Linea de tiempo
Yehoshua
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1
Consagración de Iehoshúa
El ingreso a la tierra
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2
Los espías en Ierijó
El ingreso a la tierra
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3
El cruce del Iardén (Jordán)
El ingreso a la tierra
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5
La circuncisión; Pesaj;el comandante del ejército del Eterno
El ingreso a la tierra
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6
Conquista de Ierijó
Conquista de la tierra
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7
El pecado de Aján y las guerra en Hai; el evento de la bendición y la maldición
Conquista de la tierra
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9
El pacto con los Guivonim
Conquista de la tierra
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10
La guerra de los reyes del sur
Conquista de la tierra
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11
La guerra de los reyes del norte
Conquista de la tierra
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12
Resumen de la conquista
Conquista de la tierra
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13
La tierra que quedaba; las heredades del otro lado del Jordán
La colonización de la tierra
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14
Las heredades de las tribus de Iehudá, Efraim y medio Menashé
La colonización de la tierra
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18
Las heredades de las tribus que no tomaron posesión de la tierra entregada por Dios
La colonización de la tierra
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20
Ciudades de refugio
La colonización de la tierra
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21
Las ciudades de los Leviim
La colonización de la tierra
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22
Las dos tribus y media
La colonización de la tierra
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23
El testamento de Iehoshúa
Los discursos del final
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24
Cierre del libro
Los discursos del final
Yehoshua 10
Versículo 1
Versículo 1: Abarbanel explica que toda la intención de Adoni Tzedek era guerrear contra los habitantes de Guibón, no contra los hijos de Israel. Y el motivo por el que sale a la guerra contra ellos es porque esta gente se rebeló contra su rey quien se había aliado con los demás reyes para luchar contra Yehoshua, tal como nos relató al principio del capítulo anterior. Pero los habitantes de Guibón desobedecen y no están dispuestos a eso, por ello fueron por su propia cuenta a hacer un pacto con Yehoshua. Adoni Tzedek temía que su pueblo también se rebele, es por eso que quiere escarmentar a la gente de Guibón que desobedeció a su rey. Es por eso que también invita a los demás reyes a que se sumen a la guerra contra Guibón, pues a sus ojos ellos han traicionado a los demás pueblos vecinos haciendo la paz con Yehoshua en lugar de vengar a sus vecinos. Ese es el motivo por el que dice: cuando oyó, Adoni Tzedek, rey de Jerusalem, que Yehoshua conquistó a Hai y la destruyó, tal como le había hecho a Jericó y a su rey, así le hizo a Hai y a su rey, y (a pesar de todo esto) los habitantes de Guibón se rindieron ante Israel, y ya habitaban con ellos
Al haber pactado los Guibonim la paz y habitar entre ellos les estaban dando lugares para acampar y provisiones a los hijos de Israel, algo que era muy malo para los demás pueblos que querían luchar contra Israel, pues si no iban a tener donde acampar ni provisiones, les sería mucho más difícil a Yehoshua y sus hombres poder luchar; no olvidemos que las ciudades de Jericó y Hai fueron destruidas completamente, esto hacía que los hijos de Israel debían siempre regresar hasta Guilgal por provisiones. Es por eso que veían los actos de los Guibonim como una traición.
El versículo dice: Y ocurrió cuando oyó, Adoni Tzedek, rey de Jerusalem, que Yehoshua conquistó a Hai y la destruyó, tal como le había hecho a Jericó y a su rey
Lo lógico hubiera sido que cite las guerras en orden cronológico, primero Jericó y luego Hai, el motivo que mencionó primero Hai, dice Malvim, es porque en esa guerra ya no fue algo milagroso, sino que fueron mediante tácticas de guerras completamente convencionales, nada de milagros, es por eso que cobra fuerza y cree que puede conquistar y ganarle a Yehoshua en una guerra que no dependa de milagros celestiales.
Otro punto que Adoni Tzedek no pudo tolerar es que Yehoshua estaba destruyendo todas las ciudades que conquistaba. A diferencia del resto de los conquistadores que se apoderaban de las ciudades pero no las destruían. Esto hizo que tema mucho por su vida y sus ciudades.
Por último, Adoni Tzedek veía que Yehoshua estaba teniendo más gente que luchara y lo sirviera, en este caso los Guibonim que era una ciudad importante y además con guerreros muy fuertes.
Todo esto lo llevó a tomar una determinación.
Yehoshua 10
Versículo 2
Versículo 2: Daat Mikra sostiene que al ser que Yehoshua ya había conquistado Jericó, Hai y Guibón, Adoni Tzedek veía que su ciudad estaba rodeada por tres flancos y que probablemente serían los próximos, es por eso que se atemoriza.
Yehoshua 10
Versículo 3
Versículo 3: Malvim agrega que si bien al principio del capítulo 9 nos había hablado de la coalición que habían formado los reyes de Cnaan contra Yehoshua, en realidad, esa alianza no duró mucho, pues los de Guibón no la respetaron y esto causó que guerreen contra ellos y que Yehoshua los destruya a todos al acudir en ayuda de Guibón.
La ciudad de Iarmut quedaba en donde hoy en dia es Tel Yarmut, al sur de Bet Shemesh.
La ciudad de Lajish, era una ciudad real muy conocida en la antigüedad, hasta el día de hoy se conservan sus ruinas en Tel Lajish, a unos 7 kilómetros al sur de Beth Gubrin.
