En el capítulo anterior había finalizado con el establecimiento del Templo y su normal funcionamiento.

Ahora nos va a relatar lo que sucedió luego de que concluyó esa etapa de obstáculos para la construcción.

Daat Mikra señala que esta cadena generacional hasta llegar a la generación de Aaron no está completa y que faltan por lo menos seis generaciones con respecto a la que figura en Crónicas I 5:29-40. No debemos olvidar que, desde Aaron hasta Ezra, pasaron aproximadamente mil años, y es imposible que en mil años se establezcan solamente 15 generaciones, es por eso que el listado de Crónicas I resulta más veraz, pues allí figuran aproximadamente 24 generaciones y eso es perfectamente factible que en 1.000 años se sucedan 24 generaciones.

en el reinado de Artajshasta rey de Persia Hay comentaristas, como Rashí, que sostienen que Artajshasta no es un nombre propio, sino que es un tìtulo que portaban los reyes de Persia, tal como a los reyes de Egipto se los denominan: Faraón, y que el texto se está refiriendo a l rey Darío. En cambio, otros comentaristas, como Radak, opinan que sí es un nombre propio y que se trata de otro rey posterior, no del rey Darío. Acorde a esta segunda opinión, esto no ocurrió inmediatamente luego que el Tempo fue inaugurado, sino, varios años después.

Ezra, hijo de Seraiá  Malvin, hace notar que en el libro Crónicas I 5:40 figura que Seraiá engendró a Iotzadak y éste engendró a Ezra. Es decir que en realidad de aquel listado se deduce que Ezra era el nieto de Seraiá y no su hijo. No obstante, hemos visto recurrentemente en las escrituras, que se suele relacionar al individuo directamente con su abuelo, máxime cuando el abuelo es una personalidad importante.

hijo de Seraiá Éste es el mismo que figura en Nejemiá 11:11 y allí nos agrega que era uno de los jefes de los sacerdotes del Templo y Daat Mikra, deduce que, naturalmente, Ezra habrá heredado ese cargo cuando su padre (o abuelo) murió.

Daat Mikra, dice que Shalum es nombrado en Nejemiá 11:11 con el nombre de Meshulam, pero se trata de la misma persona.

No obstante, la lista que menciona en Nejemiá 11:11, si bien son así las mismas personas, el orden es un poco distinto:

Lista de Nejemiá

1. Seraiá

2. Jilquiá

3. Meshulam

4. Tzadok

5. Meraiot

6.Ajitub

1. Seraiá

2.Azariá

3. Jilquiá

4. Shalum

5. Tzadok

6. Ajitub

Existe una pequeña diferencia entre esta línea genealógica y la que figura en el libro de Crónicas.

Esta pequeña diferencia se debe a que aquí probablemente para resumir saltea unas 5 o 6 generaciones. Para entender esto no debemos caer en una conocida confusión que suele sucederle al lector desprevenido, pues en la lista que figura en Crónicas I 5:29-40, Meraiot y Amariá figuran dos veces y se tratan de dos personas distintas y de distintas generaciones.

Aparentemente desde Azariá, hasta Meraiot saltea seis generaciones, pues aquí figura que Azariá, es hijo de Meraiot.

Si observamos en el listado que aparece, en Crónicas 1 5:32 al 35 veremos que allí aparecen 2 personas que se llaman Azaraiá, dos Ajitub, dos Tzadok y tres Azariá.

Y tal vez eso es lo que produce esta confusión, pues en  Crónicas 1 5:35 dice que este segundo Azaria es hijo de Iojanán que es hijo del primer Azariá, que es hijo de Ajimatz (Crónicas 1 5:34) que es hijo del primer Tzadok, que era hijo del primer Ajitub, que era hijo del primer Amariá, que era hijo del primer Meraiot que era hijo de Zerajiá (que figura en el próximo versículo)

Listado como aparece en Crónicas 1 5:29 al 41:

Ezra, aporta toda la cadena generacional hasta llegar hasta Aaron, hermano de Moshé, el primer sacerdote del pueblo de Israel.

