El judaísmo incluye numerosos detalles-muchos preceptos-y ello, aparentemente, le dificulta a la persona que debe cumplir todos los detalles. ¿Cuál es la forma correcta de abordar todos estos detalles? A ello alude en sus conceptos, el Rabino Tzví Iehudá HaCohen Kuk, de Bendita Memoria.
El judaísmo incluye muchos detalles, y eso, aparentemente, dificulta a la persona que cumple todos esos detalles. Pero toda persona que vive en sociedad tiene sus limitaciones, esa es la naturaleza de la creación, cada persona tiene distintas restricciones procedentes de la naturaleza, limitaciones biológicas, físicas. Esas son leyes de vida que limitan a la persona. Y a pesar de las restricciones, una persona normal no piensa en quebrar esos vallados, ya que sabe que éste es el orden mundial normal, sabe que ella como persona está limitada en tiempo y espacio, y por ello no dice que eso le resulta pesado, ya que eso es lo normal.
El resentimiento hacia las diferentes dificultades no surge de la naturaleza de las dificultades mismas, sino de la actitud de la persona hacia ellas. Cuando una persona siente que las dificultades son normales, no le pesan. Lo que nos pertenece, no nos pesa. No son los detalles en sí mismos los que pesan, ni su cantidad lo que influye en el sentimiento de la persona, sino la actitud de la persona hacia los detalles. Cuando ve los detalles como ajenos, como anormales, como no naturales - entonces ve los detalles como una carga. Cuando algo está próximo a tu boca y tu corazón, cuando está claro que uno está apegado a los detalles, entonces ni siquiera se te ocurre rebelarte contra ellos.
Y he aquí, todos los detalles del judaísmo, todos los preceptos pertenecen a la persona, son normales para ella y vitales para ella. Hay unidad en la Torá y en el Creador. Esta unidad ha promovido todos los detalles y los ilumina a todos. Este conocimiento y sentimiento acerca los detalles y los transforma en normales. Cuando una persona ve los detalles como " precepto tras precepto, precepto tras precepto, norma sobre norma, norma sobre norma, aquí un poco, allí otro poco (Yeshaiahu, capítulo 28, versículo 13), entonces ve los detalles como anormales y por ende pesados, lo que no sucede cuando contempla el judaísmo que incluye todos los detalles.
(Extraído del libro “Davar Ejad miDvareja”)
Rabí Tzví Iehudá HaCohen Kuk-el Rabino Tzví Iehudá HaCohen Kuk (1891-1982), el hijo y discípulo del Rabino Abraham Itzjak HaCohen Kuk, fue el director general de la Academia Rabínica “Merkaz HaRav”, y uno de los destacados líderes espirituales del sionismo religioso. Estudió profundamente el Tanaj, y abordó las temáticas de la fe y la redención, en el espíritu de las enseñanzas de su padre.