Eglón estaba ubicada a unos 12 kilómetros al oeste de Lajish.
Yehoshua 10
Versículo 4
Versículo 4: Era imperioso para los reyes Emoreos luchar y aleccionar a los habitantes de Guibón, que era una ciudad muy grande e importante entre las ciudades del reino; en primer lugar: para que ninguna otra ciudad ose imitarlos y en segundo lugar, para que los hijos de Israel no puedan asentarse en esas ciudades y tener provisiones, sino que queden aislados y sin víveres.
Yehoshua 10
Versículo 5
Versículo 5: Se juntaron en Jerusalem y subieron a Guibón. Tan importante era para esos reyes esta batalla que fueron ellos mismos en persona junto con sus ejércitos. El objetivo era conquistarla para que de esa manera poder detener el avance de los hijos de Israel y que no puedan llegar a las montañas de los Emoreos.
Yehoshua 10
Versículo 6
Versículo 6: Abarbanel sostiene que el motivo por el cual dicen “No apartéis tu mano de tus siervos” es porque a causa de que ellos se han rendido y se han convertido en siervos de Israel, es que esos reyes quieren ahora destruirlos, por lo tanto es su deber moral ayudarlos y no apartar su mano protectora de ellos.
Malvim recalca la diferencia que existe entre: salvar y ayudar. El que salva, hará todo lo que está a su alcance para salvarlo, en cambio, el que ayuda, se esforzará un poco, pero eso no quiere decir que pondrá todo su empeño en ese objetivo. Es por eso que los de Guibón le piden a Yehoshua que los salve, o al menos que los ayude un poco y ellos lucharan también.
Debemos notar la abundancia de verbos pidiendo ayuda: 1) No apartes tu mano de tus siervos, 2) subid prestos, 3) sálvanos, 4) ayúdanos todo esto nos denota el estado de pánico y desesperación en que estaban sumidos los hombres de Guibón.
Otro detalle que nos demuestra el estado de pavor que tenían los de Guibón es que dicen: pues se han reunido contra nosotros todos los reyes emoreos que habitan en las montañas a pesar que en realidad no eran todos los reyes sino solo cinco.
Yehoshua 10
Versículo 7
Versículo 7: A pesar que Yehoshua podría haber argüido que el pacto que firmó con ellos fue producto de un engaño y por ende no estaba obligado a sumir al ejército de Israel al peligro de una guerra para acudir en defensa de los hombres de Guibón; de todas formas, Yehoshua siente la necesidad de cumplir su palabra para que los demás pueblos no puedan argumentar que de nada hubiera servido rendirse y no luchar pues de todas maneras Yehoshua no hubiera respetado ningún pacto con ellos, para demostrar lo contrario y que a pesar que el pacto con los de Guibón era de origen dudoso, aun así Israel acude en su ayuda prestamente.
Yehoshua 10
Versículo 8
Versículo 8: Malvim sugiere que todo esto fue orquestado por Dios para entregar a todos estos reyes en manos de Yehoshua de una sola vez.
En el capítulo 1:5 dice: Nadie se parará (itiatzev lefaneja) frente a ti durante todos los días de tu vida Y aquí dice: ninguno de ellos podrá mantenerse (iaamod lefaneja) frente a ti
La diferencia es que en el primer capítulo se refiere a que no intentará nadie ir en contra de Yehoshua, y en nuestro capítulo, se refiere a que si bien estos reyes no se habían presentado en guerra contra Yehoshua, sino contra Guibón, igualmente, a pesar que ya se han presentado en batalla, de todas maneras no podrán mantenerse en pie ante Yehoshua.
Yehoshua 10
Versículo 9
Versículo 9: Nos cuenta que contrariamente a lo que pensaron los reyes Emoreos que Yehoshua no acudiría en ayuda de los de Guibón o si lo hiciera, eso le tomaría bastante tiempo; para su sorpresa Yehoshua sí acudió en su ayuda y lo hizo presto y rápidamente, cayendo de pronto, sobre los cinco reyes en horas del amanecer del otro día sin que se lo esperasen, lo que motivo que fueran sorprendidos y apabullados.
Yehoshua 10
Versículo 10
Versículo 10: El texto nos relata que no solo fue una simple derrota, sino que los enemigos quedaron aterrados huyendo despavoridamente delante de Israel, cumpliéndose de esta forma lo que Dios ya les había prometido en la Tora: que el enemigo les daría la espalda, es decir, huirían ante ellos.
Beth Jorón quedaba al final de la planicie costera en la cima de una colina a una altura de 620 metros sobre el nivel del mar, a pocos kilómetros al norte de donde hoy en día está Latrún.
Los persiguieron hasta Hazeká que quedaba cerca de donde hoy en día es Beth Shemesh, unos 15 kilómetros más al suroeste de Beth Jorón.
Yehoshua 10
Versículo 11
Versículo 11: Si bien ascendieron en la planicie hasta Beth Jorón, pensando que de esa manera iban a deshacerse de los guerreros de Israel, pronto se dieron cuenta que no era así, por lo tanto continúan huyendo por el único camino que les quedaba frente a ellos, y era la bajada de Beth Jorón que era un camino muy angosto y empinado, hasta tal punto que los sabios del talmud en el tratado Sanedrín 32b, hacen alusión a este camino diciendo que es imposible que dos camellos suban juntos por ese sendero, sino que deben hacerlo uno detrás del otro.
