La aceptación del reino de Dios y la purificación del Santuario en el inicio del séptimo mes permiten la proximidad hacia Dios a partir de la alegría en la fiesta de Sucot.
En la mayoría de las secciones de la Torá alusivas a las celebraciones, la festividad de Sucot es mencionada con la fiesta de las Matzot (Panes ázimos) y la festividad de Shavuot, en el marco de las tres festividades de peregrinación y el deber de peregrinar.
Mientras que en la sección alusiva a las festividades cita en los capítulos 28-29 del libro Bamidbar, la festividad de Sucot figura como relacionada, precisamente a las fiestas del séptimo mes. El carácter conocido de la festividad de Sucot, es el momento, el tiempo de la alegría, y el texto lo enfatiza fuertemente con las palabras “Y sé pues, alegre” (Devarim, capítulo 16, versículo 15). Y aparentemente, el nexo entre una fiesta plena de alegría como Sucot con los días del juicio del inicio del séptimo mes, se ve como distante y artificial.
La relación de la festividad de Sucot con ese particular conjunto de festividades del séptimo mes, es tal vez una innovación de la sección de los sacrificios adicionales en el libro Bamidbar.
Parece que dicha relación está enfatizada en el nombre de la festividad: el nombre de la fiesta de Sucot no figura explícitamente y es descripta como “Mikrá Kodesh”, “Sagrada Convocación en el día quince del mes séptimo” (Versículo 12). En contraste con otras celebraciones en nuestra sección, en esta festividad no son mencionados preceptos especiales, y de ese modo el texto hace hincapié en que la esencia e identidad de la festividad emanan principalmente de su ubicación en el tiempo, a mediados del mes séptimo. Por consiguiente, nos corresponde a nosotros tratar de determinar la esencia de la pertenencia a este séptimo mes.
Parece que la festividad a mediados del séptimo mes es el centro de las festividades del mes. Las otras fiestas se extienden por una jornada, mientras que esta festividad dura siete días, y en cada jornada se elevan diversos sacrificios. Resulta entonces que puede explicarse, que los días festivos a inicios del mes y en el día diez del mismo, son días preparatorios para lo más importante del mes. Acerca del primer día del mes séptimo no encontramos en la Torá un detalle pormenorizado, pero otros escritos insinúan que es un día de juicio y coronación de Dios, y el toque de Teruá es el sonido de la coronación. Respecto a Iom Hakipurim, el Día del Perdón, se puede comentar, que de cara a la gran fiesta que se realizará sobre el Altar, el mismo debe ser purificado, expiarlo y prepararlo para la fiesta. Sólo después de aceptar nuevamente el reinado de Dios y tras la expiación y preparación del Santuario, el Altar y los Cohanim (Sacerdotes), puede celebrarse esta gran fiesta de alegría del séptimo mes, con numerosos sacrificios. Por consiguiente, el día quince del mes séptimo celebramos la proximidad hacia Dios a partir de la alegría, tras los días de juicio y preparación a partir del temor y la reverencia.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".