros.
Se refiere a que, todo tiempo que no fue concluida la construcción del Templo, la bendición de Dios no recaía sobra la tierra de Israel, pues a diferencia de otras tierras en donde abundan las lluvias o que poseen grandes ríos como el Nilo en Egipto o el Éufrates en Babilonia, la tierra de Israel precisa de las lluvias para adquirir agua, y tal como la Tora lo afirma, las lluvias son controladas por Dios y Él las derrama sobra la tierra cuando el pueblo de Israel va en Sus caminos, tal como dice en la oración del Shema Israel que el pueblo de Israel repite dos veces cada día: Guárdense, no sea que los engañe vuestro corazón y se desvíen y sirvan a otros dioses y se postren ante ellos. Entonces la ira del Señor se encenderá contra vosotros y cerrará los cielos y no habrá lluvias y la tierra no dará su fruto y se perderán prontamente en la buena tierra que el Señor les da.
Es por eso que, en aquellos días, en que todavía no se acabada de construir el Templo, no recaía aun la bendición de Dios y a pesar de que los hombres trabajaban arduamente el campo, éste producía escasas cosechas, que apenas alcanzaba para alimento de los hombres o del ganado. Y tampoco el ganado producía demasiada leche o lana, ni tampoco se multiplicaba, de forma tal, que tampoco se justificaba criar animales. Esto ocasionaba que el pueblo debía endeudarse para poder comprar alimento y arreciaba tanto la situación, que hasta llegaban a tener que vender sus campos o entregar a sus hijos e hijas como esclavos para poder pagar las deudas, lo que provocaba gran dolor y pleito en el pueblo, tal como nos relata en Nejemiá capítulo 5: Y hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quienes decían: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas somos muchos; por tanto, que se nos dé trigo para que comamos y vivamos. Había otros que decían: Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano, a causa del hambre. También había otros que decían: Hemos pedido dinero prestado para el impuesto del rey sobre nuestros campos y nuestras viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, y nuestros hijos como sus hijos. Sin embargo, he aquí, estamos obligando a nuestros hijos y a nuestras hijas a que sean esclavos, y algunas de nuestras hijas ya están sometidas a servidumbre, y no podemos hacer nada porque nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros.
Malvim y Daat Mikrá explican que cuando dice: para el que salía o entraba a causa del enemigo y puse a todos los hombres unos contra otros. se refiere a que, si alguno lograba prosperar, aunque sea un poco y salía a vender sus mercancías o las traía del campo a su casa, era víctima de robos y asalto por parte de los demás, pues al no tener lo que comer, acudían al asalto y robo para alimentar a su familia.
Algo parecido a lo que dice Zejariá, es lo que vaticina el profeta Jagai en esa misma época: Ahora pues, así dice el Señor de los Ejércitos: Considerad vuestros caminos… Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no hay suficiente para que os saciéis; bebéis, pero no hay suficiente para que os embriaguéis; os vestís, pero no lográis calentaros; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota Esperáis mucho, pero he aquí, hay poco; y lo que traéis a casa, yo lo aviento. ¿Por qué? declara el Señor de los Ejércitos. Por causa de Mi casa que está destruida, mientras que vosotros corréis cada uno a vuestra casa. Por tanto, sobre vosotros, los cielos no darán su rocío ni la tierra dará su fruto. Y llamé a la sequía sobre la tierra, sobre los montes, sobre el trigo, sobre el mosto, sobre el aceite, sobre lo que produce la tierra, sobre los hombres, sobre el ganado y sobre todo el trabajo de vuestras manos Y Zerubabel hijo de Shealtiel, y Ieshúa hijo de Iotzadac el sumo sacerdote, y todo el remanente del pueblo, obedecieron la voz del Eterno, su Dios y las palabras de Jagai el profeta, tal como el Señor su Dios lo había enviado. Y temió el pueblo a causa del Señor.