Hay comentaristas que sostienen que estas piedras grandes desde el cielo que Dios envió contra ellos era granizo de gran tamaño tal como dice al final del versículo.
Otros sostienen que se trataba de meteoritos y se apoyan para afirmar esto en lo que dijeron los sabios en el Talmud Berajot 54: el que ve meteoritos en la bajada de Beth Jorón debe alabar a Dios. Aun hoy en día se puede observar en el terreno que rodea a Beth Jorón, cráteres en la tierra que denotan la caída de grandes piedras desde el cielo, ya sean granizo o pequeños meteoritos que lograron atravesar la atmosfera y llegar a tierra firme.
Otros sostienen que esas grandes piedras eran rocas que caían desde la cima de la montaña y por ser que ellos bajaban por un camino estrecho con mucha pendiente, esas piedras rodaban desde lo alto y los que huian no tenían donde escapar o resguardarse, es por eso que muchos murieron a causa de ellas. A pesar que el texto literalmente dice que caían del cielo las piedras, puede entenderse que se refiere a que las piedras se desplomaban desde lo más alto de la montaña.
Sea cual fuera la causa de estas grandes piedras, ya sea el granizo, meteoritos o rocas desde lo alto de la montaña, lo grandioso y milagroso, es que solo dañaron y mataron a los enemigos, mientras que a los hijos de Israel, estas piedras no los alcanzaron.
Yehoshua 10
Versículo 12
Versículo 12: Acorde a Abarbanel el motivo por el cual Yehoshua pide que el sol y la luna se detengan es porque si oscurecía los hijos de Israel estarían en clara desventaja ante los enemigos que conocían el terreno. Es por eso que pide que el sol continúe iluminando, y que la luna que estaba saliendo se detenga también para que de esa manera Israel pueda terminar de aniquilar al enemigo que huía despavorido.
Si bien dice en el versículo que Yehoshua habló a Dios, no dice qué fue lo que le dijo, es por eso que Abarbanel explica que el versículo debe leerse de la siguiente manera: “Entonces habló Yehoshua al Eterno por ese día en que el Eterno entregará al Emorí delante de los hijos de Israel” O sea, venía implorando a Dios que llegue el día en que por fin entregue al Emorí en sus manos. Y nos dice que a pesar que rogó a Dios, no lo hizo en privado, sino que permaneció junto a todos los hombres de guerra e imploró a Dios delante de ellos. Y es por eso que dice a la vista de todo Israel, es decir que rezó a Dios para que el sol continúe alumbrando así los enemigos caen a la vista de todo Israel, para que asi ellos lo puedan ver. No se trata de que Yehoshua le habla al sol o que le ordena algo, sino que le pide a Dios que el sol se detenga en Guibón y la luna en el valle del Hayalón.
Malvim sostiene que el motivo por el cual Yehoshua habla a Dios a la vista de todo Israel, es para que todo el pueblo escuche lo que Yehoshua tiene para decir ante Dios. Pues se trata de que Dios va a cumplir lo que le prometió a Moshé en Shemot 34:9 donde Moshé pidió a Dios: “Señor, si he hallado gracia a Tus ojos, que el Señor vaya en medio de nosotros…” Es decir, Moshé ruega a Dios para que sea Él el que los conduzca (providencia Divina) y que luche por ellos milagrosamente. Y Dios le responde: “He aquí que Yo hago un pacto delante de todo tu pueblo, que haré maravillas que no fueron hechos antes en ningún lugar de la tierra ni ante ningún pueblo. Y verá todo este pueblo, entre el que tú estás, la obra del Eterno que es colosal…” Es decir, Dios le prometa a Moshé que, tal como él lo pidió, así será y que Dios obrará por ellos milagros grandiosos como nunca antes se han visto y que estos serán hechos a vista de todo el pueblo. E inmediatamente después continua: “Presta atención a lo que Yo te ordeno hoy: He aquí que expulsaré de delante de ti al Emorí… Dando a entender que todos estos portentos serán hechos en el día en que Dios entregue en manos de Israel al pueblo Emorí. Es lo que dice más adelante 34:27: “Dijo el Eterno a Moshé: escribe todo esto, pues por el tenor de estas palabras he establecido el pacto contigo y con Israel.” Dios le dijo a Moshé que este pacto por el cual obrará maravillas con ellos, debe ser escrito en un libro, es lo que dirá en este libro de Yehoshua en el próximo versículo: ¿acaso no está escrito esto en el libro Hayashar? Al ver Yehoshua que Dios luchaba por ellos contra los Emoreos tal como Dios se lo prometió a Moshé, pidió que el sol detenga, para que todos puedan ver las grandes maravillas que Dios hace por Israel y el cumplimientos de Su promesa, es por eso que dice: “Entonces habló Yehoshua…en el día que entregó el Eterno al Emorí delante de los hijos de Israel y dijo a la vista de todo Israel” De esta manera se cumplió al pie de la letra lo que Dios dijo, que sería delante de todo el pueblo y que sería algo grandioso, pues al detenerse el sol y la luna, todos los pueblos lo percibirían.
