Como las leyes de la naturaleza

Como las leyes de la naturaleza

La embriaguez del pueblo y de sus líderes, les impide escuchar las palabras del profeta. Yeshaiahu les dice que deben comprender que así como un cambio en las leyes de la agricultura llevará inevitablemente a un desastre económico, del mismo modo, su comportamiento imprudente y su falta de voluntad de escuchar al profeta y modificar sus hábitos, les causarán un gran desastre. Esta es la ley Divina.

El fenómeno de la embriaguez por el vino que afectó, entre otros, a los líderes del pueblo y a sus dirigentes, era muy común tanto en el reino de Efraim (=Israel) como en el reino de Iehudá. Algunos de los profetas de Israel aluden ampliamente a este fenómeno. Dicho fenómeno, además de constituir una base para la corrupción que se expandió por esos reinos, principalmente en el reino de Israel, le causó a los líderes politicos una distorsión de la capacidad de reflexión y así, rechazar toda reprimenda y ética de los verdaderos profetas.

El objetivo de los profetas era mejorar el nivel moral cotidiano en todas las capas de la sociedad, y en particular, en los círculos del gobierno y el poder, junto al intento de erradicar la idolatría, que alejaba al pueblo de Israel de Dios y agregaba una corrupción degenerativa en sus propias leyes y formas de servicio.

No sólo los oídos estaban cerrados para escuchar el castigo que se le habría de imponer a los dirigentes y a los dirigidos, sino que también recurrieron al arma del ridículo y la humillación de los conceptos del profeta. La humillación y la burla pueden ser armas poderosas en una confrontación ideológica. La burla es el arma de aquel que es incapaz de afrontar objetivamente con los argumentos presentados en su contra. El verdadero propósito del que se burla es realizar una deslegitimación de las palabras del lado contrario, a fin de evitar la necesidad de responder a los problemas que se le presentan.

Yeshaiahu tiene un mensaje de mucho contenido y gran significado. El pueblo y sus dirigentes no tienen respuestas sustanciales y verdaderas que puedan confrontar con los agudos conceptos del profeta. A ello se le debe añadir la situación del pueblo y sus dirigentes en un estado de embriaguez permanente, física y espiritual (=embriaguez, pero no por el vino), que los lleva a la anulación de la capacidad de pensamiento y de afrontar claramente lo que tiene lugar en la verdadera realidad, y no en la ilusoria que registran sus ojos, los ojos de los borrachos. Más aún, todo aquel que no actúa correctamente frente a los desafíos que se le presentan, su castigo habrá de llegar. Debido a que en este caso se trata de errores de los dirigentes, he aquí que el castigo de ellos conllevará también un castigo para el pueblo todo y por consiguiente, su pecado será doble.

A fin de ilustrar lo mencionado anteriormente, el profeta cita dos ejemplos del trabajo agrícola (24-28), que le era tan conocido a los hombres de la ciudad. Los ejemplos son tomados de la fase preparatoria del campo para la siembra, y también de la etapa preparatoria del producto agrícola como producto final que podrá ser comercializado al consumidor. Para tener éxito en cada fase, se debe trabajar conforme a leyes fijas y claras, establecidas por el Creador: “Esto también procede del Señor de los ejércitos, el cual es maravilloso en consejo y grande en sabiduría” (versículo 29). El agricultor debe aprenderlas y aplicarlas. Si por algún motivo  actúa contrariamente a ellas, el trabajo de todo un año podría perderse, y el castigo llegará de inmediato, como consecuencia de la flagrante irresponsabilidad del agricultor. Podría hundirse en deudas y arrastrar a su familia a un año de escasez, angustia e incertidumbre económica, con todas sus implicaciones. Este agricultor no podrá echarle la culpa a nadie, sino que él es el responsable de lo sucedido.

De este modo, Yeshaiahu intenta penetrar a través de la niebla y la cortina de la embriaguez del pensamiento del pueblo y sus líderes. Ni siquiera el arma de la burla de los dirigentes del pueblo y el grupo de falsos profetas en sus diversos matices, no resulta útil aquí. Es sumamente difícil ridiculizar una verdad tan simple, que hasta los jóvenes pueden comprender su sentido. Deben comprender que su comportamiento imprudente y su falta de voluntad de escuchar al profeta y modificar sus hábitos, les causarán un gran desastre. Esta es la ley Divina oculta en forma de recompensa y castigo y no puede ser evitada, así como un cambio en las leyes de la agricultura lleva inevitablemente a un desastre económico. Pero, lamentablemente, el camino fue y sigue siendo largo. La verdad sólo se filtra cuando ya es demasiado tarde.

Cortesía sitio 929

 

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