¿De qué forma el ser humano puede inmiscuirse e influir sobre Dios? ¿Cuál es la función de la palabra humana? ¿En qué se apoya la capacidad de Bilam para maldecir y bendecir, si al final de cuentas lo único que define la situación es la voluntad de Dios?
Bilam emprendió su caminoת ya que creyó que por alguna vía lograría influir sobre la decisión de Dios. Pero en el marco de sus intentos de maldecir a Israel le queda claro que la decisión de Dios de bendecir al pueblo de Israel está vigente; la estratagema de Bilam y Balak no está en condiciones de modificar la voluntad de Dios. Antes de la tercera profecía, Bilam acepta la voluntad de Dios.
“Cuando hubo visto Bilam que era bueno ante los ojos del Señor bendecir a Israel, él no fue como vez tras vez, al encuentro de sortilegios” (Versículo 1).
El problema básico oculto en el punto central de nuestro episodio es ¿cómo debemos comprender los conceptos de maldición y bendición? ¿Por qué el habla humana tiene un significado tan importante? Si el ser humano es merecedor de una bendición, debemos tener la expectativa que la misma procederá del Supremo, ya sea que otra persona lo bendijera o no; y viceversa. ¿De qué modo el ser humano puede inmiscuirse e influir sobre Dios? ¿Cuál es la función de la palabra humana? ¿En qué se sustenta la capacidad de Bilam para maldecir y bendecir, si al final de cuentas es sólo la voluntad de Dios la que define?
La Guemará (Avodá Zará, 4) sostiene que la capacidad de Bilam para maldecir procede del atributo de justicia-el mismo atributo divino cuya cuestión es la justicia y la verdad absolutas. De acuerdo a la Guemará, el atributo de la justicia se refleja en forma fugaz en el transcurso de las tres primeras horas del día, y en ese abrir y cerrar de ojos Bilam logra transmitir su maldición.
Jazal (nuestros Sabios de Bendita Memoria) relacionaron el enfoque de la maldición y la bendición con las calificaciones del atributo de la justicia y el atributo de la misericordia. Estos dos atributos, que desde el punto de vista limitado del ser humano se ven contradictorios, en el seno de Dios, tienen lugar uno junto al otro, y juntos describen la senda a través de la cual Dios conduce su mundo.
La bendición no prosperará allí no tiene justificativo; la bendición sólo puede dirigirse al atributo de misericordia, a través de un pedido que refleja la piedad de Dios y Su benevolencia.
Y como contrapartida, la maldición puede dirigirse solamente al atributo de la justicia y solicitar una respuesta aguda e intransigente-pero de ninguna manera, no como una respuesta desviada de los límites de la justicia.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".