Daat Mikra, basándose en lo que dice Radak, sostiene que en realidad Yehoshua entonó un cántico de agradecimiento a Dios el día que entregó al Emorí en sus manos, y que aquí está escrito solo el primer versículo, pero el resto del cántico está escrito en el libro Hayashar. El tema principal de este cántico es alabar a Dios por todos los milagros que hizo ante Israel para entregar a sus enemigos en sus manos. De este cántico podemos deducir que Yehoshua imploró a Dios para que el sol no se ponga y que puedan perseguir a sus enemigos hasta aniquilarlos.
El valle de Hayalón es el que está al costado del camino que sube a Jerusalem en la zona de Latrún.
Yehoshua 10
Versículo 13
Versículo 13: Abarbanel recalca que, al ser que ésta sería una guerra en la que el pueblo lucharía, a diferencia de lo que ocurrió con Jericó en donde fue Dios el que luchó por ellos, es por eso que el sol se detuvo para que así Israel pudiera continuar la tarea de someter al enemigo hasta acabarlos. Pues Dios no precisa de la luz para terminar con sus enemigos, prueba de ello es con lo que realizó Dios con el campamento de Ashur que en una sola noche con una plaga exterminó a ciento ochenta y cinco mil soldados asirios que habían sitiado Jerusalem para destruirla, y no precisó de la luz del sol para hacerlo; pero en este caso, por ser que es el pueblo quien deberá vengarse de sus enemigos, era necesario que haya luz solar para alcanzar ese objetivo.
Daat Mikra señala que el hecho que la luna se vea de día, probablemente indica que se trataba de un día de luna llena, en donde a pesar que el sol esté en su plenitud, la luna puede verse en el cielo diurno.
Con respecto al libro “Haiashar” los comentaristas aportan varias posibilidades para elucidar a qué libro se refiere. Así Rashí sostiene que se trata del libro de Bereshit y hace referencia a lo que cita acerca de los sueños de Yosef cuando dice que el sol y la luna se prosternaban ante él; no olvidemos que Yehoshua es descendiente de Yosef de la tribu de Efraim, en este caso vemos que el sol y la luna obedecen fielmente lo que Yehoshua pide, como si se prostrasen para hacer su voluntad.
Abarbanel en cambio, concuerda con la opinión de Radak quien sostiene que hace alusión al último libro de la Tora, en donde dice (Debarim 33:26-29): “No hay nadie como Dios, oh Yeshurún, que cabalga sobre los cielos para acudir en tu ayuda con su Gloria en alto… que expulsa ante ti al enemigo ordenando su destrucción. Y habitará Israel con seguridad… Dichoso eres Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvado por Dios?, que te protege y te ayuda y que hace triunfar a tu espada; y tus enemigos confesarán sus propias falacias ante ti, y tú sus alturas pisotearás” Es decir, Dios pondrá el ejército de los cielos (los astros) al servicio de Israel para ayudarlo a pisotear y destruir al enemigo y entonces Israel pueda habitar en paz y seguridad. De esta forma, hará que el prestigio y la gloria de Israel estén manifiestas ante los enemigos para que de esa manera no osen enfrentarse al pueblo de Dios. Concluye Abarbanel que sin lugar a dudas cuando Moshé escribió estos versículos en la Tora, estaba profetizando acerca de este evento que ocurriría en días de Yehoshua, es por eso que Yehoshua dice: ¿acaso no está escrito esto en el libro Haiashar?
Malvim, como mencionamos en el versículo anterior, sostiene que el libro Haiashar hace referencia al libro de Shemot cuando Dios le promete a Moshé luego del suceso del becerro de oro, que Él continuaría yendo con ellos y proveyéndoles Su providencia Divina.
Daat Mikra, en cambio, opina que se trata de un libro que contenía todas las alabanzas y cánticos de guerra que el pueblo fue entonando a Dios y que en el futuro contendría también las poesías que David compuso para Shaul y Yonatán.
Acorde a la opinión de la mayoría de los comentaristas, ese día el sol se demoró doce horas más que lo normal en ponerse. A eso se refiere lo que dice: “como un día entero” El día se divide en dos: noche y día, doce horas de noche y doce de día, es por eso que al decir: “Como un día entero” se refiere a las doce horas diurnas.
Radak y aparentemente Maimónides, discrepan con los demás comentaristas y sostienen que se trata del día más largo del año: el solsticio de verano. Y a eso es lo que se refiere cuando dice: como un día entero es decir, como el día que es más “entero-largo”.
