"Y le dijo Dios a Moshé: Todo animal que nazca estará siete días junto a su madre. Desde el octavo día en adelante, será aceptado para ser ofrendado ante el Eterno. No degollarás en el mismo día a la madre y su cría. Cuando ofrezcas una ofrenda de agradecimiento, lo harás con toda tu voluntad. Deberá ser comido en el mismo día, no dejando nada de esa carne para el día siguiente, Yo soy el Eterno. Por lo tanto, haréis Mis preceptos y los cuidareis, Yo soy el Señor. No profanareis la santidad de Mi Nombre y seré santificado entre los hijos de Israel. Yo soy el Eterno que los santifico y que los saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios, Yo soy el Eterno."
Preguntas
• Todo esto que Dios le dice ahora a Moshé, ¿a quién se lo tiene que decir Moshé: al pueblo o a los cohanim?
• ¿Por qué solamente se puede ofrendar animales que ya tengan 8 días? ¿Por qué no se puede ofrendar uno que tenga 6 días?
• ¿Por qué no se ofrece a la madre y al hijo en el mismo día? ¿Cuál es el problema?
• Nos dice que si va a traer una ofrenda de agradecimiento, ésta debe ser hecha con toda su voluntad ¿acaso alguien que va a traer una ofrenda de agradecimiento no lo hace de corazón?
• ¿Por qué no se puede dejar nada del sacrificio hasta la mañana siguiente, que tiene de malo que lo guarde?
• ¿Por qué el versículo nos dice: harán los preceptos y los cuidarán? ¿Qué diferencia hay entre hacer los preceptos y cuidarlos?
• ¿Qué viene a agregar el versículo que dice que tiene que cuidarse de obedecer todos los preceptos?
• ¿Cómo es posible profanar el Nombre sagrado de Dios? Si es sagrado entonces no puede ser profanado por nadie
• ¿Qué significa lo que Dios dice: Me consagraré dentro del pueblo de Israel?
• Dice que Él se santificará dentro del pueblo de Israel, pero después dice" Yo soy el señor que los santifico. Entonces ¿Quién santifica a quién?
• ¿Por qué menciona ahora el tema de que nos sacó de Egipto? ¿Qué nos agrega esto?
Respuestas
Vemos que se trata de un pasaje que merece ser analizado más detenidamente. La estructura es la siguiente:
1. Comienza hablando de ciertos versículos que tienen que ver con las ofrendas.
2. Luego pasa al tema de kidush Hashem –Santificar el Nombre de Dios
3. Por último nos dice que para eso nos sacó de Egipto.
¿Cuál es el motivo por el cual no se puede ofrecer un animal antes de los ocho días? Podríamos pensar que ofrecer un animal de tan tierna edad podría ser visto como algo muy agresivo. Pero vemos que en realidad este no es la verdadera causa, pues la prohibición de no matarlo antes de los ocho días rige solamente en el caso que quiera ofrecerlo en el altar para el servicio Divino, pero si quiere comérselo él en su casa, no hay ningún impedimento. Por lo tanto el motivo no es solo por crueldad.
Uno de los fundamentos por el cual se debe esperar ocho días antes de ofrecerlo ante el altar, se debe a que si ya vivió siete días, una semana completa, eso demuestra que el animal, está sano y puede vivir por sí solo, menos de este tiempo, puede ser que el animal sea muy débil o enfermo y que no viva, es por eso que se espera hasta el octavo día, porque si vivió siete días entonces decimos que ya tiene el estatus de vivo y por ende ya lo puede ofrendar. Pues no es digno ofrecer a Dios algo que no sea apropiado o que esté defectuoso. Tal como en el Brit Milá vemos que hay que dejar pasar siete días, pues luego de este periodo ya desarrolló la capacidad de cicatrización y por eso ahora ya puede ser circuncidado sin correr ningún riesgo.
Caín en cambio, ofreció a Dios de los frutos que ya estaban más viejos y feos, los que él no iba a comer, esos frutos fue lo que le trajo como ofrenda a Dios, mientras que Evel trajo lo mejor de entre sus animales, es por eso que Dios aceptó la ofrenda de Evel, mientras que la de Caín que era con desprecio y no digna de ser ofrecida ante un rey, fue rechazada.
El primer punto es: Servir a Dios de una manera apropiada y digna, como se hace ante un rey.
Por otro lado nos dice que no se puede matar para comer a la madre y al ternero en el mismo día. Si bien la Torá es realista y permite al ser humano comer carne, eso no quiere decir que sea un salvaje y no tenga sentimientos, si va a matar al animal, por lo menos que sea sensible y que no mate a la madre y al ternero en el mismo día.
El segundo punto es: que no se pierda la sensibilidad.
