Acorde a la opinión de muchos, (Malvim entre ellos) Ezra fue el que escribió el libro Dibré Haiamim (Crónicas), es por eso que tal como sostiene el comentarista Daat Mikra, esta es la continuación del libro Dibré Haiamim (Crónicas) II y es por eso que en este libro comienza: Y en el primer año  pues la preposición “ Y” hace alusión a que continua con algo que fue dicho anteriormente y se refiere a lo que dice en Dibré Haiamim 36:20-23, pues allí concluye exactamente con las mismas palabras que comienza este libro: Y los que escaparon de la espada fueron llevados a Babilonia y fueron esclavos de él (Nabujadnetzar) y de sus hijos hasta el dominio del reino de Persia, para que se cumpla la palabra del Eterno por boca de Irmiahu hasta que la tierra repose sus sábados, pues todos los años que estuvo desolada, reposó hasta completarse setenta años.  Y en el primer año de Koresh rey de Persia, para que se cumpliese la palabra del Eterno por boca de Irmiahu, despertó el Eterno el espíritu de Koresh rey de Persia, y proclamó por todo su reino, y también por escrito, diciendo: Así ha dicho Koresh rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me ha dado a mí el Eterno, Dios de los cielos, y Él me ha encomendado que le edifique casa en Jerusalem, que está en Yehudá. ¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Que Dios esté con él, y suba.

para que se cumpliese la palabra del Eterno por boca de Irmiahu El pueblo de Israel disponía de una tradición fuertemente arraigada, me refiero a la profecía de Irmiahu, el exilio de Babilonia duraría 70 años, luego de ese tiempo serían redimidos y regresarían a su tierra Esto es lo que dice en Irmiahu 25: 11 y 12:  Y toda esta tierra será ruinas y desolación y estos pueblos servirán al rey de Babilonia durante setenta años. Y acontecerá, cuando se cumplan los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación, dice el Eterno, por su iniquidad y a la tierra de los caldeos y las convertiré en desolación eterna.

Por otro lado, en el capítulo 29:10 el profeta Irmiahu les escribe a los hombres que fueron llevados cautivos a Babilonia junto con el rey Iehoiaquim por medio de Nabujadnetzar: Porque así dice el Eterno: Cuando se cumplan setenta años para con Babilonia, Yo os recordaré y cumpliré Mis buenas palabras en lo concerniente al regreso a este lugar…

La gran pregunta que surge de estas profecías, es: ¿desde cuándo se comienza a contar estos 70 años de exilio? ¿desde que fue depuesto el rey de Yehudá, Iehoiaquim por medio de Nabujadnetzar o desde que fue destruido el Templo de Jerusalem?

En Dibré Haiamim 36:5-7 dice: Veinticinco años tenía Iehoiaquim cuando comenzó a reinar e hizo lo malo a los ojos del Eterno su Dios, Contra él subió Nabujadnetzar rey de Babilonia y lo encadenó y lo llevó a Babilonia, además Nabujadnetzar se llevó los utensilios de la casa del Eterno a Babilonia… Podríamos pensar que desde que fue depuesto el rey de Yehudá, es que se debe considerar el comienzo del exilio que vaticinó Irmiahu, pues el pueblo de Israel perdió su autonomía y paso a ser gobernado por títeres puestos por el reino de Babilonia, y así dice literalmente en la carta que Irmiahu les envía a los desterrados junto al rey Iehoiaquim por medio de Nabujadnetzar.

Otros podrían considerar que todo tiempo que el pueblo sigue en su tierra y la trabaja, no se puede decir que comienzan los 70 años que predijo Irmiahu, y que la tierra repose sus sábados, pues todos los años que estuvo desolada, reposó hasta completarse setenta años Por lo tanto, sostienen que los 70 años debían comenzar a contarse desde que fue destruido el templo y el pueblo fue llevado al exilio, quedando la tierra de Israel, completamente desolada y la tierra no sería trabajada y por ende, descansaría sus sábados.