Malvim, dice que este versículo viene contra el cuarto punto de los siete argumentos que plantearon los enviados de Babilonia pues ellos observaban que la tierra de Israel aun no proporcionaba frutos ni cosechas en abundancia, sino que apenas alcanzaba para alimentarse. Es por eso que les recalca que todo eso fue producto de que no habían construido el santuario, pues la bendición proviene de Dios, y si Él no está con ellos no verán bendición.
No debemos olvidar que, si bien el rey Koresh había dado la orden de reconstruir el Templo, aproximadamente unos 52 años luego del exilio, a causa de falsas acusaciones de los pueblos vecinos, la obra fue interrumpida durante 18 años; precisamente hasta esta época en que habla Zejariá, es decir el segundo año de Darío.
Zejariá 8 Versículo 11
Pero ahora Yo no trataré al remanente de este pueblo como en los días pasados, declara el Señor de los ejércitos.
Los comentaristas explican que el profeta les asegura, que al ser que ellos habían comenzado con la continuación de la obra. luego que estuvo detenida durante 18 años, entonces, Dios cambiará Su actitud hacia ellos y les proveerá bendición y abundancia.
No se trata de que Dios ha cambiado de opinión, sino que al ser que el pueblo cambia sus caminos y se aboca de lleno a la construcción del santuario para que Dios habite entre ellos, entonces son merecedores de recibir la bendición de Dios. Pues ahora ellos demuestran que “quieren” la cercanía de Dios, entonces Dios les responde de la misma manera, y también Él se acerca a Su pueblo y lo protege.
Zejariá 8 Versículo 12
Porque habrá semilla de paz: la vid dará su fruto, la tierra dará su producto y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo herede todas estas cosas.
Cuando hay prosperidad en la sociedad, en donde la gente pueda trabajar y puede disfrutar del fruto de su trabajo, esa es la mejor garantía para que reine la paz.
Esto es justamente lo contrario de los que dijo en el versículo 10, la situación será completamente distinta, y esto también está asegurado en la Tora, tal como dice en el Shemá Israel: Y será que si escuchar escucharen Mis preceptos, los que Yo les prescribo a ustedes hoy, para amar al Eterno, vuestro Dios, y servirlo con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma; entonces daré las lluvias en su tiempo, la temprana como la tardía, y recogerás tu cereal, tu vino y tu aceite. Y daré pasto en tu campo, para tu ganado; comerás y te saciarás.
Los comentaristas afirman, que toda esta bendición, Dios la asegura para los habitantes de la tierra de Israel, y no para los que decidieron permanecer en el exilio.
Zejariá 8 Versículo 13
Y sucederá que tal como fuisteis maldición entre las naciones, casa de Yehudá y casa de Israel, así os salvaré para que seáis bendición. No temáis, mas sean fuertes vuestras manos.
Los judíos históricamente siempre fueron objeto de burla y menosprecio en todos las ciudades y reinos a los que fueron exiliados. Se los degradó y se los trató como lo más bajo del estrato social, hasta el punto de ser considerado un insulto si alguien confundía a un gentil con un judío. Los judíos, no podían ejercer cargos públicos, aun la mayoría de las profesiones estaban prohibidas ser ejercidas por judíos, que solo tenían acceso a empleos u ocupaciones de bajo rango o de poco valor dentro de la sociedad.
No obstante, el pueblo judío, siempre supo extraer algo positivo aun de las experiencias más amargas, y es precisamente cuando está sumergido en medio de toda esa opresión que surgen las mentes más brillantes del pensamiento judío y cuando más sale a relucir sus elevados valores morales, misericordia y ayuda social, haciéndolos más humildes y dóciles a recibir a Dios y Sus mandamientos verdaderos de paz y armonía.