Con respecto a aquel que va a traer un sacrificio de agradecimiento, dice que debe ser hecho con toda su voluntad ¿acaso alguien que va a traer una ofrenda de agradecimiento no lo hace de corazón? Sí, existe esta posibilidad, por ejemplo, imaginemos el día de Yom Kipur, en el momento del Kol Nidre, un individuo dona muchísimo dinero para que lo dejen sostener la Torá en ese momento, algunos podrían pensar que se trata de una persona muy bondadosa y generoso, pues nadie lo obligaba a donar tanto, pero en realidad puede ser que se trata de un individuo interesado, pues no lo hace de corazón o de plena voluntad, sino que lo hace para que la gente crea que tiene mucho dinero y ahora todos quieran negociar y asociarse con él en sus negocios, o para que le otorguen más honor, etc.
Lo que la Torá nos quiere enseñar es que cuando vaya a hacer algo que no está obligado a hacer, entonces que lo haga de corazón, sino que no lo haga. Como por ejemplo en el día de cumpleaños de la madre, el hijo le lleva un regalo a su mamá en forma muy despreciativa, se lo tira y le dice: -Ahí tienes tu regalo, que te aproveche..., La madre se va a enojar, se lo va a rechazar y le va a decir, - ¿para qué me lo trajiste? ¿Acaso yo te pedí un regalo? no tenías ninguna obligación de traerme nada, si me traes algo, hazlo con todo tu corazón, sino no lo hagas.
Lo mismo dice Dios. Esta manera de actuar abundaba mucho en la época del templo, mucha gente ofrecía sacrificios a Dios pero en realidad lo hacían pensando que de esa manera lo iban a complacer y así poder ganarse el favor de Dios, para luego hacer lo que ellos quisieran y que Dios no los castigue. Sobre esto nos reprenden mucho los profetas, hasta el punto tal de que Dios dice por medio de los profetas que preferiría que el templo se cierre, y que no traigan más ese tipo de ofrendas. O lo que Dios le dice a Isaías que detesta las ofrendas de Israel, pues todas eran realizadas con esos pensamientos, no eran de corazón.
El tercer punto es: que debe ser hecho de buena manera, de todo corazón y sin perseguir intereses mezquinos, favores, o a modo de soborno.
¿Por qué no podía quedar nada del sacrificio hasta el otro día? ¿Qué tiene de malo?
Lo que ocurriría es que al dejarlo hasta el otro día, la carne se va a descomponer, ya no va a ser lo mismo, y si la ofrenda se echa a perder esto sería como un desprecio. Nadie va a aceptar que en su banquete de casamiento pongan comida del día anterior, es mucho más digno que se sirva comida fresca del día.
Además, si se le permite dejarlo hasta el otro día, pudiera ocurrir que en vez de comerlo en ese momento prefiera dejarlo para el otro día, esto demostraría que no le interesa tanto, que tiene otras cosas más importantes para hacer ahora.
El cuarto punto es: Otorgarle importancia y no desdeñarlo.
La diferencia entre cuidar y hacer los preceptos es que una cosa es hacer el precepto, técnicamente y literalmente hablando. Pero cuidarlos, se refiere a hacerlas con atención, con esmero, meticulosamente, con sinceridad, con honra y respeto, tal como nos dijo en los casos que citó en los versículos anteriores, con todos esos requisitos que mencionó en los cuatro casos anteriores.
El hacer se refiere a la acción externa, el cuidar, se refiere a la forma interna, la intención.
Una vez que sabemos cuál es la manera de hacer los preceptos, entonces ahora nos encomienda que no solo las ofrendas, sino que todos los preceptos deben ser hechos de esta manera.
¿Cómo es posible profanar el Nombre sagrado? ¿Si es sagrado entonces no puede ser profanado por nadie?
Lo primero que tenemos que remarcar es que dice: No profanar el Nombre de Dios, no dice profanar a Dios en sí, pues esto es algo imposible.
Entonces debemos profundizar más a qué se refiere cuando dice: el Nombre.
El Nombre es cómo los demás lo conocen, es decir el nombre no es la persona en sí. No obstante cuando menciono el nombre de ese individuo, inmediatamente viene a la mente de todos la imagen de ese sujeto, no viene el individuo en sí, sino que traen a la mente la noción que tiene la gente de él, algunos lo tienen como bueno, otros como avaro, etc.
Nótese que el precepto no es santificar a Dios, pues el hombre, con lo minúsculo que es, ni ningún otro ser, por elevado que sea, posee la capacidad para santificar a Dios, pues como ya explicamos, Dios es perfecto, ya es santo de por sí. El precepto entonces será santificar Su Nombre. El Nombre de Dios, no es Dios mismo, ni Su esencia, sino que es lo que captamos de Él.
Es por eso que hay varios Nombres que designan a Dios, cada uno de ellos se refiere a un aspecto de cómo los seres humanos ven a Dios. Entonces lo que el ser humano puede hacer, no es elevar –santificar- o denigrar –profanar- a Dios en sí, sino que lo que puede hacer es elevar o denigrar el concepto de Dios a los ojos de la gente.
