En el año de la muerte del rey Uziahu

En el año de la muerte del rey Uziahu

El nombramiento de Yeshaiahu como profeta llega en el contexto de “la muerte”-la lepra-del rey Uziahu. El proceso de la designación recuerda mucho el proceso en el cual Uziahu concluyó su rol y hay en ello una insinuación sobre el objetivo de Yeshaiahu.

El capítulo 6 de Yeshaiahu comienza con la descripción del momento de la profecía: “En el año que murió el rey Uziahu” (versículo 1). El comentarista Rashi explica que se trata de la primera profecía recibida por Yeshaiahu, y es la profecía de su designación para el cargo de profeta en Iehudá. ¿Cuál es la importancia del nombramiento de Yeshaiahu, justamente, en este momento? A fin de comprenderlo, observaremos la muerte de Uziahu. Como es sabido, Uziahu fue un rey justo e hizo lo correcto a los ojos de Dios, a excepción de que no eliminó las “Bamot”, los sitios altos, y permitió que el pueblo siguiera ofrendando sus sacrificios en ellos. Pero al final de sus días, Uziahu enfermó de lepra hasta su muerte-en el libro Divrei Haiamim, Crónicas, vemos que la lepra de Uziahu apareció, precisamente, porque él se apropió de la tarea de los Cohanim, los Sacerdotes en el servicio de las ofrendas y el incienso: “Entonces Uziahu se enfureció, teniendo en la mano el incensario para ofrecer el incienso. Y estando él así enfurecido contra los sacerdotes, le brotó la lepra en su frente, delante de los sacerdotes, en la casa del Señor, enfrente del altar de incienso” (Divrei Haiamim II, capítulo 26, versículo 19).

El Midrash Tanjuma describe el enojo de Dios, a partir de lo realizado por Uziahu: “El día en el cual Uziahu se dispuso a ofrecer el incienso en el Templo, el cielo y la tierra temblaron, y los serafines (ángeles) vinieron para quemarlo...” (Midrash Tanjuma, Parashá, Sección Tzav 13). Este Midrash recuerda mucho a nuestro capítulo: en el año de la muerte del rey Uziahu, Yeshaiahu ve a Dios y a los serafines en su profecía, teme no estar lo suficientemente puro para esa visión, pero los serafines lo purifican a partir de una brasa del altar: “Entonces yo dije: "¡Ay de mí, pues estoy perdido!, porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, por cuanto mis ojos han visto al Rey, al Señor de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, y traía en su mano un carbón encendido, que con las tenazas había tomado de sobre el altar” (versículos 5-7). Y (con él) me tocó la boca, y dijo: "¡He aquí, éste ha tocado tus labios! ¡Ya ha sido quitada tu iniquidad, y está perdonado tu pecado!”.

Conforme al contexto del momento de la profecía, el miedo de Yeshaiahu y el modo de su purificación son muy claros-el pueblo, y el rey en particular, pecan en ese momento con el incienso, y Yeshaiahu sospecha que también él tiene una parte en el pecado. Pero esta profecía no viene a castigar a Yeshaiahu, sino para colocarlo como el sustituto que el pueblo requiere, en lugar del rey Uziahu, recientemente fallecido. En contraste con Uziahu, que se impurificó con el incienso, y los serafines vinieron a quemarlo, y de hecho, culminó el desempeño de su cargo, Yeshaiahu comienza su rol purificándose del pecado del incienso y de los pecados del pueblo, por esos mismos serafines.

La designación de Yeshaiahu como profeta llega como respuesta directa a la muerte de Uziahu-así, de hecho, es respondida la pregunta.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización NAJAT, jóvenes amantes del Tanaj, un Centro de Estudios de Tanaj para la Juventud

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