Un buen ejemplo de esto es lo que un luchador de los Guetos de Varsovia escribió antes de morir:
Escribo estas líneas recostado en el suelo; alrededor de mí yacen muertos mis camaradas. A menos que mi cara sea comida por las llamas, una sonrisa similar a la de ese niño podría quedar grabada en ella después de mi muerte. Mientras tanto, aún vivo, y antes de morir, quiero hablar a mi Señor como un hombre viviente, una simple persona viva que tuvo la grande pero trágica suerte de ser judío. Estoy orgulloso de ser judío, no a pesar del trato que el mundo nos dispensa, sino precisamente debido a este trato. Me avergonzaría pertenecer al pueblo que engendró y crió a los criminales responsables de los hechos que se han perpetrado contra nosotros. Estoy orgulloso de ser judío, porque es un arte ser judío, porque es difícil ser judío. No es ningún arte ser inglés, americano o francés; quizás sea más fácil, más cómodo, ser uno de ellos, pero no es más honorable. Sí, soy feliz de pertenecer al pueblo más infeliz del mundo, cuyos preceptos representan lo más elevado y bello de la moralidad y de las leyes. Se nace judío tal como se nace artista, es imposible renunciar a ser judío.
Creo en Tí, Dios de Israel, a pesar de todo lo que has hecho para que no creyese más en Tí.
Creo en Tus leyes aun cuando no puedo comprender Tus acciones.
La muerte no puede esperar más; desde los pisos encima de mí, el tiroteo se debilita a cada minuto que pasa, los últimos defensores de esta fortaleza están cayendo, y con ellos caen y perecen los Jasidim, judíos de Varsovia, Yeré Elokim, -temerosos de Dios.
El gobierno nazi ignoró la participación y la lealtad de los judíos que lucharon por la «madre patria» Alemania durante la primera guerra mundial. Ignoraron la contribución de científicos y médicos judíos, y otros hombres de ciencia y artes que contribuyeron enormemente para que la Alemania pre nazi fuera uno de los países más avanzados de Europa. Los reyes españoles ignoraron la contribución de los judíos en los campos de medicina (piensen en Lorenzo Badoz, el médico de la reina), astronomía y navegación (Rab Abraham Zacuto) y especialmente en el área del comercio y economía (Don Isaac Abarbanel ministro de finanzas de los reyes católicos).
Hoy en día, el mundo ignora sistemáticamente las enormes contribuciones del estado de Israel al mundo moderno. Israel se destaca en los campos de medicina, tecnología, agricultura, computación, óptica, irrigación, etc, etc. Pero en lugar de que Israel sea el país más admirado del mundo, por sus increíbles contribuciones a la humanidad a pesar de ser el único país cuya existencia está amenazada, Israel – el judío entre las naciones- es según la BBC, el país que «más amenaza la paz mundial».
Irónicamente, no hay institución en el mundo donde el antisemitismo se practique más abiertamente que en las Naciones Unidas. Hasta 2013, Israel ha sido condenado en 45 resoluciones por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Desde su creación en 2006, este Consejo ¡ha promulgado más resoluciones condenando a Israel, que al resto del mundo combinado! Otro ejemplo: la Comisión de las Naciones Unidas que protege la Condición de la Mujer emitió un informe condenando a un solo país por su maltrato a la mujer: ¡Israel! Pero el colmo, es que, países como Arabia Saudita, Corea del Norte, Irán, y otros países, en donde es conocida su política de segregación femenina y falta de derechos elementales, fueron ellos los países que más ferviente y eufóricamente condenaron a Israel acusándolo falazmente y difamándolo como país que maltrata a las mujeres y viola los derechos básicos de los individuos.
En la Parsahat Ki-Tabó la Torá se refiere brevemente, con una sola palabra, a un elemento clave en el antisemitismo. Nos dice que los egipcios, antes de castigarnos con trabajos forzados, nos dañaron vayareu otanu (וירעו אותנו המצרים ויענונו). Esta sofisticada palabra hebrea: vayareu se suele traducir por «nos dañaron» o «nos hicieron mal». Pero hay otra posible lectura, sin forzar la delicada semántica de este término. En lugar de traducir «nos hicieron mal», este versículo nos está diciendo algo más profundo: los egipcios «nos hicieron malos», es decir, «nos hicieron ver maquiavélicos» o «nos demonizaron». Hablaron mal de nosotros y nos acusaron falsamente, para luego justificar perseguirnos, matarnos, destruirnos, etc.