Si un individuo está dispuesto a entregar su vida por Dios, sin duda que este acto elevará el concepto de Dios a los ojos de las demás personas. En cambio si algún rabino por dinero tergiversa o transgrede un precepto de la Torá, estará profanando – denigrando- el concepto elevado de Dios, pues con su acto errado, está demostrando, equivocadamente, que hay otras cosas más elevadas –importantes- que Dios, en este caso el dinero, pues por causa de él, deja de lado la voluntad de Dios. (Para profundizar sobre el tema y los conceptos de los distintos nombres de Dios, ver More Nebujim parte I Capítulo 61, 62 y63)
Dios es la fuente de santidad, y es Él, el que otorga santidad, siempre y cuando el individuo se eleve y se acerque a ese nivel, entonces será santificado por Dios, de lo contrario no.
Dios es lo más elevado, es la fuente de todo bien, es la verdad suprema, por lo tanto, no existe valor más elevado que Él. Hacia Él debemos encaminarnos, pues todo lo demás es menos ¿por qué entonces apuntar a otra cosa?
Todo lo demás, fuera de Dios, es momentáneo y pasajero, dependiente de muchas otras cosas, mientras que Dios es eterno y no depende de nada, por eso el que se apegue a Él, se apega a lo eterno que no depende de nada y nadie se lo podrá quitar.
Por lo tanto, si va a hacer todos los preceptos que Dios le encomendó, de la manera correcta y digna, con sentimiento y esmero, entonces, de esa manera va a santificar el Nombre de Dios, pues todos van a notar, que para ese individuo, Dios es lo más importante en su vida.
Siendo así, vamos a entender a qué se refiere cuando nos dice ahora: "Yo soy el Señor, Elokim, vuestro Dios" El término Elokim en hebreo tiene tres acepciones, una es sagrada y se refiere a Dios. La segunda, es cuando se utiliza para referirse a los ángeles. Y la tercera, que tampoco es sagrada, es cuando se refiere a los jueces, o reyes, ejemplo de esto lo vemos muchas veces en los salmos en donde el rey David llama Elohim a los jueces, en ese caso ese término no es sagrado.
El factor común que tienen estas tres acepciones, ya sea que se refiera a Dios, ángeles o jueces, es que las tres hacen alusión a algo importante, lo más elevado, el rango más respetado y honorable ya sea entre los humanos, o en el ámbito espiritual.
Resumiendo, podríamos decir que el término Elohim se refiere a aquello que es lo más elevado, lo que está por sobre todo, lo más importante. Es por eso que en el Shemá Israel decimos: Hashem Elokeinu, Hashem Ejad. No se trata de que el Eterno es solo Dios nuestro y no de los demás, sino que quiere decir, que el Eterno es lo más importante para nosotros, y continúa el Shemá diciendo: Hashem Ejad, porque para muchos individuos Dios es importante, pero también hay otras cosas importantes en su vida, es por eso que si uno les pregunta: - Por un lado me dices que Dios existe y que es muy elevado, entonces: ¿Cómo es posible que no observes el shabat o los preceptos y en lugar de eso te dediques a cosas tan bajas?, ese individuo nos responderá, que si bien Dios es importante, en la vida hay otras cosas que también son importantes, es decir, para él, si bien Dios es importante, eso no quiere decir que es lo más importante. Es por eso que el Shemá es categórico y nos anuncia: "Dios es lo más importante para nosotros, y solo Él es lo más importante"
Por lo tanto cuando Dios nos dice ahora: “Yo soy el Señor, Elokim, vuestro Dios" se refiere a que Él es lo más importante para nosotros.
Y continúa el versículo diciendo: "Yo soy el Señor, Elokim, vuestro Dios, que los sacó de la tierra de Egipto"
En resumen todo este pasaje nos dice que hagamos los preceptos de una determinada manera, honorablemente, sin desprecio, con sentimiento, de corazón, desinteresadamente y entonces estaremos santificando el Nombre de Dios, es decir, nos estamos apegando a Dios, lo más elevado, pues precisamente para eso es que Dios nos sacó de Egipto, dejar de ser esclavos de algo material, para poder servir a lo más elevado y trascendente.
Si bien esto está dirigido a todo el pueblo, en realidad más le concierne a los sacerdotes, que son los que están más cercanos a Dios y por ende, los que mejor deben servir a Dios, pues ellos son los más sabios y elevados, por lo tanto los ojos del pueblo están puestos en ellos, si ellos hacen algo en forma despreciativa o interesada, entonces esto sería una profanación del Nombre de Dios más grande que si lo hace un individuo cualquiera. Tal como dice Rambam en Hiljot Deot, Capítulo 5:12:
"El sabio comercia con honestidad y buena fe: si es NO, dice "NO"; si es SI, dice "SI". Será estricto consigo en las cuentas y cederá ante los demás y no será riguroso con ellos.
Si sucede que otras personas resultaron deudoras de él en un juicio, debe ser comprensivo, perdonarlos, prestarles nuevamente y apiadarse.
No rivalizará con el oficio de su vecino y no maltratará a nadie en todos los días de su vida.
En suma preferirá estar entre los perseguidos y no entre los perseguidores, entre los ofendidos y no entre los ofensores. Del hombre que haga todos estos actos y otros parecidos, dice el versículo: “Tu eres Mi servidor, Israel, en quien Me enaltezco” (Is. 49:3)"