Para responder a este dilema, Rashí y el comentarista Metzudat David comienzan su explicación al libro de Ezra, diciendo que, desde el exilio del rey Iehoiaquim por medio de Nabujadnetzar y hasta el año 1 del rey Koresh, pasaron 70 años:  y fue allí en donde se decretó el edicto que los judíos podrían volver a su tierra y construir el templo de Jerusalem. Pero lamentablemente, como veremos, no se completó la construcción del templo en los días de Koresh, sino que esto ocurrió recién 18 años más tarde, en los días de Darío, y allí es cuando se cumplen los 70 años desde que fue destruido el templo de Jerusalem.

En resumen: Cuando Koresh proclama el edicto, pasaron 70 años desde que el rey Iehoiaquim fuera depuesto y desterrado a Babilonia por medio de Nabujadnetzar, esto es 52 años desde la destrucción del Templo de Jerusalem. Y desde que se concluye la construcción del Templo por orden del rey Darío, pasaron 70 años desde la destrucción del primer Templo.

De esta forma, las dos profecías de Irmiahu, tanto la del capítulo 29:10 como la del 25:11 se cumplen al pie de la letra: 70 años luego que pierden su autonomía, el rey Koresh les comienza a devolver su autonomía en Jerusalem y 70 años después que se destruye el primer Templo de Jerusalem, es construido el segundo Templo.

  y también por escrito, diciendo No solamente lo expresó verbalmente, sino que hizo que fuera escrito, pues acorde a la usanza de los reyes de Persia, todo aquello que fuera escrito por el rey, no podía volverse atrás, tal como lo dice el mismo rey del Persia en el libro de Esther 8:8 cuando les habla a Esther y Mordejai: Escribid ahora con respecto a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey, porque lo que se escribe en el nombre del rey y se sella con el anillo del rey, nadie puede revocarlo.

Koresh fue un rey aqueménida de Persia  la mayoría de los sabios del Talmud concuerdan en que vivió en el siglo 4 antes de la era común (Acorde a los historiadores vivió del -559 al -530 antes de la era común).

Koresh (Ciro II el Grande)

Koresh rey de Persia

Koresh fue el fundador del Imperio persa aqueménida, tras vencer a Astiages último rey medo y extender su dominio por la meseta central de Irán y gran parte de Mesopotamia . Sus conquistas se extendieron sobre Media Lidia, desde el mar Mediterráneo hasta la cordillera del Hindu Kush, con lo que creó el mayor imperio conocido hasta ese momento. Este imperio se mantuvo en pie por varias generaciones hasta casi 200 años después de Koresh hasta su conquista final por parte de Alejandro Magno

Koresh sucedió a su padre y se puso al frente de una rebelión de los persas contra los medos, en la cual triunfó gracias a la poca fidelidad de las tropas que seguían al rey medo. Esta victoria no significó la aniquilación de los medos; como el propio Koresh se encargó de demostrar al perdonar a Astiages, la ascensión al poder de los Aqueménidas serviría para fortalecer la unión de ambos pueblos. Esta política de integración de Persia y Media se convirtió en uno de los referentes principales del reinado de Koresh; junto con su tolerancia religiosa.

Una vez asegurada su posición en la meseta de Elam, Koresh se dispuso a continuar con su expansión territorial, marchando sobre el reino de los lidios en Anatolia, a los que derrotó en Pteria. Tras perseguir al rey de los lidios, Creso, hasta la Anatolia Occidental, y lo capturó al conquistar Sardes, la capital Lidia.

Una vez asegurada Anatolia, Koresh puso sus ojos en Babilonia, regida por el rey Nabónido. Aprovechando hábilmente la situación de debilidad de los neobabilonios, y la crisis religiosa que enfrentaba al rey con los sacerdotes paganos fieles a Madruk, que era la idolatría de la ciudad de Babilonia, logró llevar a cabo una rápida campaña que acabó con la sumisión de la antaño poderosa ciudad de la Mesopotamia.

Paz Aqueménica

Koresh procuró establecer siempre en sus nuevos dominios lo que se conocía como “ Paz Aqueménica ” donde conciliaba los intereses persas con los del pueblo sometido para hacer menos dolorosa y humillante la conquista. Parece ser que el término “ ecuménico ” deriva justamente de esta práctica.