El Faraón nos demonizó al sugerir que los judíos, en Egipto se enriquecieron robando a los egipcios, o que, por ser un pueblo separado, los judíos éramos de dudosa lealtad, y de seguro, no dudaríamos de aliarnos a los enemigos de Egipto.
La demonización y tiranización de los judíos fue, y lamentablemente sigue siendo, el primer paso del proceder antisemita. Durante siglos los judíos fuimos culpados de los más horrendos y ridículos crímenes: envenenar pozos de agua, matar dioses, matar niños para comer su sangre, crear y propagar pestes y epidemias mortíferas, etc. Algunas de estas acusaciones, increíblemente, se siguen propagando hasta el día de hoy.
Volviendo a nuestro versículo, Don Isaac Abarbanel y Malvim nos recuerdan que, tal como citamos anteriormente en el versículo 3, este era el quinto argumento que plantearon los delegados de los judíos de Babel: El pueblo judío, aun continuaba siendo oprimido y avergonzado por parte de los demás pueblos... Es por eso que inmediatamente nos dice: os salvaré para que seáis bendición Y esto se ha cumplido con creces, si observamos los grandes aportes con que el pueblo judío ha enriquecido a la humanidad, ya sea en el ámbito de la medicina, económica, química, física, psicológica, filosofía, tecnología, etc. etc.
Cuando dice: no temáis, sean fuertes vuestras manos se refiere a que no se dejen decaer por los comentarios de sus hermanos de Babilonia ni por los pueblos hostiles de su alrededor, sino que continúen construyendo el Templo con todas sus fuerzas.
Zejariá 8 Versículo 14
Porque así dice el Señor de los ejércitos: Tal como me propuse haceros mal cuando vuestros padres Me hicieron enojar, dice el Señor de los ejércitos, y no Me he arrepentido,
Radak explica, que tal como Dios les mandó el castigo merecido por las malas acciones y maldades del pueblo, a pesar que Él no se complace con ello, tal como lo señaló en repetidas ocasiones la Tora, pues Dios no se complace con la muerte del malvado, sino que quiere que el malvado se vuelva de su mal camino, entonces aquí les recalca que, si aun aquellas cosas que no se complace con ellas, Él cumplió lo que les había profetizado, mucho más cumplirá aquellas cosas buenas que Él les promete.
Malvim, revela, que cuando Dios decreta algo malo contra el pueblo de Israel, siempre es condicional, es decir, eso será así en caso de que no enmienden su mala conducta. En otras palabras, Dios espera que con esa dura advertencia será suficiente para que el pueblo cambie de actitud y no haga falta castigarlos, tal como un padre que reprende y advierte a su hijo que tendrá un duro castigo en caso de comportarse mal. De seguro, el padre no pretende castigarlo, sino que espera que con esa amonestación que su hijo se abstenga de portarse mal y con ello no haga falta aplicar ningún castigo.
No obstante, a veces, el castigo es sumamente necesario, pues es lo que ayuda a lograr un cambio drástico, que de otra manera no se alcanzaría o que demoraría muchos años alcanzarlo y en el interín muchos sufrirían a causa de ello; es por eso que cuando es así, Dios es firme y no se vuelve del mal que les había advertido a causa de sus actos. Los sabios ilustran este complejo pensamiento mediante una hermosa fabula:
Un maestro de sabiduría paseaba por un bosque con su discípulo cuando vio un sitio de apariencia pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas y de conocer a diferentes personas, y sobre las oportunidades de aprendizaje que estas experiencias nos brindan.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio. La casa era de madera y sus habitantes, una pareja y tres hijos, estaban vestidos con ropas sucias y rasgadas, y sin calzado. Entonces se aproximó al padre de familia y le preguntó:
-En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?
El señor, calmadamente, respondió:
-Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da leche todos los días. Una parte del producto lo vendemos o lo cambiamos por otros productos alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc. para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.