Si bien todo Cohen es descendiente de Aaron, cita su linaje que está conformado por todas personalidades muy ilustres dentro de los cohanim, como por ejemplo Pinjás y Azariá quien fuera el primer sumo sacerdote en servir en el Templo del rey Shelomó.

Tal como dijimos en la introducción, el Talmud, en el tratado de Berajot dice acerca de Ezra, que era digno que se realicen por él milagros de la misma magnitud que los que se le hicieron oportunamente a Yehoshua cuando ingresó a la tierra de Israel, pero los hombres de aquella generación no eran merecedores de semejantes portentos.

Dos cosas más dijeron acerca de Ezra, por un lado, se lo considera como aquel que revivió la Tora y la fortaleció dentro del pueblo de Israel, pues había caído en el olvido por parte de la mayoría del pueblo, por otro lado, fue el que hizo asentarse al pueblo de Israel en su tierra.

Rambam cuando enumera la cadena de cómo fue transmitida la Tora oral de generación en generación menciona a Ezra como el eslabón que recibió la transmisión de Baruj ben Neria, quien la recibió a su vez del profeta Irmiahu.

Ezra no sube a Jerusalem inmediatamente con el edicto de Koresh, y esto es, acorde a la opinión de los sabios, porque todo tiempo que estaba vivo Baruj ben Neria, discípulo del profeta Irmiahu, Ezra permanece junto a él para aprender y recibir la tradición oral desde Moshé.

De todo esto, podemos observar cómo Ezra se esforzó mucho y se esmeró por adquirir la Tora de Dios y aprender, y luego se abocó con todas sus fuerzas a trasmitírselas al pueblo de Israel y que sean puestas en práctica. Tal como Abraham, nuestro patriarca, no solo se conforma con saberlo él, sino que, en su mente, Ezra sueña con todo el pueblo de Israel cumpliendo la Voluntad Divina y pone todo su empeño para lograrlo, se prepara, se capacita, permanece junto a los líderes del pueblo (Baruj ben Neriá) y se dirige al emperador para solicitarle todo lo que el pueblo precisa para el cumplimiento de la Tora. Es por eso que, ante esta actitud, Dios bendice no solo su iniciativa, sino que la hace prosperar y que tenga éxito en todo lo que emprenda y que halle gracia ante las autoridades persas.

Anteriormente, en el capítulo 4 versículo 7 hemos visto que los enemigos de Israel en su afán de interrumpir las obras en Jerusalem escribieron una carta a Artajshasta rey de Persia y que aparentemente logró su cometido, pues desde el versículo 18 de ese capítulo, hasta el final del mismo el rey responde a esa misiva diciendo: La carta que nos habéis enviado fue leída delante de mí claramente. He decretado que se buscara y se ha hallado que esta ciudad desde tiempos antiguos se rebela… Ahora pues ordenad a aquellos hombres que cesen su trabajo, y que esa ciudad no sea reconstruida, hasta que yo mismo lo ordene… Cesó entonces la obra de la casa de Dios, que está en Jerusalem: hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.

La gran pregunta que surge entonces es: ¿Cómo puede ser que este rey por un lado sea tan generoso con Ezra y por el otro acuse a Jerusalem de ser una ciudad mala y ordena detener las obras del Templo? ¿Se trata del mismo rey Artajshasta o es otro rey?

Para responder a este interrogante, Daat Mikra sostiene que la carta que le habrían enviado los enemigos de Israel, habrá sido enviada en los primeros días de su reinado, en la época de Ezra, pues en el año 7 de su reinado, este rey es el que envía a Ezra con todos los honores y poderes, y en el año 20 de su reinado envía a Nejemiá con la autorización de que reconstruya la ciudad de Jerusalem.

Acorde a la opinión de los historiadores, se trata de otro Artajshasta (ver en el cuadro de la introducción)

Sabemos que Ezra elige para abandonar Babilonia, junto a la segunda ola de inmigrantes, el mes de Nisán, unos pocos días antes de Pesaj. Tal como dice Daat Mikra en su introducción, esto no lo hace por ignorancia o negligencia, sino para que sea una fuerte señal para todo el pueblo de Israel, tanto los que iban con él, como para los que se quedaban, esto era similar a la salida de Egipto rumbo a la tierra prometida, y tal como dijeron los sabios: “el pueblo de Israel fue redimido en el mes de Nisán, y en el mes de Nisán volverán a ser redimidos” cruza el río Éufrates precisamente en el séptimo día de Pesaj, tal como el pueblo cruzó el mar rojo en esa fecha.

