La fuerza de la bondad femenina

La fuerza de la bondad femenina

La fuerza de la bondad femenina articula el libro de Rut en toda su extensión y en nuestro capítulo, son mencionadas incluso otras mujeres que se suman al círculo.

El cuarto y último episodio de la Meguilá, el libro de Rut, comienza con una ceremonia de casamiento  y concluye con un acontecimiento femenino inédito: junto a las dos protagonistas femeninas, Naomí y Rut, se suman al evento sus vecinas, las mujeres de Beit Lejem. En la primera parte, cuando la suegra y su nuera ingresaron a través de los portones de la ciudad, se sorprendieron todas las mujeres y preguntaron conmovidas: “¿Acaso esta es Naomí?” (Capítulo 1, versículo 19). Ahora, ellas la rodean con la fuerza de la bondad femenina, fortalecen su espíritu y hasta se adjudican el privilegio y el deber de darle un nombre al recién nacido, como si fuera un bebé colectivo y ellas, todas sus madres.

Sobre el escenario, como en el emotivo final  de una obra de teatro, están paradas frente a nosotros todas las participantes, incluidas tres mujeres adicionales cuyos nombres son mencionados en la ceremonia de casamiento, después de que su espíritu, el espíritu de la bondad femenina, reposó sobre toda la trama: la tercera es Tamar, la nuera de Iehudá, cuya buena acción colocó la base para la dinastía de David. Y las dos primeras son nuestras matriarcas Rajel y Leá , que logran aquí una unión rara, cuando Boaz recibe la bendición de tener una mujer  como Rajel y Leá         (Capítulo 4, versículo 11).

La casa de Israel no podía ser construida, de no haber sido por la buena acción de Rajel con Leá (Bereshit, capítulo 29) cuando le permitió casarse con Iaacov en su lugar. Creo que no debemos sorprendernos del hecho que precisamente en Rut, la mujer de la bondad, se condensan las características de Rajel y de Leá conjuntamente.

En la realidad social y económica de esos días, el dominio era de los hombres. Pero, entre bastidores, opera la fuerza de la bondad femenina, y en su mérito continúa la dinastía de la casa de David y se abre una ventana a la redención.

Gentileza sitio 929.

 

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