Yeshaiahu describe la creación del mundo como la tarea de un artista que requiere una sensibilidad delicada y fina. ¿Cuál es el mensaje de Yeshaiahu, a través de esta descripción?
En numerosos lugares del Tanaj, es mencionado el acto de la creación de diversas formas y en diferentes contextos. En el libro Bereshit, Génesis, la Torá describe la creación del mundo como un proceso histórico casi “técnico”, y no detalla el sentido de la creación para el hombre. En un destacado contraste, se puede señalar el éxodo de Egipto, que paralelamente a la descripción fáctica-realista del mismo, la Torá enfatiza su significado y sus mensajes: “A fin de que tengan conocimiento vuestras generaciones”, “Y sabrán que Yo soy Dios”, etc. Por su parte, los profetas, describieron la creación para transmitir algunos mensajes determinados, y de aquí se infiere, que las profecías pueden enseñarnos acerca del sentido de la creación para el ser humano.
A modo de ejemplo, evaluaremos la descripción de la creación del mundo en el capítulo 40 del libro Yeshaiahu: “He aquí que el Señor Dios viene con poder, y Su mismo brazo enseñoreará para Él; he aquí, Su premio está con Él, y Su recompensa delante de Él!. Como pastor apacentará Su rebaño; en Su brazo recogerá los corderitos, y (los) llevará en Su seno; conducirá suavemente a las recién paridas. ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano, y tomó las dimensiones de los cielos con un palmo, y comprendió en una medida el polvo de la tierra, y pesó en romana las montañas, y los collados en balanzas?. ¿Quién ha determinado el espíritu del Señor, y, siendo Su consejero, Le ha enseñado?” (versículos 10-13).
En estos versículos, Yeshaiahu describe la creación del mundo como la obra de un artista que requiere una sensibilidad delicada y fina: “¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano, y tomó las dimensiones de los cielos con un palmo, y comprendió en una medida el polvo de la tierra, y pesó en romana las montañas, y los collados en balanzas? Esta es la profecía que inaugura las profecías de consolación de Yeshaiahu, a través de las cuales anuncia la redención de Ierushalaim y de Israel. El pueblo de Israel, de aquella época, es un pueblo cansado y agotado por los cambios del mundo (que son descritos en la primera parte del libro-en las “profecías Masá de los pueblos”). El que pone en duda la Providencia personal de Dios (como se describe en la continuidad del capítulo: “¿Por qué dices, pues, oh Iaacov, y hablas, oh Israel: Escondido está mi camino al Señor, y mi causa pasa de mi Dios?” (versículo 27)).
Yeshaiahu inicia las profecías de consolación con la descripción de la creación, en la cual hace hincapié en el trabajo sutil, que refleja una intención profunda que desciende a los detalles minuciosos. Dios, por así decirlo, trabajó a fin de crear los detalles más pequeños del mundo todo, con una precisión no humana. “Levanten hacia arriba vuestros ojos, y vean: ¿Quién creó aquellos? ¿Quién saca por cuenta su hueste? A todos ellos los llama por sus nombres” (versículo 26)-Dios creó todo el mundo, y hasta le asignó nombres a todas las estrellas que colman los confines del cielo, y que las personas las ven como infinitas.
El objetivo de esta descripción es persuadir al pueblo de que Dios ve sus actos y protege sus caminos. Así como Dios creó todo el mundo- así también puede visualizar todos los actos de los israelitas, y redimirlos: “Como pastor apacentará Su rebaño; en Su brazo recogerá los corderitos, y (los) llevará en Su seno; conducirá suavemente a las recién paridas” (versículo 11).
Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”.