¿Conquista de un territorio o un proceso Divino y nacional?

¿Conquista de un territorio o un proceso Divino y nacional?

Las tribus tomaron la herencia de la tierra como una conquista territorial con fines de sustento, y por ello no la poseyeron íntegramente. En el capítulo 2, el ángel les recuerda que la conquista de la tierra es parte de un proceso divino y nacional significativo.

Al comienzo del libro Shoftim (Jueces), son enfatizados dos puntos: uno-las tribus combatieron solas, como una tribu que conquista su heredad, y no como parte de una nación que hereda su tierra “Y Iehudá dijo a Shimón su hermano: Sube conmigo a mi heredad, y peleemos contra el Kenaaní y yo también iré contigo a tu heredad” (Capítulo 1, versículo 2); y el segundo-las tribus no tomaron toda la tierra que les correspondía, sino que se conformaron con un espacio habitable más pequeño, con tal de que no tengan que combatir contra los habitantes de la tierra.

Parece que los dos hechos están interrelacionados: visto y considerando que cada tribu luchó sola, y el pueblo de Israel no conquistó la tierra como nación, por ello no se esforzaron en conquistar toda la tierra y dejaron numerosos sectores sin conquistar. Resulta que las tribus no tomaron la herencia de la tierra como la concreción de la profecía de la promesa de Dios a los patriarcas-“A tu descendencia he dado esta tierra”-y como la conquista de la heredad de Dios, sino como una conquista de territorio en el que podrán vivir y asentarse para construir su tribu y su familia. Este fenómeno ocasionó que las tribus se abstuvieran de emprender una lucha generalizada contra los habitantes de la tierra y darle a cada tribu la posibilidad de “arreglarse” con los cananeos que residen en su región.

Es posible que así deban interpretarse las palabras del ángel al pueblo, que figuran en el capítulo 2 del libro Shoftim:

“Y el ángel del Eterno subió desde Guilgal a Bojim, y dijo: Yo los saqué de Egipto, y los traje a la tierra que había jurado a vuestros padres; y dije: No anularé jamás mi pacto con ustedes… mas ustedes no han escuchado Mi voz; ¿qué han hecho?” (Capítulo 2, versículos 1-2).

Aparentemente, los conceptos del ángel son intrigantes: ¿cuál es la relación entre el éxodo de Egipto y la posesión de la tierra? Si el ángel quería reprenderlos por no haber expulsado a todos los habitantes de la tierra, era suficiente que les recordara la orden de Dios “Con tal que ustedes no hagan alianza con los moradores de aquella tierra, cuyos altares habrán de derribar” (capítulo 2, versículo 2)! A la luz de nuestra explicación, las palabras del ángel son comprendidas: al hablarle al pueblo, el ángel hace hincapié en que su llegada a la tierra no es solamente la llegada particular de las tribus y una oportunidad para el descanso de un pueblo cansado y agotado de la travesía, sino la concreción de un proceso nacional largo y significativo, que se inicia con la elección de Israel por parte de Dios y el éxodo de Egipto “Yo los saqué de Egipto, y los traje a la tierra que había jurado a vuestros padres” (Capítulo 2, versículo 1). El ángel enfatiza que la tierra no es una simple tierra, sino “la tierra que había jurado a vuestros padres”.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”.

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