Por último, ingresa a Jerusalem en el principio del mes de Av, no debemos olvidar que el templo fue destruido en esa fecha.

La celeridad con que Ezra logró el favor y todos los beneficios que el rey le otorgó no fue algo normal, pero fue tal su empeño y decisión de hacer algo al respecto que, tal como dice en el próximo versículo, Dios bendice su iniciativa, y lo hace prosperar y tener éxito cuando nadie lo hubiese imaginado.

Las fechas que se indican aquí con tanto detalle nos ayudan a comprender un poco mejor la naturaleza del viaje y el camino que habrían tomado.

El primero de Nisán (hay quienes sostienen que en aquel año coincidía con el 8 de abril del calendario Gregoriano), es la época en que comienza la primavera y es más práctico y cómodo emprender un viaje en esta estación del año.

El 5 del mes de Av (que, acorde a la misma fuente, en aquel año coincidía con el 4 de agosto del calendario Gregoriano), definitivamente es una época de pleno calor y en medio del caluroso verano de medio oriente. Esto nos hace suponer que la ruta seleccionada debió haber sido planeada meticulosamente, máximo teniendo en cuenta que se viajaba con mujeres y niños, por lo tanto, debían tener lugares en donde repostar, abundante agua y acceso a alimentos durante la larga travesía de casi 4 meses.

Seguramente habrá sido una caminata lenta, seca y calurosa. Acorde a los expertos, habrán tomado la ruta norte de las caravanas, aproximadamente unos 1.500 km; saliendo desde Babilonia, bordeando el río Éufrates hacia el norte, luego descendiendo hasta la actual ciudad de Damasco y de allí ingresar por el norte (las alturas del Golán) a la tierra de Israel, o tal vez fueron bordeando el Éufrates hasta llegar a la costa mediterránea y de allí hacia el sur.

Al ritmo de viaje que pueda ser realizado por familias, lo mas probable es que avanzaran unos 15 a 20 km por día, teniendo en cuenta que no viajaban durante los viernes y sábados como así tampoco durante los días de Shavuot.

Ezra no buscaba engrandecerse él solo, sino que pretendía acercar a todo Israel a Dios.

El judaísmo no cree que Dios elige a una persona al azar y por casualidad o caprichosamente, sino que la elección de un individuo por parte de Dios es producto del esfuerzo que Dios ve que hace esa persona, su sabiduría y sus ganas de hacer algo bueno por el pueblo, entonces lo corona con el éxito, bendiciéndolo y guiándolo para alcanzar ese objetivo.

Una idea similar es lo que nos dice el Pirké Avot: Haz Su voluntad como si fuera la tuya para que Él anule la voluntad de los demás ante la tuya. No se trata de una táctica para que podamos obtener una ventaja y salirnos con nuestro cometido, sino que se trata de un valor más elevado: si nos apegamos a Dios, y llegamos a captar la verdad de todos aquellos valores elevados y los adoptamos, entonces en la práctica lo que ocurrirá es que nadie podrá interponerse ante nosotros, pues nadie puede ir en contra de la voluntad de Dios; y al hacer nosotros la voluntad de Dios, es lo que finalmente se impondrá.

No está claro qué fue lo que llevó al rey de Persia a tener esta actitud tan generosa con los judíos en general y con Ezra en particular.

Aparentemente algo (tal vez la providencia Divina) hizo que el rey considere de interés estratégico para el imperio persa fortalecer y privilegiar la relación con el pueblo judío y su santuario.

No debemos olvidar lo que dijimos antes: era la política del imperio congraciarse con los pueblos conquistados.

