El reino de Israel
Eliyahu y Elishá se dirigen a Beit El (Versículos 2-3)
En este capítulo nos despedimos de Eliyahu, y de ese modo se inicia el capítulo: “Y aconteció que cuando el Señor iba a hacer que Eliyahu subiese en un torbellino al cielo” (Versículo 1). Elishá recorre todo el trayecto junto a Eliyahu, y permanentemente, los discípulos de los profetas lo molestan a Elishá: “¿Acaso sabes que hoy mismo el Señor va a quitar a tu señor de sobre tu cabeza?" (Versículo 3). Así se encamina Elishá junto a Eliyahu a Beit El, a Yerijó y al Iardén:
Eliyahu y Elishá rumbo a Yerijó (Versículos 4-5)
Nuevamente, los discípulos de los profetas molestan a Elishá y él les responde del mismo modo: “Entonces los discípulos de los profetas que había en Ierijó, se llegaron a Elishá, y le dijeron: "¿Acaso sabes que hoy mismo el Señor va a quitar a tu señor de sobre tu cabeza?" Y respondió: "Yo también lo sé, ¡cállense!" (Versículo 5).
Eliyahu y Elishá se dirigen al Yardén y lo atraviesan (Versículos 6-10)
Eliyahu toma su capa y con su ayuda las aguas del Iardén se dividen (parten) en dos, y Eliyahu junto a Elishá cruzan por tierra seca. Eliyahu le pregunta a Elishá: “Pide lo que he de hacer por ti, antes de que seamos separados” (Versículo 9). Elishá solicita: “Te ruego que tenga yo, una porción doble de tu espíritu." Eliyahu responde diciéndole: “Algo bien difícil has pedido; esto no obstante, si me vieres cuando fuere quitado de ti, te sucederá así; mas si no, no sucederá" (Versículo 10)
La despedida de Eliyahu (Versículos 11-12)
Y de repente, mientras aún se encontraban charlando (conversando): “he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, que los separaron al uno del otro, y subió Eliyahu en un torbellino al cielo” (Versículo 11). Elishá, sorprendido, grita: “Y Elishá lo vio, y clamó repetidamente: "¡Padre mío!, ¡padre mío!, ¡carro de Israel y su gente de a caballo!" Y nunca más lo vio. Trabando, pues, de sus vestidos, los rasgó en dos partes” (Versículo 12).
Elishá cruza el Iardén (Versículos 13-14)
Ahora, Elishá pone a prueba su poder y golpea al Iardén tal como lo hizo Eliyahu con la esperanza de poder atravesarlo, y así sucede: “Alzó entonces el manto de Eliyahu que se le había caído, y, tornando atrás, se detuvo junto a la ribera del Iardén. Luego tomó el manto de Eliyahu que se le había caído, y golpeó con él las aguas, y dijo: "¿Dónde está el Señor, Dios de Eliyahu?" De modo que él también golpeó las aguas, y se dividieron en dos, a uno y otro lado; y pasó Elishá” (Versículos 13-14).
Elishá se dirige a Yerijó (Versículos 15-22)
Elishá se dirige a Bet El (Versículos 23-24)
Elishá asciende a Bet El y allí algunos muchachos jóvenes se burlan de él: “y en tanto que iba por el camino cuesta arriba, unos muchachos jóvenes salieron de la ciudad, y se mofaron de él, diciéndole: "¡Sube, calvo!, ¡sube, calvo!" (Versículo 23). Elishá escucha esas palabras y los maldice: “Entonces volviéndose hacia atrás, los miró, y los maldijo en el nombre del Señor, y salieron dos osas del bosque, que despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos” (Versículo 24)