El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió se fue. En el medio del camino se volvió hacia su fiel discípulo y le ordenó:
-Busque la vaquita, llévela al precipicio de ahí enfrente y empújela al barranco.
El joven, espantado, cuestionó al maestro, recalcando el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden.
Así, empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años.
Un bello día el joven, agobiado por la culpa, resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar, contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, un auto en el garaje de la tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El joven preguntó por la familia que vivía allí hacía unos cuatro años. El señor respondió que seguían viviendo allí.
Espantado, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que había visitado hacía algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita):
- ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
El señor, entusiasmado, le respondió:
-Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora. Imagínese usted, qué hubiera sido de nosotros si la vaca no hubiese desaparecido…
Zejariá 8 Versículo 15
así me he propuesto en estos días volver a hacer bien a Jerusalem y a la casa de Yehudá. ¡No temáis!
Radak explica que los judíos que vivían en Jerusalem temían mucho de los pueblos de alrededor de que los ataquen, tal como lo expresa en el libro de Ezra 4:4 Entonces los demás pueblos debilitaban las manos del pueblo de Yehudá, y los hostigaban al edificar. Y contrataron contra ellos consejeros para disipar su consejo, todo el tiempo de Koresh rey de Persia, y hasta el reinado de Darío rey de Persia…
O en Ezra 5:1 Y, Jagai el profeta, y Zejariá hijo de Iddo, el profeta, profetizaron en nombre del Dios de Israel a los judíos que estaban en Yehudá y en Jerusalem. Entonces se levantaron Zerubabel hijo de Shealtiel, y Ieshua hijo de Iotzadac; y comenzaron a edificar la casa de Dios que estaba en Jerusalem; y con ellos los profetas de Dios ayudándoles. En aquel tiempo vino a ellos Tatenay, gobernador del otro lado del río, y Shetar Boznai y sus compañeros, y así les dijeron así: ¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa, y concluirla? Entonces les dijimos cuáles eran los nombres de los varones que edificaban esta casa. Mas los ojos de su Dios estaban sobre los ancianos de Yehudá, y no les permitieron interrumpir la obra hasta que el asunto llegue hasta Darío: y él se expida al respecto.
Malvim, en cambio, sostiene que el motivo por el cual les dice que no teman, es para explicarles que todo ese mal que les ha acaecido con el exilio, fue para su propio bien, tal como dijeron los profetas: entonces la tierra descansará sus años sabáticos y sus pecados serán expiados, es decir que todas aquellas consecuencias naturales de sus malos actos y costumbres que fueron corroyendo la sociedad, fueron arrancados de raíz y ahora podrá florecer un nuevo orden social, no corrupto e injusto como el anterior a la destrucción del primer Templo que ellos habían denigrado, sino un nuevo orden social lleno de justicia y bondad.
Don Isaac Abarbanel, dice que no menciona aquí a Israel, sino solamente a la casa de Yehudá, pues se refiere a aquellos que habían regresado del exilio de Babel mediante el edicto del rey Koresh, y ellos eran básicamente, los pertenecientes de la casa de Yehudá. No obstante, toda esta bendición, solo alcanzará a aquellos que hayan regresado del exilio y no a los que se quedaron en Babel.
Zejariá 8 Versículo 16
Estas son las cosas que debéis hacer: decid la verdad unos a otros, juzgad con verdad y con juicio de paz en vuestros portones,
No se refiere a como sostienen las personas laicas, que a Dios solo le interesa que hagan el bien entre ellos, es decir que los seres humanos se entiendan entre ellos y no se dañen unos a los otros y que los demás mandamientos que la Tora prescribe no son relevantes; pensar así es un gran error. Por supuesto que todos los preceptos que Dios otorgó en la Tora son importantes, tanto los que tienen que ver entre el hombre y su prójimo como también aquellos que tienen que ver entre el hombre y Dios. Es por eso que el versículo no dice: Solamente estas son las cosas que debéis hacer: decid la verdad unos a otros, juzgad con verdad y con juicio de paz en vuestros portones sino que la intención es que, para que se pueda establecer una sociedad estable y sana se debe prestar mucha atención a establecer justicia y misericordia, de esa manera la sociedad se puede mantener, de lo contrario se destruirían unos a otros.