Ese es el motivo por el cual ahora Artajshashta, les otorga a los judíos su autonomía limitada, y hasta lo fomenta a que dediquen sus fuerzas a reconstruir el Templo; de esa manera no van a querer estar luchando contra el imperio persa 

A partir de aquí comienza a redactar en arameo pues los edictos eran escritos en ese idioma para que sea entendido por todos los pueblos del imperio, no debemos olvidar que, en el imperio persa, cada pueblo conservaba su idioma, y el arameo era el idioma que se utilizaba para que todos entendieran, tal como hoy en día se utiliza el inglés.

escriba de la ley del Dios del cielo Ezra fue reconocido como un ilustre e instruido en la ley de la Tora, en hebreo bíblico, el término Sofer – escriba, no hace referencia a aquel que escribe libros, sino que hace alusión a un sabio, aquel que es experto en el texto Bíblico y su explicación. Ezra era conocido como el hombre sabio e instruido en la ley de Dios, no debemos olvidarnos que fue el alumno de Baruj ben Neriá, quien fuera discípulo del profeta Irmiahu.

Ibn Ezra dice que este edicto contiene dos partes:

1      Permiso para que quien quiera ir a Jerusalem pueda hacerlo y recopilar donativos para el Templo.

2      Conceder ayuda en todo lo que concierne al servicio Divino en el Templo de Jerusalem.

Malvim explica la necesidad de este nuevo edicto porque, si bien anteriormente, en el reino de Koresh, se autorizó algo semejante, en aquella oportunidad era para la construcción del Templo, pero ahora el templo ya estaba construido, por lo tanto, podríamos pensar que ya no estaban autorizados para volver a Jerusalem. Es por eso que es necesario este decreto en donde estipula que el pueblo judío aun puede volver a su tierra y recuperar las tierras que les pertenecían.

En su calidad de sabio judío y experto en cuestiones Bíblicas, es muy factible que Ezra haya sido miembro de una u otra forma del ámbito más cercano al rey. Los gobiernos antiguos, acostumbraban a disponer de individuos que sirvieran como diplomáticos, abogados e interpretes de los documentos de los pueblos súbditos o aliados. También precisaban gente entendida en las leyes, lengua y costumbres de esos pueblos, para que así pudieran explicar al rey, sus conductas y aconsejarle en caso que fuere requerido alguna acción contra ellos o a su favor, en esos casos se los enviaba como emisarios del rey en alguna misión de investigación para así ayudar al rey y sus asesores a tomar decisiones.

Historiadores como Heródoto y Jenofonte, hacen mención que los reyes persas contaban con un grupo de siete príncipes, o ministros que formaban su concejo. Esto también lo vemos en el libro de Ester 1:14, en donde el rey Ajashberosh consulta a sus siete príncipes para saber qué hacer con la reina Vashtí que se negó a obedecer una orden directa del rey.

La función de Ezra era netamente religiosa, enseñar, fortalecer los establecimientos educativos y velar por que los judíos sean fieles a sus ideales y fe y para ello puede sumar a su comitiva a todos aquellos que quieran ir junto a él para alcanzar tal objetivo.

Acorde a la opinión de Malvim, además de la función de enseñar las leyes de Dios al pueblo de Israel, Ezra tenía otra misión, y era transportar todo ese cargamento de plata y oro que el rey y sus concejeros ofrecían voluntariamente a Dios.

Esta segunda misión de Ezra que mencionamos en el versículo anterior, (la de transportar la plata y el oro al Templo de Jerusalem) incluía:

1      Los donativos voluntarios de los miembros del reino,

2      Los donativos voluntarios por parte de los demás pueblos de la provincia de Babilonia y

3      Los donativos que ofrecieren los del pueblo de Israel que no irían con Ezra.

Daat Mikra, dice que el rey le otorgó a Ezra el derecho a decidir él mismo lo qué hacer con ese dinero, es decir, no precisaba llevarlo a Jerusalem y que allí decidan cómo utilizarlo, sino que le otorgó la facultad de decidir desde ese momento adquirir con ese gran monto todo lo que considere necesario,

La lista tan detallada de las especies animales como vegetales y libaciones, sugiere que previamente al edicto, el rey se había consultado y asesorado con expertos judíos acerca de las labores y ritos del Templo.

