Acerca de la lista que nos permite una mirada apasionante sobre el asentamiento de la generación de los retornantes a Tzión, y sobre un destacado líder que no pierde el tiempo hablando y determina los hechos en el terreno.
Ya hemos visto el amor intenso de los retornantes a Tzión, y aparentemente, de todos los de ese periodo, en general (como puede verse en el libro Divrei Haiamim, Crónicas), en largas y detalladas listas, colmadas de nombres-listados de linaje, nóminas de inmigrantes, listas de las personas que según la Halajá (ley religiosa judía) no pueden casarse de acuerdo al rito judío, (etc.). En este particular capitulo, vemos un listado combinado-personas, familias y lugares en Biniamín y Iehudá, que respondieron al llamado urgente, y se movilizaron para el fortalecimiento y la construcción de la muralla de Ierushalaim, y principalmente, de sus portones quemados por el fuego de los hombres de Sanbalat.
Los nombres, en su mayoría, no nos resultan conocidos, pero recibimos un panorama apasionante también de nombres a lo largo de las murallas y junto a ellas, y también del asentamiento en Iehudá en la tercera y cuarta generación del retorno a Tzión. La geografía de Iehudá se encuentra con la geografía jerosolimitana, y en algunos versículos podemos reconocer nombres y comprender procesos.
El fortalecimiento y la refacción de las murallas, el cierre de las grietas y la reconstrucción de los portones incinerados, son descriptos desde el extremo noreste del Monte del Templo y a lo largo de la muralla noroccidental “hasta la muralla ancha” (capítulo 3, versículo 8), y aparentemente, hasta los alrededores de la actual puerta de Yafo, según el perímetro de las murallas de la época de Jizkiahu; [1] luego hacia el sur y el este, hacia ” Shaar HaGai”, el portón del valle y “Shaar Haashpot”, “el portón de las basuras” (capítulo 3, versículos 13-16) hacia el descenso al “estanque del Shiloaj en el jardín real” y asciende hacia el norte a través de “las escaleras que descienden [2] de la Ciudad de David”, pasando por “las tumbas de David” [3], hasta el este del Monte del Templo.
Conforme a la lógica geográfica, los hijos de Biniamín fueron designados para las tareas en la muralla norte (capítulo3, versículos 2-8), “los hombres de Ierijó”, inmediatamente después del Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote, en el extremo noreste, y detrás de ellos “los hijos de Sena”, y a continuación, “los hombres de Guivon y Mitzpa”, o sea, los hijos de Biniamin, que fueron mencionados al final de las listas de los “Olim”, los inmigrantes (Ezrá, capítulo 2; Nejemiá capítulo 7); sólo “el oficial del distrito de Mitzpá“ al norte de Biniamín, fue asignado en “el portón de la fuente”, en la muralla sureste, y en un tramo adicional de la muralla oriental
Entre los hombres de Biniamín, en la muralla del norte, ingresaron los “Tekoim” de los hombres de Iehudá; aparentemente, ellos deambulaban con sus rebaños; “pero sus nobles no apoyaron la obra de sus señores“, es decir, los mayorales del rebaño liberaron a los jóvenes para reforzar las murallas; la “segunda parte” fue “reparada por los Tekoim”, también en la muralla oriental.
En la muralla occidental, vemos a dos príncipes designados, cada uno a cargo de “la mitad del distrito de Ierushalaim”, a “los habitantes de Zanoaj (Zanoa)” (en la zona de Beit Shemesh), y al “oficial del distrito de Beit Kakerem”, “oficial de la mitad del distrito de Beit Tzur” (localidad aledaña a Jaljul, al noroeste de Hebrón), y los dos oficiales del “distrito de Keila” (en el límite entre la montaña y la llanura, entre Hebrón y Lajish).
Los hombres de Sanbalat reaccionaron burlándose y con improperios, pero no alcanzaron a organizarse en un lapso de tiempo tan breve con una fuerza importante, a fin de detener a Nejemiá. En la nómina de los “Olim”, los inmigrantes, no fueron mencionados sitios de Iehudá, y aquí ya podemos ver un asentamiento organizado; así empezamos a entender cómo se organizó este gran operativo en tan poco tiempo, a través de la amplia movilización de familias y sitios por un lado, y de los príncipes asignados sobre las “ “, principalmente, en Iehudá.
Nejemiá comprendió, que todo plan prolongado y toda referencia al mismo, provocarían el involucramiento por la fuerza de los hombres de Sanbalat, ya que tienen “oídos” en cada rincón de Ierushalaim; por consiguiente, llevó a cabo en soledad el recorrido preparatorio (capítulo 2, versículos 12-16), y organizó sorpresivamente la gran movilización, a fin de precipitar los hechos y culminar la construcción de las murallas “en cincuenta y dos días” (capítulo 6, versículo 15)-¡una capacidad de organización sorprendente en un líder excepcional!¿Hay alguien, en el Estado de Israel independiente, fuerte y organizado, que esté en condiciones de completar un operativo de estas características, en 52 días?
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[1] Un tramo de la muralla amplia del periodo de Jizkiahu, descubierta por el Prof. Najman Avigad, en las excavaciones realizadas en el “Barrio Judío”, ver en su libro “La ciudad alta de Ierushalaim”, páginas 37, 46-50; en las paginas 58-62, Avigad demostró que también las murallas de Nejemiá rodeaban a la ciudad alta, y por consiguiente, figura en el libro Nejemiá, capítulo 7, versículo 4: “Y la ciudad era espaciosa y grande, pero el pueblo dentro de ella era poco y no había casas edificadas”.
[2] De la Ciudad de David a la piscina del Shiloaj, descendemos, y de la piscina del Shiloaj a la Ciudad de David, ascendemos.
[3] Según este versículo, se propuso identificar las “tumbas de David” en la gran cueva tallada al sur de la Ciudad de David, en la zona aledaña a la muralla.
Gentileza sitio 929