Con la redención de Israel se cerrará también el círculo de las peregrinaciones del primer hombre y de toda la especie humana, y los descendientes del primer hombre podrán regresar al anhelado destino deseado, al Gan Eden, el Jardín del Edén.
El capítulo 42 del libro Yeshaiahu es leído como la Haftará (porción de los profetas) de la Parashá, la sección Bereshit.
En la Parashá de Bereshit, Adam, el primer hombre es castigado con el exilio, y así también el pueblo, en la Haftará de Yeshaiahu, capítulo 42-Adam es exiliado del Gan Eden debido a su pecado, y también el pueblo es enviado al exilio-“ Mas éste es ahora un pueblo robado y saqueado... han venido a ser presa, y no hay quien libre” (versículo 22), y el profeta explica por qué ocurre esto tan malo “Quién entregó a Iaacov para ser saqueado... ¿No fue el Señor, contra quien hemos pecado?... ni fueron obedientes a Su ley” (versículo 24). Pero, mientras en la Parashá, el hombre queda en su exilio y no volvió a regresar al Jardín del Eden, he aquí que la redención alude a un retorno y a la redención:
“Traeré tus hijos desde el oriente, y del occidente te recogeré. Diré al norte: "iba acá!" Y al sur: "¡No detengas! Trae a Mis hijos de lejos...(capítulo 43, versículos 5-6).
Y tal vez, el nexo entre la Parashá y la Haftará indica que con la redención de Israel se cerrará también el círculo de las peregrinaciones del primer hombre y de toda la especie humana, y los descendientes del primer hombre podrán regresar al anhelado destino deseado, al Gan Eden, el Jardín del Edén.
En realidad, el mismo acto de la creación le permitió que se viera como la visión profética de la redención: “y te guardaré y te pondré sobre el pueblo de Mi pacto, por luz de las naciones... para que saques del calabozo a los presos, de la cárcel a los sentados en tinieblas” (versículos 6-7).
Y según la descripción inicial del libro Bereshit, todo el mundo, antes de ser creado, estaba envuelto en un manto de oscuridad “las tinieblas sobre la faz del abismo” (Bereshit, capítulo 1, versículo 2), hasta que fue escuchado el anuncio de la creación y la redención: “y hubo luz” (Bereshit, capítulo 1, versículo 3). Y tal vez, la profecía también se apoyó en la descripción de la creación, a fin de aprender y enseñar, que la redención es como el acto de la creación, como la creación de la luz por primera vez.
En la Haftará encontramos el anuncio de la redención de otro pecado inicial. En la Parashá se relata que en la época de Enosh “Entonces se empezó a invocar el Nombre de Dios” (Bereshit, capítulo 4, versículo 26), y explicó Rashi, según el Midrash (Bereshit Raba 23,7): “Entonces comenzó a invocar los nombres de las personas y de los ídolos con el nombre de Dios, para hacer idolatría y concederles divinidad”-el punto de partida del paganismo en el mundo.
Y el profeta anticipa:” ¡Serán vueltos atrás, serán en extremo abochornados los que confían en los ídolos! Los que dicen a las imágenes fundidas: "¡Ustedes son nuestros dioses!” (versículo 17).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica Har Etzion