La eliminación de las barreras tiene un precio

La eliminación de las barreras tiene un precio

Koraj solicitó eliminar las barreras entre el pueblo y el santuario. En esta realidad, toda debilidad humana es imperdonable y provoca una epidemia.

El reclamo del pueblo “ustedes han provocado la muerte del pueblo de Dios” (Versículo 6) expresa la dificultad del pueblo al ver la muerte de los doscientos cincuenta líderes. Pero la reacción de Dios antes esta situación, es vista aparentemente como exagerada: “Sepárense de esta congregación y en un instante los destruiré” (Versículo 10!). También en el capítulo anterior, al reunirse el pueblo para ver el resultado de la prueba de los incensarios, Dios reacciona del mismo modo, que aparentemente no condice con la gravedad de la transgresión.

¿Acaso el castigo por una dificultad emocional o el escepticismo es la muerte? Es posible que la epidemia no sea un castigo sino una consecuencia inevitable de la nueva situación generada a partir de la rebelión. Koraj atacó a la institución del Sacerdocio; él sostuvo que todo el pueblo es consagrado, por lo cual no se requiere de un estatus separado para los Cohanim (Sacerdotes). Acorde a su argumentación, toda persona puede ingresar al Mishkán (Tabernáculo) y elevar (¿) incienso por su cuenta. Los hijos de Israel acuerdan con él. Ellos no comprenden por qué son considerados como “extraños”, que tienen vedado el ingreso al Santuario. ¿Por qué el camino hacia el Mishkán, está bloqueado para ellos? En el momento en el que el pueblo de Israel aceptó la hipótesis del argumento de Koraj,  y despreciaron la valla que separa entre lo sacro y lo profano, los hijos de Israel se encontraron ante una situación nueva. La valla fue eliminada. Ya no existía la separación entre el pueblo y el Mishkán. El límite entre el campamento de la divinidad, el campamento de los Leviim y el campamento de Israel quedó desdibujado. Ahora todo el campamento se halla en una estrecha cercanía del Mishkán y de la divinidad que mora en él.

Tal proximidad a la divinidad es, por supuesto, muy exigente (demandante). El comportamiento que era aceptable en otras circunstancias se vuelve intolerable en la proximidad de la morada del Mishkán. Las habituales reacciones humanas como el enojo y el pesar deben ser dejadas a un lado. Los estallidos emocionales no son aceptados. Todas las debilidades humanas son imperdonables en el recinto donde mora la divinidad. El comportamiento en el ámbito del Mishkán – que ahora incluye a todo el campamento-debe ser impecable. Si Moshé no hubiera elevado una plegaria en favor del pueblo, esta epidemia mortal hubiera destruido a todo el campamento.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".

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