Versículo 1: Ralbag y Radak sostienen que, cuando el versículo dice que estas fueron las últimas palabras de David, se refiere a que fueron escritas luego de los salmos. Don Isaac Abarbanel ofrece una explicación más abarcativa y dice que, en realidad, se trata de que David, una vez que concluyó de escribir y ordenar el libro de Salmos, escribió estos versículos a modo de introducción del libro de Salmos, haciendo referencia a quién fue el que escribió aquellas alabanzas, y que en él se daban dos cualidades:

1. Por un lado, gozaba de un nivel preponderante a nivel material, pues él no solo era el rey como el resto de los seres humanos, que son designados rey por sus semejantes o lo heredan, sino que él había sido ungido por Dios mismo, es por eso que dice: Declara David, el hijo de Ishai, y declara el hombre que fue establecido como ungido del Dios de Yaacob. David, era hijo de un simple mortal, no de una familia de la realeza, y fue Dios el que lo elevó al grado de más alta jerarquía dentro del pueblo.
2. Por otro lado, el nivel espiritual especial que había alcanzado, y que utilizó para componer los Salmos, es por eso que dice: el dulce salmista de Israel y recalca que esos Salmos no son producto de un nivel elevado de sabiduría al que puede acceder el intelecto natural del ser humano, sino de un nivel superior, celestial, por ello dice en el próximo versículo: El Espíritu del Señor habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua.

Metzudat David sostiene que, se refiere a los salmos que ha escrito, y que estos fueron escritos en distintas etapas de su vida: algunos fueron al principio cuando era solo un pastor que cuidada el pequeño rebaño de su padre Ishai, y por eso dice: Declara David, el hijo de Ishai, otros fueron escritos cuando ya ocupaba el rango de rey y por eso dice: el hombre que fue establecido como ungido del Dios de Yaacob. Daat Mikrá explica que, las palabras: el dulce salmista de Israel se refiere a que David era amado por Dios, y que sus alabanzas fueron las más elevadas que pudieron ser escritas por un ser humano. Rashí agrega que, se refiere a que todo el pueblo de Israel, alabará a Dios utilizando los salmos compuestos por el rey David.  

Versículo 2: Si bien hubieron comentaristas que sostenían que David había poseído profecía, y que este versículo viene a confirmar esta afirmación, no obstante, otros muchos, entre ellos Rambam, en More Nebujim, parte II capítulo 45, afirma que David no se considera profeta, pero sí que había alcanzado el nivel de Ruaj Hakodesh (inspiración Divina, que es un nivel previo al del espíritu de profecía) y que sus salmos fueron escritos con este nivel de inspiración Divina, y por eso fueron incluidos en la parte de la Biblia conocida en hebreo como Ketuvim, y no en la parte de los profetas. Abarbanel cuestiona que, si estas palabras de David fueran consideradas como profecía, entonces ¿por qué no fueron escritas con el estilo lingüístico característico de las profecías como ser: Y Habló el Señor a David diciendo…  o algo por el estilo? Es por eso que concluye diciendo que, se refieren a que fueron escritas con inspiración Divina, pero no es el nivel de profecía, y que éstas fueron las últimas palabras que escribió gozando de ese nivel espiritual elevado. Esta opinión es compartida por Radak, Metzudat David y Malvim Daat Mikrá recuerda que, desde el principio, cuando David fue ungido, el texto nos dice allí (Shmuel I 16:13):  Entonces Shmuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió entre sus hermanos; y el Espíritu del Señor fue sobre David desde aquel día en adelante allí explicó Radak: que esto incluye esa capacidad supra humana que tenía David para componer salmos y alabanzas a Dios  

Versículo 3: Rashí explica que, cuando dice: Roca de Israel se refiere a la esencia y la base del pueblo de Israel, su fundador y creador. Ralbag y Radak sostienen que, Dios le transmitió a David (por medio del profeta Shmuel y Natán) que, para que el reino se mantenga debe estar sustentado en dos pilares:

1. Justicia y honestidad
2. El rey debe ser temeroso de Dios y estar subordinado a la Tora.

De esta manera, se garantiza que su dinastía se mantendrá para siempre. Don Isaac Abarbanel dice que hace referencia a que cuando un rey reina con justicia y equidad, en realidad, lo que se está imponiendo y dirigiendo el reino es el temor a Dios y Sus leyes. Malvim explica que el versículo debe entenderse de la siguiente manera: el que gobierna (el rey) debe regirse a sí mismo por la justicia y honestidad, de esa manera, imperará en el reino el temor a Dios. Y tal como había dicho nuestro patriarca Abraham al rey Abimelej en Bereshit 20:11 Y Abraham dijo: Sin duda no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer es decir, cuando no impera el mínimo temor a Dios, entonces los seres humanos se entregan a sus pasiones sin anteponer la más mínimas pautas morales o éticas y así los poderosos se aprovecharán de los más débiles robándoles, abusando de ellos y cometiendo todo tipo de injusticias, sin ningún temor o reparo, en cambio, en una sociedad ética basada en el temor reverencial a Dios que todo lo ve y lo sabe, entonces la gente se conducirá de otra manera, tratando de ser correcta, honesta y sin abusarse de los más débiles.  

Versículo 4: Don Isaac Abarbanel dice que, cuando un rey se conduce con justicia y misericordia, entonces su reinado es como la luz de la mañana que cada vez brilla con más intensidad, pero que no hostiga ni reseca la tierra o la hierba, sino que, a su vez, tendrán lluvia que les proveerá de la humedad necesaria para que, todos los que integran su reino puedan crecer y dar frutos. Vale la pena citar aquí el salmo 72 que expresa justamente algo parecido a lo que dice aquí, y ese salmo termina diciendo: Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Ishai Para Salomón, oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey. Para que juzgue a Tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con equidad.  Que los montes sean un lugar de paz para el pueblo, y las colinas de justicia. Haga él justicia a los afligidos del pueblo, salve a los hijos del necesitado, y quiebre al opresor. Que Te teman mientras duren el sol y la luna, por todas las generaciones. que él sea como la lluvia que desciende sobre la hierba, como gotas de llovizna que riegan la tierra.  Florezca la justicia en sus días, y abundancia de paz sea hasta que no haya luna. Domine él de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Dobléguense ante él los nómades del desierto, y sus enemigos laman el polvo.  Los reyes de Tarshis y de las islas pagarán tributos; los reyes de Shebá y de Sebá ofrezcan presentes; y póstrense ante él todos los reyes de la tierra; sírvanle todas las naciones. Porque él librará al necesitado cuando clame, también al afligido y al que no tiene quien le auxilie. Tendrá compasión del pobre y del necesitado, y la vida de los huérfanos salvará. Rescatará su alma de la corrupción y de la violencia; la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. Que viva, pues, y se le dará el oro de Shebá, y que se ore por él continuamente; que todo el día se le bendiga.  Haya abundancia de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; su fruto se mecerá como los cedros del Líbano; y los de la ciudad florezcan como la hierba de la tierra. Que su nombre sea para siempre; que su nombre se engrandezca mientras dure el sol. Serán bendecidos a causa de él los hombres; todos los pueblos lo alabarán. Bendito es el Señor Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas. Bendito es Su glorioso Nombre para siempre, Su gloria llenará toda la tierra. Amén y amén. Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Ishai.  

Versículo 5: Daat Mikrá explica que, con respecto a su casa, no será como la hierba que florece y luego se marchita, sino que permanecerá para siempre, pues Dios ha hecho un pacto eterno con él, tal como había dicho antes en Shmuel II 7:12 Pues tus días se completarán y reposarás con tus padres, Y estableceré a tu descendiente después de ti, el que saldrá de tus entrañas, y afirmaré su reinado. Él edificará casa a Mi nombre, y estableceré el trono de su reino para siempre. Tal como dice David allí al final del cap 7 en el versículo 29 Y ahora, ten a bien bendecir la casa de Tu siervo, a fin de que permanezca para siempre delante de Ti; porque Tú, oh Señor Dios, has hablado y con Tu bendición será bendita para siempre la casa de Tu siervo. Maari Kra dice que David se refiere a que no ocurrirá con su casa como sucedió con la dinastía de Shaul que fue momentánea y luego desplazada del reino, sino que, en su caso, será para siempre, pues él sirve a Dios con todo su corazón y solo en Él pone su esperanza. No obstante, en caso que otro que no sea de su linaje ocupe el trono, entonces, eso no será para siempre, ni germinará su raíz, sino que será algo momentáneo y pasajero.  