No debemos menospreciar esta postura de tratar de minimizar los milagros y no hacer de ellos algo central en el judaísmo. El judaísmo nunca fue “milagrero” si bien reconoce los milagros y está definitivamente en contra de aquellos que los niegan o que sostienen que Dios no interfiere en los sucesos humanos, por otro lado no quiere hacer de los milagros la piedra angular de la fe judía. Es lo que afirma Maimónides en el Mishné Tora, Hiljot Isodé HaTorá, capítulo 8:1 aquel que cree por los milagros, en su corazón anida la duda, al ser que es factible que la señal fuera realizada por medio de un engaño o artimaña. Sino que todos los milagros que realizo Moisés en el desierto, respondían a necesidades del momento, no para aportar una prueba acerca de la veracidad de su profecía. Debemos entender que la creación de Dios es perfecta, y parte de esa excelencia es que no precise ser modificada o alterada, sino que sea perfecta en todas las situaciones; tal como un reloj, cuanto menos haga falta intervenir para corregir su funcionamiento, más exacto y preciso será ese reloj. Pero si constantemente el relojero debe “intervenir” para que se adapte a distintas situaciones, menos perfecto será ese reloj. Por lo tanto, para Maimónides, cuanto más un individuo exagere acerca de los milagros que Dios realiza, a pesar de que él piense que está engrandeciendo a Dios, en realidad puede estar haciendo exactamente lo contrario, pues está empequeñeciendo la maravilla y perfección de la creación, que fue descrita en Bereshit: “Y vio Dios todo lo que había creado y he aquí que era muy bueno”
Con respecto a este milagro debemos saber que acorde a los conocimientos científicos que disponemos hoy, la tierra gira sobre su propio eje, lo que hace que tengamos la ilusión óptica de que el sol gira alrededor de la tierra cuando en realidad no es así. Ahora bien, si consideramos que el perímetro de la tierra, en el ecuador mide aproximadamente 40.030 kilómetros y que realiza un giro completo sobre su propio eje una vez cada 24 horas, esto hará que para que un individuo que está parado en el ecuador vuelva a estar en el mismo punto en que estaba al iniciar la rotación luego de 24 horas, la tierra debe moverse a una velocidad (en la superficie) de aproximadamente 1.667 kilómetros por hora.
Si afirmamos que el sol se detiene abruptamente en el cielo, en realidad lo que estaríamos diciendo es que la tierra ha detenido abruptamente su movimiento de rotación. Si esto ocurriera, deberíamos tomar en cuenta las consecuencias de esta hecatombe, pues, merced a la fuerza de la inercia, todo lo que está en la superficie terrestre, saldría disparado a una velocidad de 1.667 kilómetros por hora (imaginemos los desastres que causa un huracán de categoría 5 cuyos vientos alcanzan 300 kilómetros por hora, y aquí hablamos de 1.600 kilómetros por hora) Para ejemplificarlo, imaginemos una enorme calesita que gira a 1.600 kilómetros por hora y se detiene de pronto, todas las personas que están sobre ella, saldrán expulsados a una velocidad enorme y no quedaría nada sobre la calesita. O imaginemos un auto descapotable que viaja a 1.600 kilómetros por hora y choca con un bloque de cemento de 50 cm de alto que detiene al auto abruptamente, el conductor saldrá disparado hacia adelante a una velocidad enorme…
Además de todos los cataclismos naturales que este efecto causaría, desde tsunamis con olas de varios kilómetros de altura que cubrirían toda la superficie terrestre, aun las montañas más elevadas, hasta vientos tan rápidos (más de 1.500 km/h) que quemarían todo sobre la superficie de la tierra. Asimismo, no debemos olvidar que luego la tierra volverá a rotar sobre su eje normalmente, a 1.667 kilómetros por hora; esta aceleración abrupta, causaría las mismas y otras hecatombes que la detención abrupta de la rotación.
Una vez que analizamos solo algunos de los aspectos que causaría la detención repentina de la rotación terrestre, tratemos ahora de entender lo que los comentaristas bíblicos nos dicen.
Por supuesto, que como judíos, creemos en la existencias de milagros, y que para Aquel que pudo crear todo el universo con sus complicadísimas y aún desconocidas leyes, haciéndolo surgir de la nada absoluta, poder hacer un milagro de detener la rotación y a la vez neutralizar todos los efectos dañinos que esto causaría sobre la faz del planeta, no es algo muy complicado. Sería perfectamente posible. No obstante, ser conscientes de todo esto nos hace percibir aún más la grandeza de este tremendo milagro. Es por eso que encontraremos comentaristas que explican textualmente que el sol se detuvo abruptamente y que no se destruya la superficie de la tierra es parte del milagro. No obstante hay otros comentaristas que explicarán este milagro tratando por un lado, de ser fieles al texto y por el otro recurrir a la menor cantidad posible de cambios en el orden natural para poder alcanzar la meta deseada, en este caso el objetivo era que la oscuridad de la noche no les impida a los hijos de Israel derrotar a sus enemigos, y para eso precisan la luz solar…
Podríamos decir que el sol no se detuvo abruptamente, sino que comenzó a “descender” mucho más lento que lo normal, tal vez a la mitad de la velocidad que lo suele hacer en un día normal, esto implicaría que la rotación de la tierra se ralentizaría a la mitad de la velocidad que gira normalmente (de 1.667 km por hora a 800 km) y si esta ralentización lo hace paulatinamente, no en forma abrupta (y también en forma gradual volver a recuperar la velocidad original de rotación), podría evitar todos los cataclismos que originaría una detención o comienza abrupto de la rotación.
Yehoshua 10
Versículo 14
Versículo 14: Abarbanel dice que la afirmación de que no hubo otro día como ese, hace alusión, tanto al milagro que les ocurrió como al triunfo ante los cinco reyes que salieron a luchar contra Israel; mucho más aun, cuando todo esto fue hecho en respuesta al pedido de Yehoshua a Dios.
Malvim sostiene que cuando dice: el Eterno escuchó (obedeció) la voz de un hombre se refiere a que escuchó el pedido de Moshé, en el libro Shemot, para que Dios continúe yendo con Israel y les brinde su Providencia Divina.
