En todo el Tanaj, sólo en el libro Shir Hashirim hay una mirada hacia la belleza de la naturaleza en sí misma. Con el amor, se despierta el deseo de salir a la naturaleza, de conectarse con la tierra.
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¿Acaso hay un cantico a la naturaleza en el Tanaj? Los profetas están ocupados con las cuestiones de corrupción moral, y aparentemente, no tienen tiempo disponible ni calma para contemplar la belleza del mundo. Solo ocasionalmente, en el marco de la exhortación profética, se incluye una breve mirada a la naturaleza y a la belleza, pero dichas descripciones no son en sí mismas sino parte de la profecía y están sometidas a la vivencia de la misión profética.
El cantico en el libro Tehilim, Salmos, es principalmente el pueblo y la persona dirigiéndose a su Dios. En los pocos capítulos en los que se hace referencia a la alabanza y la belleza de la naturaleza, la alabanza es un elogio-sólo en el libro Shir Hashirim hay una mirada a la belleza de la naturaleza en sí misma. Al Creador, de cuya grandeza, da cuenta la naturaleza.
“Me respondió mi amado y me dijo: levántate y anda amada mía, hermosa mía.
Ha pasado el otoño y los días de la lluvia ya han terminado.
Los retoños ya se empiezan a ver sobre la faz de la tierra,
ha llegado el tiempo de los cantos, la voz de la tórtola se oye en nuestra tierra.
La higuera muestra sus verdes higos, ha llegado el tiempo de cantar, se oye la voz de la tórtola y exhalan su fragancia las viñas en flor.
¡Levántate amada mía, hermosa mía y sale conmigo!” (Versículos 10-13)
¿Y por qué las descripciones de la naturaleza figuran precisamente en el libro Shir Hashirim?
Parece que deberíamos dirigirnos a esa maravilla de la vida; en todo sitio dondequiera haya una persona, cuando llega el amor, llega con él la pasión de los enamorados de salir a la naturaleza. El amor toca los lugares puros del alma. Y cuando el amor llega, en ese mismo momento estalla un manantial de vida y se despierta el deseo de salir a la naturaleza, de conectarse con la tierra, y entonces, la amada llama su amado, diciéndole:
“Vayámonos amado mío hacia el campo, pernoctemos en las aldeas. Levantémonos temprano y vayamos a los viñedos, para ver si han brotado las viñas, si las flores del vino se han abierto y si los granados están florecidos. Allí te daré mi amor. Los nardos exhalaban su fragancia y a nuestras puertas hay todo tipo de frutos preciados, nuevos y añejos, que tengo guardados para ti amado mío” (Capítulo 7, versículos 12-14).
En el Tanaj y en las culturas antiguas, prácticamente no encontramos una cultura de paseo por el paseo mismo. Y he aquí que en Shir Hashirim, el amado llama a su amad para salir a una travesía difícil-“Ven conmigo desde el Líbano, novia mía, conmigo desde el Líbano. Observa la cima del Amaná, desde la cumbre de Senir y del Hermón; desde las guaridas de los leones, desde las montañas de las panteras” (Capítulo 4, versículo 8)
Los animales salvajes-las panteras y los leones-hallaron un hábitat lejos de los asentamientos humanos, en el bloque de los enormes montes del Hermón. Y h aquí que el amor envalentona al joven a salir a las montañas peligrosas con su amada y experimentar a pleno una vivencia en la naturaleza.
(Concluiremos con la explicación de un versículo del libro-“Las vigas de nuestra casa son de cedro, nuestros paneles son de ciprés” (Capítulo 1, versículo 17)
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Es posible que la mujer, en este versículo describe su casa/palacio, no obstante puede que la explicación de este versículo sea inversa, y así dice la esposa-ustedes están en vuestros palacios, y yo, junto a mi amado, estamos en el campo entre los árboles—los cedros y los cipreses, ellos son nuestro hogar. Ustedes salen de vacaciones a hoteles de cinco estrellas y nosotros, entre los cedros y los cipreses vemos un millón de estrellas.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza sitio 929