Versículo 6: Don Isaac Abarbanel sostiene que este versículo hace alusión a todos aquellos reyes malvados que ejercen su reinado con violencia e injusticia aprovechándose de los indefensos y dando rienda suelta a sus antojos, todos ellos no permanecerán en el trono, sino que tal como los abrojos que no pueden ser sostenidos con las manos sino que son arrojados inmediatamente porque causan heridas con sus espinas, así desaparecerán ellos. Ralbag y Daat Mikrá dicen que los monarcas malvados, solamente producen daño a todo aquel que se les acerca, tal como abrojos que tienen espinas por todos lados y cualquiera que se les acerca sale herido y lastimado.  

Versículo 7: Por lo tanto, esos lideres malvados, serán constantemente rodeados de hombres violentos y brutales que sabrán protegerse de él y no dudarán en atacarlo o traicionarlo. Y por ser que su reino estaba construido sobre violencia y destrucción, por esos mismos valores será devorado, tal como el fuego. (el que juega con fuego termina quemado)  

Versículo 8: Daat Mikrá dice que las guerras que fueron relatadas antes de este capítulo fueron todas aquellas en las que David participó activamente, y las que son relatadas aquí, no en todas participó David, sino que fueron realizadas por sus hombres valientes, algunas fueron guerras y otras tal vez como ataques relámpago en el campamento de los Pelishtím. Cuando fue ungido el rey Shaul su principal labor que le fue encomendada fue salvar al pueblo de Israel de manos de los Pelishtím tal como dijo en Shmuel I 9:16. Pues antes que el pueblo tenga un rey, no existía un ejército conformado y bien entrenado, sino que eran labradores, que cuando existía un peligro, el Shofet de turno los juntaba y así se enfrentaban contra el enemigo que poseía ejércitos con mucha experiencia y armas letales. Al establecer un rey entonces, surge un ejército fijo de hombres valientes que se entrenan para la guerra y saben manejar armas. Esto hace que los Pelishtím ya no se apresuren a saquear los campos del pueblo de Israel. Con el rey David, la tarea principal fue expulsar a los Pelishtím de la tierra de Israel y no permitirles ninguna incursión en su territorio. De lo relatado en los próximos versículos podemos tener un panorama claro de lo que era la vida en la tierra de Israel en donde los labradores (que eran la mayoría del pueblo) trabajaban arduamente arando y sembrando la tierra durante varios meses y luego cuando llegaba el momento de la cosecha eran saqueados por los enemigos que les robaban toda la cosecha. No obstante gracias a la valiente tarea de David y sus hombres, éstos impedían y disuadían a los enemigos de atreverse a acercarse a los campos de Israel. Don Isaac Abarbanel explica que el nombre Iosheb-bashebet tajkemoni hace referencia a que era un hombre que se asentaba entre los sabios del Sanedrín, y a pesar de eso también era un gran guerrero. David no quería honrarlos solamente por su fuerza física, es por eso que recalca también el agudo sentido de sabiduría que poseían aquellos hombres. David poseía tres hombres que conformaban su guardia personal y eran extremadamente valientes, fuertes y eran los hombres que gozaban de su entera confianza. Daat Mikrá explica que, si bien cuando relata este suceso en Crónicas I 11:11 dice que fueron 300 los que mató de una sola vez, allá se refiere que mató a en el primer día del combate, y aquí se refiere a los que mató él durante todo aquel combate. Hay comentaristas que dicen que él era el comandante de ese comando y que en aquella guerra, solo sus hombres mataron a 800 enemigos, y al ser él el jefe de ellos, se los considera como que él lo hizo.  

Versículo 9: Este era otro de los tres principales que siempre estaban con David. Daat Mikrá explica que si bien aquí no menciona a qué batalla se refiere, en Crónicas I 11:13 nos brinda los detalles. Aparentemente, en el momento de esa batalla, muchos de los hombres de Israel que salieron a aquella guerra, al ver a los enemigos, se atemorizaron y huyeron del campo de batalla, por eso dice: se habían retirado los hombres de Israel quedando David con unos pocos para enfrentar a los Pelishtím, lo que hace mucho más heroicos y valientes a aquellos hombres que decidieron quedarse junto a David.  