Don Isaac Abarbanel sostiene que cuando dice: juzgad con verdad y con juicio de paz se refiere a que, los jueces, tienen ante ellos dos posibilidades para esclarecer una disputa: o pueden tratar de aplicar toda su sabiduría y lograr persuadir a ambas partes para que lleguen a un acuerdo consensuado, o de lo contrario, él como juez, deberá juzgar él solo y expedirse sobre el tema, a pesar que naturalmente, ello implique que una de las partes no esté de acuerdo con el veredicto.
Más aun agrega Abarbanel: en todo juicio hay cuatro representantes:
Las dos partes en pleito
El juez.
Los abogados.
Los testigos
Y este versículo se refiere a cada uno de ellos.
A las partes en pleito les dijo: decid la verdad unos a otros
Al juez le dice: juzgad con verdad y con juicio de paz en vuestros portones
A los abogados le dice en el próximo versículo: no traméis en vuestro corazón el mal uno contra otro
A los testigos les dice: ni améis el juramento falso pues antes de prestar testimonio deben jurar que todo lo que dicen es verdad.
Zejariá 8 Versículo 17
no traméis en vuestro corazón el mal uno contra otro, ni améis el juramento falso; porque todas estas cosas son las que odio declara el Señor.
Uno de los aspectos más característicos de Dios es la Justicia, ya desde tiempos remotos, el propio Abraham, nuestro patriarca, se refiere a Dios diciendo: ¿El Juez de toda la tierra no obrará justicia? Él ama la justicia y la verdad, es por eso que nos ordena transitar en esos caminos y por supuesto, que, la injusticia y la falsedad, que son cosas contrarias a ello, serán aborrecible a Dios.
De aquí aprenden los sabios que todo aquel que hace lo contrario a lo que Dios ama, entonces se torna en odioso para Dios, es por eso que, cuando el pueblo de Israel va en los caminos de Dios, es amado por Él y todo aquel que se torne contra Israel, será odiado por Dios.
Zejariá 8 Versículo 18
Entonces la palabra del Señor de los ejércitos vino a mí, diciendo:
Abraham Ibn Ezra, dice que a partir de ahora Dios le habla a Zejariá para que les responda específicamente a lo que habían preguntado los que vinieron de Babilonia sobre el ayuno.
Hasta ahora eran cosas que Dios le dijo a Zejariá, pero también habían sido dicha por los profetas anteriores.
Zejariá 8 Versículo 19
Así dice el Señor de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo se convertirán para la casa de Yehudá en gozo, regocijo y fiestas alegres. Amad, pues, la verdad y la paz.
Los sabios detallan que cuando dice: El ayuno del cuarto mes se refiere al ayuno del mes de Tamuz, que fue cuando fue rota la muralla de Jerusalem y el enemigo penetró por a la ciudad para destruirla.
el ayuno del quinto se refiere al ayuno del 9 de Av, que fue cuando se destruyó el Templo.
[La destrucción de Jerusalén | Lecciones de la Biblia para niños]
el ayuno del séptimo hace alusión al ayuno del 3 de Tishrei, que fue cuando asesinaron a Guedaliá que era el gobernador judío de Jerusalem que había dejado Nabujadnetzar luego de destruir la ciudad. Con su muerte, el pueblo de Israel, perdió toda conexión con su ciudad y no quedó nadie en ella, sino que fue poblada por pueblos paganos.
el ayuno del décimo se refiere al ayuno del 10 de Tevet, que fue cuando todo comenzó, que el enemigo rodeo la ciudad y puso sitio a Jerusalem y ya nadie pudo entrar o salir de la ciudad.