Si bien le ordena adquirir con ese dinero en Babilonia artículos específicos para el servicio en el Templo, con lo restante le otorga completa libertad para comprar todo lo que considere necesario para el servicio Divino, pues de seguro allí, en la capital del imperio, habría cosas que no podría conseguir en Jerusalem.

conforme a la voluntad de vuestro Dios El comentarista Metzudat David dice que el rey no les confiere la posibilidad de que puedan quedarse con el restante de dinero para ellos para fines personales o para acrecentar su propio patrimonio, sino que le otorga libertad para decidir utilizarlo en cualquier cosa que tenga que ver con el servicio Divino, es por eso que Rashí especifica que está escrito: conforme a la voluntad de vuestro Dios y no la vuestra.

Los utensilios que les fueron entregados, con ellos no podría hacer como con la plata y el oro que podía comprar con ello ganado para las ofrendas u otras necesidades del templo, sino que con respecto a los utensilios debían ser llevados y consagrarse al servicio Divino.

Daat Mikra sostiene que esto hace referencia a que antiguamente se requería que los ministros o delegados importantes ellos mismos ofrezcan una ofrenda en su nombre. Es por eso que el rey dispone que, en caso que le sea exigido a Ezra este tipo de ofrendas, que tome del dinero de las arcas del rey para proveer dicha ofrenda.

El comentarista Metzudat David dice que esto hace alusión a que cualquier otra cosa que le sea solicitado o que haga falta para el Templo y que no haya sido llevado desde Babilonia, entonces podía recurrir a los fondos del rey para proveer todo lo que precise.

Esto era una orden para los gobernadores que estaban a lo largo del camino desde Babel hasta Jerusalem. Todo lo que precisare Ezra a lo largo del camino que le sea concedido, ya sea comida, bebida, sitio en donde acampar, o cualquier otro requerimiento.

Cien talentos de plata era muchísimo dinero, más aún si tomamos en cuenta los escritos del historiador griego Heródoto, que hemos citado en la introducción, en que sostiene que todos los ingresos del imperio persa de la zona de medio oriente ascendían a 350 talentos de plata, es decir, el rey decide consagrar un tercio de toda esa recaudación para destinarlo al Templo de Jerusalem.

Acorde a los cálculos de Daat Mikra, 100 talentos de plata equivalen a 3.300 kilos. Cien coros de trigo, son 36.400 kg. Cien batos de vino y aceite equivalen a 3.650 litros.

Tal como habíamos mencionado al principio del comentario, fue una política del imperio congraciarse con los pueblos conquistados.

Los persas no iban a repetir el error de los babilónicos, es por eso que ellos deciden cambiar radicalmente la estrategia, así cada pueblo conquistado se quedaría en su lugar, se respetaría su cultura, su religión, su costumbre, sus propiedades, sus trabajos, etc. solamente sería un cambio de gobierno, a partir de ese momento, la administración del pueblo iba a estar a cargo del Imperio Persa, pero la vida diaria de los pueblos continuaría su curso normalmente.

Ese es el motivo por el cual Koresh, Darío y ahora Artajshashta, también les otorga a los judíos su autonomía limitada, y hasta lo fomenta a que dediquen sus fuerzas a reconstruir el Templo; de esa manera no van a querer estar luchando contra el imperio persa 

Esta política la encontramos documentada en el Cilindro de Koresh, en donde dice que él hizo volver a todos los dioses a sus antiguos altares que habían sido destruidos por los babilonios los hizo reconstruir, de esta manera Koresh dice que él hizo asentarse a los dioses de cada pueblo nuevamente en sus altares.

Obviamente que los emperadores persas también tenían la mentalidad pagana de aquella época, y creían que cada pueblo y cada zona tenía su dios, que era el encargado de gobernar, administrar y ayudar a los habitantes de esa zona. Esa era la mitología pagana, por lo tanto, al hacer esto los emperadores persas, también perseguían, lograr el favor de los dioses para con ellos, pues al hacer esto lograrían que los dioses los beneficien en sus campañas y los protejan.