Tras la conquista de Babilonia, fue recibido por la comunidad hebrea como su libertador y es que ya tenía la bien ganada fama de ser un emperador siempre tolerante y respetuoso de todas las creencias religiosas y costumbres culturales, cualidades que le valdrían el respeto y homenaje de los pueblos a los que gobernó.

La victoria sobre Babilonia expresa de manera clara las facetas de la “ política de reconciliación ” instaurada por Koresh: No se presentó a sí mismo como un conquistador, sino como un libertador y el legítimo heredero del imperio babilónico, tomando el título de “ Rey de Babilonia ”.

Koresh no tenía la intención de ceñir a los pueblos conquistados a un molde, por el contrario, tenía la inteligencia de hacer pequeños ajustes sin hacer cambios sustanciales a las instituciones de cada reino que se iba sumando al Imperio persa.

La liberación de hebreos

Koresh permitió la salida de Babilonia de más de 40,000 hebreos con destino a Jerusalem. El pueblo de Israel, buscaba regresar a su Tierra Prometida. Es lo que dice en los versículos 1:3-6 ¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Que Dios esté con él, y suba a Jerusalem que está en Yehudá, y edifique la casa del Eterno, Dios de Israel, que es Dios, la cual está en Jerusalem. Y todo aquel que hubiere quedado (de los judíos) en cualquier lugar en donde morase, los hombres de su lugar le ayudarán con plata, y oro, con mercancías y ganado; con donaciones voluntarias para la casa de Dios, la cuál está en Jerusalem. Y que los jefes incentiven a las familias de Yehudá y de Biniamín, a los sacerdotes y a Levitas, y a todos los habitantes de la ciudad de Dios, y fortalezcan su espíritu para subir a edificar la casa del Eterno, la cual está en Jerusalem. Y todos los de su alrededor brindadles apoyo, con vasos de plata y de oro, con mercancías y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se haya ofrecido en forma voluntaria.

El paso dado por Koresh con esta liberación masiva, coincidía con su política de “ llevar la paz a la humanidad ”.

Koresh es retratado por historiadores como Jenofonte y Herodoto como un gobernante honesto, un gran líder y un hombre generoso y benevolente. Los helenos, a quienes conquistó, lo llamaban “ Dador de leyes ” el pueblo de Israel en varios escritos de la Biblia lo denominan: “ El enviado del Señor ”.

En el sistema de gobierno de Koresh, se designaban sátrapas que lo representaban en cada provincia conquistada y tenían presencia en las decisiones de los gobernantes locales, sobre todo en cuestiones administrativas, legislativas y culturales. De acuerdo a Jenofonte, el primer sistema postal fue idea de este notable emperador para tener comunicadas sus provincias y bajo control a todos sus sátrapas

En resumen, el persa es un imperio universalista. Además de « rey de Anshan » y « rey de Persia », Koresh asume los títulos de « rey del Mundo » y de « rey de los cuatro extremos de la Tierra », ambos de origen babilonio, además de « rey de Babilonia ». Teniendo en cuenta todos estos títulos nobiliarios se entiende mejor el versículo 1:2 Así ha dicho Koresh rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me ha dado a mí el Eterno, Dios de los cielos

Los enemigos de Koresh son descalificados en el marco de una campaña propagandística de legitimación. Astiages de Media  es descrito en Heródoto  como un rey cruel y despótico. Según la misma fuente, Creso  fue quien cruzó el río Halys  y atacó a Koresh, quien solo se habría defendido. En cuanto a Babilonia, en el Cilindro de Koresh , se ridiculiza a Nabonido  y a su política religiosa. Aun así, las tradiciones recogidas por Heródoto y Beroso  hablan de que Koresh otorgó altos cargos políticos tanto a Creso como a Nabonido.