Cada uno de estos 4 hitos: primero el sitio de la ciudad, luego, la rotura de las murallas, la destrucción del Templo y por último el asesinato de Guedaliá, todas estas cosas marcaron un punto de inflexión en la destrucción y exilio de Jerusalem, y fueron instauraron por los sabios y conmemorados con días de ayuno y reflexión. Es por eso que no menciona el ayuno de Yom Kipur, que no tiene que ver con estos eventos, sino que es un precepto instaurado por la Tora, como día de arrepentimiento por todas nuestras faltas.
convertirán para la casa de Yehudá Metzudat David dice que menciona solamente a la casa de Yehudá, pues estos ayunos fueron instaurados por las tragedias que le acaeció a esta tribu cuando fueron exiliados, ya que el resto de las 10 tribus fueron exiliadas con anterioridad, ellas no formaban parte del reino de Yehudá que tenía a Jerusalem como capital, ni sufrieron estas cosas en esas fechas, sino que probablemente hayan sufrido otras desgracias similares en distintas fechas.
Don Isaac Abarbanel señala que cuando dice: gozo, regocijo es en contraposición a lo que habían dicho: ¿Debemos llorar en el mes quinto…? y fiestas alegres es en oposición a lo que habían dicho: y abstenernos como lo hemos hecho durante tantos años? Ya no habrá más lamentaciones, sino días de gozo y regocijo, y no habrá más ayunos, sino fiestas y celebraciones.
Los sabios recalcan que Dios trocará esos días tristes en días alegres y de regocijo, siempre y cuando el pueblo de Israel obre Ame la verdad y la paz
Zejariá 8 Versículo 20
Así dice el Señor de los ejércitos: Y será que aún vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades;
Radak dice que esto se refiere a la época mesiánica, en que todos los pueblos reconocerán a Dios y a Israel Su pueblo, por lo tanto, el Templo de Jerusalem será un lugar de peregrinación mundial.
Daat Mikrá explica que no se refiere solamente al pueblo de Israel, sino también a las demás naciones no judías.
Don Isaac Abarbanel sostiene que este versículo viene a responder al quinto argumento que planteó la delegación que vino de Babel: El pueblo judío, aun continuaba siendo oprimido y avergonzado por parte de los demás pueblos, prueba de ello era que los pueblos aledaños a Jerusalem, constantemente hostigaban, difamaban y acusaban a los judíos ante el emperador persa para que éste ordene la detención de la construcción del Templo. Con esto les viene a afirmar que no será más así, sino que, por el contrario, Jerusalem será considerada en alta estima por las demás naciones. Esto ocurrirá si el pueblo decide transitar por los caminos de Dios obrando justicia y misericordia. De hecho, la prominencia de Jerusalem ya lo estaban comprobando esa misma generación, pues los judíos de Babilonia, que era el centro más prominente y más poblado del pueblo de Israel, ellos mismos, enviaban una delegación para consultar a los sacerdotes y profetas de Jerusalem.
Malvim explica que esto será un proceso escalonado, en primer lugar, habrá otras religiones o civilizaciones que verán a Jerusalem como ciudad Santa, tal como ocurre con el cristianismo o el islamismo, y luego todos reconocerán al Eterno como Dios único.
Zejariá 8 Versículo 21
y los habitantes de una irán a otra, diciendo: “Anda, vayamos a implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor de los ejércitos. Yo también iré.”
Este gran cambio, en donde Jerusalem y el Templo recuperarán el estatus de centro espiritual y encuentro de Dios con los seres humanos, ocurrirá por etapas, primero será dentro del pueblo de Israel, y así las distintas ciudades del Israel se unirán y se animarán unas a otras para ir a Jerusalem y buscar allí a Dios.
Metzudat David y Don Isaac Abarbanel explican que se refiere a que, dentro de Israel, los habitantes de una ciudad le dirán a los de su ciudad vecina o alguna otra aldea cercana: Anda, vayamos a implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor de los ejércitos. Yo también iré es decir, habrá un entusiasmo contagioso que llevará a más y más gente a querer presentarse en Jerusalem no solo a rogar el favor del Dios de Israel sino también con gran ansias por querer conocer y saber más acerca de Dios y Sus leyes, tal como dice: implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor.