Yehoshua 10
Versículo 15
Versículo 15: Acorde a la opinión de la mayoría de los comentaristas, el estilo lingüístico que utiliza aquí, es el de relatar los hechos en forma concisa y luego volver a narrarlos en forma detallada. Es por eso que luego del milagro para que Israel pueda derrotar al enemigo nos dice regresaron al campamento de Guilgal. Se refiere a cuando terminaron de destruir a todas aquellas ciudades que se habían enfrentado a Israel. Y en los próximos versículos va a relatar en forma detallada cómo fue cada una de esas batallas. Es por eso que al final del capítulo cuando terminó de contar todas las batallas, en el versículo 43 vuelve a repetir lo mismo: Y regresó Yehoshua junto con todo Israel al campamento de Guilgal.
Yehoshua 10
Versículo 16
Versículo 16: Malvim hace notar el extraño accionar de los cinco reyes, en vez de huir cada uno hacia su ciudad y resguardarse tras sus murallas hayan decidido permanecer juntos y esconderse en una cueva tan cercana al lugar en donde estaba Yehoshua y sus valientes, concluyendo que todo esto fue parte de los designios de Dios, para entregar a los enemigos en manos de los hijos de Israel.
Daat Mikra dice que este versículo es la continuación de lo que venía relatando en el versículo 10 y que estos reyes buscaron refugio en la cueva para resguardarse de las enormes piedras que caían del cielo (No obstante debemos notar que el versículo dice que entraron en la cueva para esconderse -de Yehoshúa- y no para resguardarse de las piedras).
Yehoshua 10
Versículo 17
Versículo 17: De este versículo podemos dilucidar que estos reyes se les habían escapado a los guerreros de Israel y que finalmente fueron encontrados.
Yehoshua 10
Versículo 18
Versículo 18: Yehoshua ve en la captura de los reyes una señal Divina, para lograr una victoria aplastante sobre los pueblos del sur de Cnaan. Es por eso que no quiere detenerse a ajusticiar a esos reyes ahora; por otro lado no puede permitir que se escapen, entonces decide sellar la salida de la cueva para que no puedan salir de ella, aposta una guardia para que vigile la entrada de la cueva y ordena continuar la persecución de los enemigos que huían despavoridamente.
Yehoshua 10
Versículo 19
Versículo 19: Se dirige a los capitanes del ejército para que continúen la lucha y les encomienda dos objetivos: por un lado perseguirlos y eliminarlos, no pretender atraparlos con vida; por otro lado deben tratar de impedir que lleguen a sus ciudades y puedan rearmarse. Por lo tanto deben cortarles el camino y tratar de dirigir la persecución hacia otros lados que los alejen de sus ciudades. Y no deben temer ni perder esta gran oportunidad pues Dios ya ha designado que el enemigo sea entregado en sus manos.
Yehoshua 10
Versículo 20
Versículo 20: Si bien nos dice que salieron en persecución de algunos, nos recalca que la gran mayoría de los enemigos habían caído en la batalla o a causa de las grandes piedras que Dios hizo caer desde los cielos y que solo algunos pocos lograron huir.
Yehoshua 10
Versículo 21
Versículo 21: Luego de esa persecución, regresaron a Yehoshua. Dentro de las filas de Israel no había bajas, regresaron todos sanos y salvos, mientras que el enemigo había sido aniquilado. Y a pesar de esta gran revuelta, nadie se atrevió a salir en contra de Israel, ni atacarlo o querer perjudicarlos. El temor y pavor que tenían los demás pueblos era tal que nadie se atrevía ni siquiera a criticar condenar al pueblo de Israel.
Yehoshua 10
Versículo 22
Versículo 22: Una vez finalizada la persecución de los enemigos, ahora Yehoshua ajusticiará a esos cinco reyes que le declararon la guerra. Pero Yehoshua quiere hacer esta tarea personalmente y no le ordena a otro que lo haga, pues esta vez pretende algo más que ejecutar a esos reyes malvados.
Yehoshua 10
Versículo 23
Versículo 23: Esta vez no nombra a los reyes por su nombre propio, sino solamente son mencionados acorde a sus ciudades.
Yehoshua 10
Versículo 24
Versículo 24: Ahora nos revela qué era lo que Yehoshua pretendía hacer antes de ejecutar a estos reyes. Con este acto Yehoshua quiso fortificar la confianza y convicción de los guerreros de Israel, demostrándoles que se cumplía la promesa de Dios: y tú sus alturas pisotearás (Debarim 33:19)
Daat Mikra explica que cuando dice: todos los hombres de Israel se refiere a los líderes del pueblo, y cuando dice les dijo a los oficiales se refiere a los altos rangos del ejército.
El hecho de poner sus pies sobre el cuello de los reyes es una clara señal de sometimiento del enemigo, tal como está escrito en Salmos 47:4: Somete a los pueblos debajo de nosotros, y a las naciones bajo nuestros pies”
Yehoshua 10
Versículo 25
Versículo 25: En este versículo está parafraseando las mismas palabras que Dios le dijo a Yehoshua al comienzo del libro y que así será en adelante, siempre que el pueblo esté con Dios, los enemigos estarán siempre sometidos a Israel.
Yehoshua 10
Versículo 26
Versículo 26: Los motivos por los cuales los cuelga luego de que fueron ajusticiados, son 1) para que sea visible a todo el pueblo el triunfo sobre sus enemigos y 2) para que los enemigos se atemoricen de que ese puede ser su final y que eviten luchar y derramar sangre innecesariamente y 3) para que los pueblos de esos reyes dejen de luchar y sepan que fueron sometidos.
