A pesar de que Yarovam, el hijo de Yoash peca e Israel eleva sacrificios en las “Bamot”, los sitios altos, Dios le concedió una gran victoria, para que el nombre de Israel no sea borrado.
Precisamente, cuando Yarovam el hijo de Yoash peca y provoca que otros pequen, e Israel se deteriora hasta el punto más bajo de maldad, Dios le concede una victoria maravillosa y amplía sus fronteras, como no se habían expandido desde la época de David y Shlomó.
Y todo esto, no se da por el enorme amor de dios a Israel, ni por su enorme piedad hacia ellos. Por cierto que los quiere, y seguramente se apiada, pero cuando los israelitas pecan, no merecen ser salvados. Él los salva, solo porque “el Señor no había dicho que borraría el nombre de Israel de debajo del Cielo” (versículo 27). Es decir, solo porque el pueblo de Israel se encuentra al borde de la aniquilación total, y Dios le prometió a Abraham, Itzjak y Iaacov, que nunca permitirá que el pueblo de Israel desaparezca.
La elección entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, se nos presentó aún en el Monte Sinai (Vaikrá, capítulo 26), y ya entonces nuestros oídos escucharon todo lo malo que nos habría de suceder si elegíamos no observar los preceptos de la Torá. Las duras descripciones se hicieron realidad, los horrores, a lo largo de la historia judía, pero también se hizo realidad la promesa (Vaikrá, capítulo 26, versículos 44-45): “y también, aun esto: al estar ellos en la tierra de sus enemigos no los he despreciado ni los he repudiado para exterminarlos, para abolir Mi pacto con ellos, ya que Yo soy Hashem su Dios... Les rememoraré a ellos el pacto de sus antepasados”.
Muchos habrán de desaparecer, ya se nos prometió entonces, pero “el nombre de Israel” no será borrado. Los enemigos de Israel nos provocarán víctimas y caídos-pero el pueblo, el pueblo de Israel, continuará viviendo.
No es seguro que dicha promesa nos tranquiliza a nivel personal. Pero parece que se trata de la historia de Yarovam, el hijo de Yoash, esta es la historia del Holocausto y el renacimiento, esta es nuestra historia.
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