Si a todo esto le sumamos el hecho que en esa época un tal Inaros, que era de Libia, expulsó a los recaudadores de impuestos persas y recolectó mercenarios, iniciando así una revuelta que, para ese entonces, ya había copado el poder en Egipto y rápidamente contó con el apoyo de la flota ateniense en el Mediterráneo, quienes enviaron tropas y un ejército de más de 200 barcos, esto hizo que fuera prioridad máxima para el rey de Persia, lograr el favor del Dios del cielo y estar en buenas relaciones con la provincia de Yehudá que estaba geográficamente tan cercana a Egipto es por eso que dice: sea hecho prestamente para la casa del Dios del cielo.

Esta fue una época histórica única en la que todo aquel que se dedicaba a la labor de Dios, como dice Rashí: estaba exento de pagar impuestos y ningún individuo tenía permiso de cobrarles ningún impuesto a ellos.

Ralbag dice, que todo aquel que sirve al Dios de los cielos y la tierra, no es digno que sea sometido por ningún otro rey ni que se les cobre a ellos impuestos.

La tarea de Ezra no sería fácil, él no contaba con adeptos ni era muy conocido en Jerusalem, es por eso que es muy factible que esta decisión de no cobrar impuestos a los que sirven a Dios, fuera sugerida al rey por el propio Ezra, para que de esta manera él pudiera tener una mejor recepción por parte de los judíos de Jerusalem que ya no lo verían como un ministro del rey persa y que vela por los intereses del imperio, sino que supieran que se trata de un auténtico líder judío, que lo único que pretende es apuntalar el servicio en el Templo y fomentar la Tora en el pueblo de Israel.

Netinim Anteriormente en el capítulo 2 versículo 43 hemos explicados que los sabios sostienen que los Neitinim eran los descendientes de los Guivonim. Este pueblo es el que, cuando el pueblo de Israel ingresó a la tierra de Cnaan, se hicieron pasar por un pueblo lejano que vinieron a hacer la paz con Yehoshua, a pesar que en realidad eran de la tierra de Israel y luego que Yehoshua descubre que fue engañado, decreta que sea respetado el pacto con ellos, pero serán designados como siervos para proveer agua y leña para el Templo, de por vida.

y siervos de la casa de Dios En el capítulo 2 versículo 55 son mencionados los hijos de los siervos del rey Shelomó, allí Daat Mikra explica que se refiere a todos aquellos siervos que menciona en el libro de Reyes I 9:20 y 21. Estos siervos nunca se convirtieron al judaísmo, es por eso que son mencionados aparte.

Los reyes de Persia denotaban un gran interés por asegurarse de que sus súbditos mantuvieran el rito y servicio a sus dioses. Esto les daba tranquilidad y sumisión a ellos por parte de los pueblos conquistados, pues a diferencia del imperio babilónico, que había destruido sus lugares de culto y no les permitía mantener sus costumbres ni religión,  Persia los liberó de Babilonia y los hizo regresar a sus tierras y ayudo a reconstruir sus lugares sagrados, esto hacía que los súbditos, se sientan a gusto con el nuevo rey y que lo defiendan, pues este los había salvado a ellos y restituido a sus lugares. Es por eso que, el rey persa, por un lado, ordena reestablecer los altares de los dioses de cada pueblo y por el otro, trata de reforzar su cultura. Esta era la estrategia de Persia para mantener a los pueblos de un imperio tan grande, en forma hegemónica, contentos y sin rebeliones.

Con respecto al pueblo judío en particular, la atención del rey era mayor, pues no se trataba de un pueblo cualquiera, era un pueblo culto, con una gran historia y trascendencia, y por sobre todo, con Dios velando por Su pueblo. Los persas conocían las grandes epopeyas y milagros que Dios obró con Israel en Egipto y contra los grandes reyes de Cnaan, como así con David, con Shelomó, con Jizquiahu y demás reyes. Es por eso que denotan un especial cuidado y esmero para que este pueblo se mantenga fiel a sus tradiciones y en el camino de Dios. Si el Dios de Israel se complacía en la obediencia por parte de Su pueblo de Sus preceptos, entonces debían ser respetados y puestos en práctica, se debía capacitar a sus maestros y sacerdotes para que instruyan al pueblo en los preceptos del Dios del cielo.

Debemos ser conscientes de esta situación sin par en la que Ezra tiene la autoridad total para designar a todo tipo de jueces, maestro y sacerdotes, algo así no se daba ni siquiera en la época de los últimos reyes de Yehudá en que el pueblo judío disponía aun de una cierta autonomía.