Koresh destaca por su política de concesiones hacia los pueblos sometidos, que en muchos casos lo hacen de buen grado, y a los que no se exige más que tributo, reclutamiento y aceptación de una guarnición permanente. Rechaza la deportación masiva practicada por sus antecesores asirios y babilonios, y ocasionalmente por sus sucesores persas. Con Koresh el movimiento es a la inversa. A las comunidades deportadas, como al pueblo de Israel, se les permite regresar a su tierra y mantener su filosofía de vida, sus creencias y su culto.

Este cambio de política es lo primero que Koresh y los persas hacen una vez que conquistan Babilonia, pues aprenden del error del imperio Babilónico, la estrategia de este imperio era una usanza muy conocida en aquella época:  una vez que conquistaban a los pueblos se los mezclaba los unos con los otros, los expulsaban de su tierra de origen y los deportaban a otra zona y traían a pueblos de otra zona a la tierra que acaban de conquistar, de esta manera pensaban los babilonios, se evitarían que los pueblos recientemente sometidos quieran liberarse.

Es por eso que expulsaban de su territorio al extranjero que acababan de conquistar; es por eso que los babilónicos, pensaban que, con desterrar a los recién conquistados a otro lugar lejano, logrando con ello que éstos sean expatriados y refugiados, de esta forma, sería más difícil que se organicen y quieren luchar para librar una tierra que no era de ellos.

Si bien esta estrategia parece lógica y aparentemente funcionó; una vez que Koresh conquista el imperio Babilónico, se da cuenta que, a largo plazo, no fue una buena estrategia, pues esto creó un sinfín de gente desplazada, refugiados que no tenían hogar ni tenían trabajo y entonces se comenzaron a revelar contra el imperio desde todos los rincones, lo que hizo que el ejército no pueda sofocar los focos de rebelión, pues estaban esparcidos por todo el imperio.

Los persas no iban a repetir este error, es por eso que ellos deciden cambiar radicalmente la estrategia, así cada pueblo que conquistado se quedaría en su lugar, se respetaría su cultura, su religión, su costumbre, sus propiedades, sus trabajos, etc. solamente sería un cambio de gobierno, a partir de ese momento, la administración del pueblo iba a estar a cargo del Imperio Persa, pero la vida diaria de los pueblos continuaría su curso normalmente.

Ese es el motivo por el cual Koresh también les da a los judíos su independencia limitada, y hasta lo fomenta a que dediquen sus fuerzas a reconstruir el Templo; de esa manera no van a querer estar luchando contra el imperio persa 

Esta política la encontramos documentada en el Cilindro de Koresh, que se conserva hasta hoy en día en el Museo Británico, en donde dice que él hizo volver a todos los dioses a sus antiguos altares que habían sido destruidos por los babilonios los hizo reconstruir, de esta manera Koresh dice que él hizo asentarse a los dioses de cada pueblo nuevamente en sus altares.

Obviamente que Koresh también pensaba como la mentalidad pagana de aquella época, y creía que cada pueblo y cada zona tenía su dios, que era el encargado de gobernar, administrar y ayudar a los habitantes de esa zona. Esa era la mitología pagana, por lo tanto, al hacer esto Koresh, también perseguía, lograr el favor de los dioses para con él, pues al hacer esto ellos lo iban a beneficiar en sus campañas y lo iban a proteger.

Todos los reinos de la tierra me ha dado a mí el Eterno, Dios de los cielos, y Él me ha encomendado que le edifique casa en Jerusalem, que está en Yehudá Acorde a la opinión de Rashí, se refiere a lo que está escrito en el libro de Ieshaiahu 45:1-5, quien vivió aproximadamente 150 años antes de Koresh Así dice el Eterno a su ungido a Koresh, cuya diestra he sostenido para someter naciones delante de él y someter ante él a reyes, abriéndole todas las puertas para que no le sean cerradas. Yo andaré delante de ti y allanaré los lugares escabrosos. Romperé en pedazos las puertas de bronce y cortaré en dos las barras de hierro y te daré los tesoros y las riquezas ocultas de lugares secretos para que sepas que Yo soy el Eterno, el que te llama por tu nombre, soy el Dios de Israel. Por Yaacob, Mi siervo, e Israel Mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he apellidado, aunque no Me has conocido Yo soy el Eterno y no hay ningún otro. Aparte de Mi no hay Dios. Yo te he ceñido, aunque no me hayas conocido.