Yehoshua 10
Versículo 27
Versículo 27: No obstante, fiel a lo que dice la Tora, no dejaron pernoctar los cuerpos colgados sino que fueron bajados antes del atardecer.
Yehoshua 10
Versículo 28
Versículo 28: Yehoshua se apresuró y en ese mismo día tomó la ciudad de Makedá, si bien el rey de Makedá no estaba entre los cinco que salieron a guerrear contra Guibón, en el versículo 10 nos dice que persiguieron a sus enemigos hasta Hazeká y Makedá, vemos que estas ciudades les proveyeron refugio a los enemigos, poniéndose de esta manera a favor de ellos y en contra de Israel.
Nos dice que los hirió a filo de espada junto con su rey, lo que denota que el rey fue muerto junto con el resto de la gente y que no fue atrapado con vida, no obstante el rey, tal como todos los reyes Cnaanitas que Yehoshua somete, fue colgado hasta el atardecer, tal como hizo con el rey de Jericó.
Yehoshua 10
Versículo 29
Versículo 29: Malvim diferencia cuando el texto dice: “Luchó contra…” (Vailajem im) o cuando dice: “Luchó con ella… (Vailajem ba)” (Como por el ejemplo con el caso de Lajish) en donde se refiere a que penetraron en la ciudad y lucharon allí) o cuando dice “Luchó sobre…(Vailajem aleha)” (Como en el caso de las demás ciudades que menciona en este capítulo y se refiere a que eran ciudades amuralladas) Cuando dice “Luchó contra” tal como dice aquí, se refiere a que ambos bandos se provocan mutuamente para enfrentarse, y esto es lo que ocurrió con Livná. Si bien en un principio Yehoshua se enfrentó a los cinco reyes y no pensó luchar contra Livná, no obstante, los habitantes de Livná salieron al paso de los hombres de Israel, es por eso que Yehoshua decide someterlos.
Livná se encontraba a unos 15 kilómetros al norte de Lajish.
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Versículo 30
Versículo 30: Recalca que Dios se la entregó en sus manos, cosa que no dijo con Makedá, lo que denota que en esa conquista no solo fueron eventos naturales lo que les otorgó la victoria, sino que contaron con ayuda providencial.
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Versículo 31
Versículo 31: A diferencia de las ciudades anteriores, con Lajish dice que acampó contra ella, es decir, no llegaron y entraron directamente en combate, sino que acomodó los campamentos de guerra alrededor, sitiaron la ciudad y luego la tomaron.
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Versículo 32
Versículo 32: Al segundo día la tomaron, mientras que las anteriores las tomaron el mismo día que llegaron, lo que indica que se trataba de una ciudad fortificada.
Es de notar que aquí no dice que el rey fue capturado y colgado, pues el rey de Lajish, fue uno de los cinco que salieron a la guerra y fueron capturados en la cueva, es por eso que Yehoshua ahora se dirige a cada una de esas cinco ciudades para que una vez derrotado el ejército y ejecutado al rey, pueda Israel tomar posesión de la ciudad y dejar allí a un dirigente suyo para organizar la reconstrucción y establecimiento.
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Versículo 33
Versículo 33: Tal vez Guezer tenía un pacto de ayuda mutua con los de Lajish o quizás acudió en ayuda por iniciativa e interés propio, pues al haber conquistado todas esas ciudades lindantes con la ciudad de Guezer temía que lo ataquen, por lo tanto prefirió sorprenderlo a Yehoshua o luchar en conjunto con otros ejércitos y de esa manera tener más chance de derrotar a Israel.
No obstante, a pesar de haberlo derrotado, Yehoshua no se dirigió a conquistar la ciudad de Guezer, y quedó en manos de los Cnaanitas hasta los días del rey Salomón (ver Jueces 1:29 y Reyes I 9:16)
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Versículo 34
Versículo 34: Constantemente es Yehoshua el que marcha al frente del ejército de Israel. No los envía solos, sino que siempre estará con ellos, tal como Dios le había dicho en la guerra de Hai (ver arriba el comentario al capítulo 8 versículo 1).
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Versículo 35
Versículo 35: A diferencia de las otras ciudades donde dice: “y acampó contra ella” aquí dice en plural: “acamparon contra ella” probablemente se trata de que en la estrategia de guerra Yehoshua atacó a esta ciudad desde dos frentes o con dos columnas del ejército, por eso lo dice en plural. Tal vez eso fue lo que hizo que pueda tomar a la ciudad de Eglón en un solo día a diferencia de la toma de la ciudad de Lajish que tomó dos días. Es por eso que recalca que ese mismo día fue tomada y ese mismo día fue destruida.
Tampoco aquí dice que el rey fue capturado y colgado, pues el rey de Eglón, fue uno de los cinco que salieron a la guerra que fueron capturados en la cueva y ejecutados.
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Versículo 36
Versículo 36: A diferencia de las veces anteriores en que dice: “Y pasó Yehoshua junto con todo Israel…” aquí dice: “y subió Yehoshua junto con todo Israel…” puesto que las ciudades anteriores estaban ubicadas en la planicie costera mientras que la ciudad de Jebrón se hallaba en las montañas, es por eso que debían subir hacia las montañas para conquistar Jebrón. Nos cuenta este detalle porque luchar estando en un terreno más bajo que el enemigo, es más difícil y complicado, pero aun así triunfaron.
