"Por un breve momento te dejé, mas con grandes misercordias te volveré a recoger...
En un acceso pasajero de ira, te escondí momentáneamente mi rostro, pero con compasiones eternas tendré misericordia de ti, dice el Señor, Redentor tuyo” (versículos 7-8)
Estas palabras de Yeshaiahu resuenan en nuestros oídos, en la época posterior a la Shoá, en la que tenemos el mérito del resurgimiento.