Lo más probable es que Koresh supo acerca de estas escrituras hebreas, y por lo tanto, quiso honrar a Dios que hizo cumplir todo esto. Todos los reinos de la tierra me ha dado a mí el Eterno.

Dios de los cielos, el comentarista Malvim explica que en la antigüedad sostenían que Dios reinaba en los cielos, y la tierra se la confería a un rey (que era una suerte de semi dios) para que éste se encargue de gobernarla.

Así también opina el comentarista Ibn Ezra es por eso que anteriormente dijo: Todos los reinos de la tierra me ha dado a mí el Eterno

y Él me ha encomendado que le edifique casa en Jerusalem, que está en Yehudá Es de notar que el texto recalca el hecho de construir la casa de Dios, no dice: reconstruir la ciudad de Jerusalem. Aparentemente Koresh no quería que se entienda que los judíos podrían ir y reconstruir su ciudad real y ser un reino independiente, sino que les otorgaba una autonomía religiosa.

El comentarista Metzudat David, aclara que Koresh los incentiva a ir a Jerusalem, pero no los obliga, dependía de cada uno de ellos.

No obstante eso, que no estaban obligados a subir a la tierra de Israel, lo que queda bien claro es que solamente el pueblo de Israel es el que debe construir la casa del Eterno y no los demás pueblos, es por eso que dice: entre vosotros de todo su pueblo

y suba a Jerusalem que está en Yehudá, y edifique la casa del Eterno, Dios de Israel, que es Dios, la cual está en Jerusalem Vuelve a recalcar que el templo debe ser construido en Jerusalem, el motivo por el cual no construye el templo en babilonia, a pesar, que tal como Daat Mikra sugiere, citando al profeta Iejezkel 20 31:41 los judíos habían construido varios templos en Babilonia y hacían allí ofrendas a Dios, Dios quería cumplir su palabra de que regresarían a la tierra de Israel, es por eso que no se contentaba con un templo vulgar en Babilonia y de esa manera salgan de su exilio y vuelvan a su tierra.

Se dirige a todos los del pueblo de Israel que hayan sobrevivido del exilio de Nabujadnetzar, en cualquier parte en donde estén.

los hombres de su lugar le ayudarán con plata, y oro, con mercancías y ganado Koresh era consciente de que no todos los judíos iban a subir a Jerusalem, es por eso que ordena a los que se queden que incentiven y ayuden a aquellos que estaban dispuestos a ir.

Tal como cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, lo hicieron portando riquezas y no salieron de Egipto con las manos bacías como si fueran esclavos que se escapan, que huyen solamente con lo que tienen puesto, dejando todos sus bienes en el lugar de origen. No obstante, el comentarista Daat Mikra, señala que, en la salida de Egipto, pidieron prestados utensilios de oro y plata y aquí debían ser desde un principio entregados en forma voluntaria y como regalo.

La diferencia es que el faraón cierra sus oídos a lo que Dios le encomienda por intermedio de Moshé, y Koresh, reconoce a Dios y actúa para cumplir lo que Dios le encomienda.

En resumen, el edicto de Koresh incluía:

1. El derecho del pueblo a regresar a la tierra de Israel,

2. Construir el Templo de Jerusalem,

3. Poder llevar todas sus riquezas y donaciones para el templo.

Por otro lado,

4. Impedía que otros pueblos construyan el templo y además

5. Prohibía que el templo fuera construido en otro sitio que no fuera Jerusalem.

Muchos comentaristas contemporáneos quisieron igualar esta declaración del rey Koresh con la declaración de Balfour de nuestros días, o más aun a la votación de la ONU del día 29 de noviembre de 1947. Sin menospreciar ni quitarle importancia a ninguna de estas dos declaraciones contemporáneas, el edicto de Koresh fue, por lejos, mucho más relevante, pues su decreto era incuestionable por parte de ningún pueblo, como así también les otorgaba la total libertad religiosa y derechos sobre todos los sitios sagrados, como así también les garantizaba protección por parte del imperio persa.