Si bien aquí dice que fue Yehoshua el que luchó contra Jebrón y la conquistó, más adelante en el capítulo 14:13 y el 15:13 dice que Kalev Ben Yefuné fue el que luchó contra los gigantes que allí habitaban y la tomó; tal vez se refiere a que al ser Yehoshua el comandante en jefe y el que ordenó tomar la ciudad, el texto se lo atribuye a él. Otro motivo puede ser que Yehoshua tomó la ciudad de Jebrón, y Kalev las ciudades aledañas, como Kiriat Arva, Etc.
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Versículo 37
Versículo 37: Radak explica que a pesar que Hohan rey de Jebrón fue uno de los cinco que salieron a la guerra que fueron capturados en la cueva y ejecutado, aquí nos dice: la hirieron a filo de espada a su rey aparentemente en el lapso de tiempo que transcurrió desde que mataron a Hohan rey de Jebrón, hasta que Yehoshua llega a la ciudad junto con el ejército, ellos ya ungieron un nuevo rey para que luche y los dirija.
Al decir: “y a todas sus ciudades” Se refiere a los poblados que rodeaban la ciudad. Como si fueran los barrios de la ciudad.
Repite dos veces que mataron a toda alma que allí había, Y la tomaron y la hirieron a filo de espada a su rey y a todas sus ciudades junto con toda alma que allí había, no dejó a nadie, tal como le hizo a Eglón y la destruyó junto con toda alma que allí había porque se refiere a todos los que habitaban en Jebrón, que era la ciudad donde habitaba el rey, como así también a los que habitaban en los poblados que antes mencionó.
Otra explicación es que la primera vez se refiere a Jebrón, y la segunda vez a Eglón; es decir, hirieron en Jebrón a toda alma, tal como hirieron en Eglón a toda alma.
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Versículo 38
Versículo 38: Nos dice que volvió, pues se habían dispersado para conquistar los poblados de Jebrón, ahora vuelven a juntarse para ir a la conquista de Dibrá.
La ciudad de Dibrá también era conocida con el nombre de Kiriat Sefer, como dirá más adelante en el capítulo 15:15.
A pesar que más adelante (capítulo 15:17-19 y Jueces 1:11-16) nos dirá que fue Otniel ben Kenaz el que la conquistó, se refiere a que al ser Yehoshua el comandante en jefe y el que ordenó tomar la ciudad, el texto se lo atribuye a él.
Malvim explica que el motivo por el cual lo compara con Jebrón y con Livná, es porque con respecto a la destrucción de la ciudad y sus habitantes le hicieron como a Jebrón, pero con respecto a su rey, que no fue atrapado con vida sino que murió junto con los demás habitantes de la ciudad, eso lo comparó con lo que ocurrió con Livná.
Otro motivo es que por ser Jebrón una de las últimas ciudades importantes que destruyó Yehoshua en esta guerra, es por eso que la compara con Livná que fue de las primeras que destruyó en esta campaña ininterrumpida de conquista.
Yehoshua 10
Versículo 40
Versículo 40: Al decir que hirió toda la tierra, se refiere a todos los habitantes de esas tierras.
Yehoshua actuó tal como Dios se lo había ordenado, no fue un acto de venganza o violencia extrema hacia los habitantes Emoreos, sino que es lo que Dios había ya determinado desde los días de Abraham en que decidió castigar a esos pueblos a causa de las iniquidades que cometían lo que determinó que se hagan pasibles de ese castigo, pues sus actos de idolatría, maldades, injusticias, abominaciones, incestos y asesinatos se asemejaban a los de Sodoma y Gomorra.
Yehoshua 10
Versículo 41
Versículo 41: Aquí nos resume los límites de las distintas batallas de esta guerra: desde Kadesh Barnea (Flabio Josefus, dice que es la ciudad de Petra) hasta Gaza, es decir, toda la expansión de la parte sur de la tierra de Israel.
No obstante la ciudad de Jerusalem no fue conquistada sino hasta los días del rey David.
Gaza, es una ciudad muy antigua que existe hasta la actualidad y que antiguamente en la época de los patriarcas aparece como una ciudad fortificada de los Egipcios.
Yehoshua 10
Versículo 42
Versículo 42: Este versículo nos viene a resumir y explicar el éxito de esta campaña, que en tan solo unos pocos días, conquistó y destruyó a varios reyes y ciudades fortificadas de una sola vez. Hay ciudades que fueron tomadas en un solo día. Todo esto fue a causa de la ayuda de Dios que estaba con ellos y los hacia triunfar ya sea en forma providencial (milagros encubiertos) como por intermedio de milagros a toda vista, como el sol que se detuvo o las piedras que cayeron desde las alturas y mataron a los enemigos.
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Versículo 43
Versículo 43: Este versículo es idéntico al versículo 15 pues como dijimos antes, primero mencionó la guerra en forma reducida diciéndonos lo que hizo una vez finalizada la guerra, y luego describe con lujo de detalles, hasta decirnos qué fue lo que hizo al final de la guerra, para que sepamos que hasta aquí es el detalle de lo ocurrido en estas batallas.