La estructura administrativa persa consistía en un conjunto doble de funcionarios: uno para asuntos locales cotidianos y otro encargado de hacer cumplir los decretos y estatutos reales. A pesar de todo el apoyo demostrado a Ezra por el rey en el edicto, la autoridad de Ezra fue limitada, solamente podía nombrar jueces, magistrados y maestros, en lo concerniente a las leyes de la Tora y la vida religiosa.

Daat Mikra sostiene que este privilegio que adquiere Ezra para juzgar al pueblo y designar jueces, se mantendrá en pie, durante muchos años después de Ezra y lo adquirían los distintos jefes del sanedrín de cada época.

Es importante destacar que Ezra no fue nombrado gobernador o encargado de las cuestiones políticas, sino que fue designado encargado supremo para todos los asuntos religiosos del pueblo, es por eso que se le otorga autoridad sobre todos los judíos que están del otro lado del Éufrates.

Es probable que hubiera habido suficientes quejas y reclamos acerca del cumplimiento de los preceptos por parte de los judíos en la provincia de Yehudá (no olvidemos que los israelitas habían comenzado a casarse con mujeres no judías) todos estos cuestionamientos eran suficientes como para sugerir que fuera instituida una investigación y delegación que imponga orden y ley allí; y para ello fue designado Ezra, que tal como dijimos en el versículo 14, en su calidad de sabio judío y experto en cuestiones Bíblicas, haya sido miembro del ámbito más cercano al rey, por lo tanto gozaba del respeto y confianza del monarca, es por eso que fue el seleccionado por el rey para esta misión y así, el emperador consideraba que se podía evitar la ira de Dios, tal como lo dijo en el versículo 23 ¿por qué habría de encenderse Su ira contra el imperio del rey y sus hijos?

prestamente sea juzgado No se trataba de un poder tirano, sino que debían ser juzgados y tenían derecho a defenderse, pero en caso que sean encontrados culpables, solamente los jueces o magistrados designados por Ezra eran los que poseían las facultades para otorgar y ejecutar el castigo, todo esto sin descuidar las leyes del reino.

Hasta aquí fue la carta con el edicto del rey. A partir de ahora sigue relatando Ezra.

Malvim explica que Ezra alaba a Dios por un lado por todo lo que hizo por engrandecer y honrar el Templo, que puso en el corazón del rey y sus consejeros la idea de engrandecer y ponderar el servicio a Dios y  por otro lado, por haber permitido y darle la autoridad de que sea difundida y respetada la ley de la Tora.

La gran diferencia entre esta segunda ola migratoria hacia Israel con la primera, es que esta vez van llenos de oro y riqueza, con autoridad total y con todos los honores reales.

Ezra sube a la tierra de Israel con el espíritu de la profecía del profeta Zejariá 4:6 No por la valentía, ni por la fuerza, sino por Mi espíritu dice el Eterno de los ejércitos.

Y yo fui fortalecido conforme a la mano del Eterno mi Dios sobre mí,

El rango de Ezra fue establecido y nadie lo cuestionaba, eso hizo que dentro del pueblo de Israel sea respetado y obedecido. Ezra no utilizó déspotamente su poder, sino que lo utilizó para el engrandecimiento de la Tora y el fortalecimiento de la fe judía, logrando con ello que el regreso de la diáspora no sea algo meramente físico, en donde regresan a sus antiguas tierras, sino que también sea un regresar a las fuentes y tradiciones judías que se habían debilitado mucho dentro del pueblo de Israel.

junté los hombres principales de Israel para que subiesen conmigo Ezra se pone en movimiento inmediatamente, él es consciente que este gesto de buena voluntad por parte del rey puede cambiar, es por eso que no deja pasar ni un instante y se pone manos a la obra para organizar la salida. No obstante, a pesar que Ezra tenía toda la autoridad y el apoyo del reino para proceder según le pareciera, él no quiere actuar solo, sino que lo hace en conjunto con el resto de los líderes del pueblo de Israel, es por eso que los llama y los convoca para que lo ayuden en la tarea.