Koresh continúa incitando a que quieran subir, es por eso que ahora se dirige más concretamente a aquellos que naturalmente tendrían interés de construir la ciudad de Jerusalem, pues eran los habitantes de esa ciudad, junto con los Leviim que eran los que servían en el Templo de Jerusalem.

Ibn Ezra dice que se refiere específicamente a estas dos tribus por varios motivos, en primer lugar, porque estas eran las que habían quedado del reino de Yehudá, pues el reino de Israel, con las diez tribus restantes, hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta, qué fue de ellas. Por otro lado, la ciudad de Jerusalem quedaba en el territorio de estas dos tribus: Yehudá y Biniamín .

Si bien esto ya lo había dicho en los versículos anteriores, Rashí explica que Koresh, aquí no solo se refiere a los del pueblo de Israel, sino que, entre otras cosas, en el edicto también se dirige a los demás pueblos vecinos para que no solo no estorben a los judíos que regresan, sino que además les dice que deberían ayudarlos, no hacerles boicot, sino venderles las mercancías que precisen y hasta darles todo lo que esté a su alcance.

Hasta aquí fue el edicto de Koresh.

Ahora el rey Koresh, va a hacer su parte, no solo incentiva a los demás a que contribuyan con la construcción del Templo, sino que él mismo aporta su porción. Y lo primero que hace, es recurrir al botín de guerra que había traído de Jerusalem Nabujadnetzar, rey de Babilonia, y al ser que Koresh derrotó al reino de Babel, todos sus tesoros y trofeos, pasaron a su poder.

Es interesante notar que utiliza el mismo verbo: “sacó” sacó los utensilios … Nabujadnetzar había sacado Uno los sacó de la casa de Dios (Nabujadnetzar) y el otro (Koresh) se los sacó y los devolvió a la casa de Dios.

Malvim, explica, que cuando algo es utilizado para el servicio idolátrico, no se puede tener ningún tipo de provecho de ese utensilio, a no ser que el idólatra que los utilizaba para su culto, él mismo los profane y demuestre que no tienen nada que ver con el culto pagano. Es por eso que lo primero que hace Koresh, es quitarlos él del templo pagano en donde estaban y lo entregar a su tesorero, de esta manera, esos utensilios dejaron de ser propiedad de la idolatría y pasaron a ser propiedad del rey y de esta forma, él mismo estaba anulando esa relación que tenían esos utensilios con la idolatría, de modo que podían volver a ser utilizados en el servicio Divino de donde provenían originalmente.

el cual los dio a Shashbatzar, príncipe de Yehudá Rashí dice que Shashbatzar era Daniel mientras que Ibn Ezra y Metzudat David basándose en el versículo 5:14 sostienen que se trata de Zerubabel.

Daat Mikra, señala que todo utensilio que es de un material valioso son enumerados por unidades o por peso, pero aquellos que son de un material común, esos no son especificados por cantidad o peso sino que se menciona simplemente como utensilios varios.

Tazones Eran un tipo de recipiente de tamaño grande que se usaba para que caiga allí la sangre de las ofrendas.

nueve cuchillos Eran los que se utilizaban para la Shejita -degollar a los animales-

Las tazas a diferencia de los tazones mencionados en el versículo anterior, eran el mismo tipo de utensilio y se utilizaba para lo mismo, pero era de menor tamaño, probablemente se usaba para animales pequeños o para las aves.

tazas de otra plata Daat Mikra sostiene que se trataba de vasijas que eran de plata con una aleación de otros metales más baratos.

otros mil utensilios todo tipo de instrumentos para el servicio del Templo pero que no tenían un nombre especifico o que su función era secundaria o que eran parte de otras piezas del santuario como ser el altar o la mesa del pan, etc.

Aquí hace el recuento total de todo lo que le fue entregado, incluyendo los que mencionó en el versículo anterior, como demás cosas que no fueron mencionadas.

Daat Mikra, calcula que la cantidad total de plata y oro que llevaron fue de aproximadamente 21.840 Kilogramos de plata y 3.360 Kilogramos de oro