Otro punto importante que se puede observar de este versículo es que insinúa una paz y armonía entre los pueblos y las ciudades, en que dialogan y hacen proyectos juntas, en un ambiente de fraternidad y amistad.
Tal vez esto sea la respuesta al sexto argumento de la delegación de Babilonia que planteaba dudas arguyendo que: La totalidad de la tierra de Israel no había sido recuperada, sino que aun estaba en manos y era habitada por otros pueblos paganos. De este versículo podremos ver que los judíos no solo estarán reunidos en Jerusalem, sino que se esparcirán por otras ciudades de Israel, y se organizarán caravanas para ir juntas a Jerusalem desde ciudades y aldeas remotas, lo que demostrará que la tierra de Israel y sus ciudades estará poblada por los hijos de Israel.
Zejariá 8 Versículo 22
Ahora se refiere, no solo a las ciudades de los judíos, sino que aun, los demás países, las potencias más poderosas del planeta, aun ellas vendrán a Jerusalem y le presentarán sus respetos a Dios en nombre de sus pueblos.
Debemos compenetrarnos de la magnitud de esta profecía: en aquella, Jerusalem era casi como una aldea pequeña entre las grandes ciudades del imperio Persa, o del Griego o posteriormente de Roma. Además, Jerusalem estaba prácticamente en ruinas cuando el profeta pregona estas cosas. Realmente habría que haber tenido mucha fe en aquella época para poder creer en lo que les decía Zejariá. Pero hoy en día, nuestros propios ojos son testigos de que esta profecía, que fue dicha hace 2.400 años atrás, hoy en día se cristaliza y se va cumpliendo en todos sus pasos. Desde la creación del estado de Israel, no es raro ver a los dignatarios, presidentes, primer ministros y reyes, visitar la ciudad de Jerusalem, así aviones presidenciales y comitivas distinguidas de los países y potencias mundiales, acuden a Jerusalem y en medio de su ajetreada agenda política, se toman una pausa para hacer una visita al Kotel donde, a solas, se paran ante el muro de los lamentos y ruegan a Dios.
Zejariá 8 Versículo 23
Así dice el Señor de los ejércitos: En aquellos días diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán el vestido de un judío, diciendo: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”.
En aquella época mesiánica, no solo los pueblos, sino aun las distintas corrientes religiosas o filosóficas acudirán, no solo a Jerusalem sino a cualquier lugar en donde los judíos estén, para aprender de ellos y solicitarles que les enseñen los cominos de Dios.
Pues al analizar la historia y los sucesos de los grandes imperios, verán que en los profetas de Israel ya estaba todo previsto y podrán observar a la luz de las demás culturas, que los eternos valores del pueblo de Israel son mucho más verdaderos y elevados que todos los demás juntos. Además, observarán los milagros que Dios obró por su pueblo, en contra de toda lógica o especulación de sus enemigos.
Si bien, hoy en día aun no hemos llegado a ser meritorios de la época mesiánica, sin lugar a dudas, estamos muy cercanos de lograrlo, si tan solo mejoramos un poco más nuestro aspecto espiritual y apego a Dios, pues, en nuestros días, en que el pueblo, por la gracia de Dios, regresó a su tierra y tuvo el mérito de establecer un estado independiente y completamente autónomo, que es respetado entre las naciones, en donde casi todos los dirigentes del mundo visitan Jerusalem, en donde milagrosamente se ve cómo Dios protege a Su pueblo e ilumina a los soldados del joven estado de Israel para que no caigan en las emboscadas de los enemigos, y entrega a los numerosos ejércitos enemigos en manos de Israel, haciéndoles ganar guerras en cuestión de días, a pesar que la mayoría del mundo y sus estrategas daban por perdidas y presagiaban una nueva destrucción del pueblo de Israel.
Por todo ello, grande es nuestro agradecimiento a Dios y nunca serán suficientes nuestras alabanzas para expresarle nuestro reconocimiento. Elevado y exaltado sea eternamente nuestro Señor.