Versículo 10: Daat Mikrá hace notar, que aquí el versículo resalta la actitud de Eleazar, que fue él el que tomó la iniciativa y salió contra los Pelishtím, es por eso que dice: él se levantó e hirió a los Pelishtím. Los comentaristas nos brindan varias explicaciones para entender a qué se refiere cuando dice: su mano se quedó pegada a la espada Ralbag dice que se refiere a que de tanto luchar, se quedaron sus músculos entumecidos y acalambrados, por lo tanto, su mano quedó sujetando la espada sin poder soltarla, como si estuviera pegada. Don Isaac Abarbanel dice que de tanto que luchó e hirió a los enemigos, la sangre chorreaba por la espada hasta su empuñadura, y al secarse la sangre la mano quedaba pegada contra el mango de la espada. Rashí dice que el versículo recalca la grave situación en que quedó este valiente, pues todos los hombres de Israel huyeron, quedando él solo para enfrentar a un gran número de Pelishtím que lo atacaron, y a pesar de ello él solo pudo contra todos, luego los hombres de Israel, regresaron, pero para cuando volvieron, ya todo había terminado, y solo les quedaba tomar las armas, escudos y demás despojos del enemigo, no hizo falta ayudarlo.  

Versículo 11: Ralbag dice que los Pelishtím se habían juntado para saquear los campos de Israel que ya estaban listos para ser cosechados y recoger los frutos. Daat Mikrá dice que se asemeja a lo que había relatado antes en Shmuel I 23:1 Y dieron aviso a David, diciendo: He aquí, los Pelishtím están atacando a Keila, y están saqueando los campos Maari Kra dice que, Shamá fue nombrado en tercer lugar, pues él actuó para salvar la cosecha, no nos dice que los persiguió y los destruyó completamente.  

Versículo 12: Don Isaac Abarbanel explica que, Shamá, se paró en medio de los campos e impidió a los Pelishtím que lo saquearan o que lo prendieran fuego y Dios estuvo con él, de forma tal que, se impidió que los Pelishtím dejen sin cosecha a Israel, evitando un año de hambre y privaciones. Continùa Abarbanel diciendo que, todas estas hazanas que nos relató, es probable que estos valientes contaran con hombres que estaban a su cargo y lo ayudaban, pero eran ellos los que decidían que hacer y que salían a la cabeza del comando actuando de forma heroica.  

Versículo 13: Radak explica que, luego de los tres valientes que mencionó antes, ahora comienza con los tres héroes principales del grupo de los treinta jefes o capitanes del ejército de David. Don Isaac Abarbanel dice que era la usanza de los enemigos, destruir las cosechas de Israel así causaban que pasen hambre y de esa manera debilitarlos y que abandonen sus campos y se vayan a otras tierras y entonces apoderarse ellos de todo ese territorio. Es por eso que el accionar de David y sus valientes, que salían a hacerle frente a los Pelishtím, era tan importante y salvador para el pueblo de Israel. Malvim dice que se refiere a la guerra que mencionó al principio del reinado de David en el capítulo 5:17 Al oír los Pelishtím que David había sido ungido rey sobre Israel, subieron todos los Pelishtím a buscar a David; y se enteró David y bajó a la fortaleza; y los Pelishtím llegaron y se esparcieron por el valle de Refaim.  Daat Mikrá dice que el valle de Refaim se encuentra entre la ciudad vieja de Jerusalem y la ciudad de Beth Lejem. Hoy en día, forma parte de Jerusalem y la calle en donde se encontraba ese valle lleva hoy en día el nombre de Emek Refaim (que en hebreo quiere decir: Valle de Refaim)  

Versículo 14: Radak explica que, las tropas estaban en una posición más avanzada, en el Valle de Rafaim, y los comandantes del ejército de los Pelishtím estaban en Beth Lejem que quedaba más al sur. Tal como dijo antes Malvim en el versículo anterior, esto se refiere a la guerra que mencionó al principio del reinado de David en el capítulo 5:17.  

Versículo 15: Radak explica que, no se trata de que David había pedido que le trajeran de beber agua de allí, sino que, al ser que era la época de la cosecha, como dijo en el versículo 13, eso es en pleno verano, donde los días son muy calurosos y el individuo tiende a estar sediento y deseoso de beber agua fría. Es por eso que David suspira en voz alta deseando poder beber en ese momento de las frescas aguas del manantial de Beth Lejem, que era la ciudad de donde era oriundo él y que de seguro recordaba el sabor y la frescura de aquellas aguas. No obstante, acorde a la opinión de Don Isaac Abarbanel, David dijo esto como si fuera un suspiro, o en broma, no para que en realidad alguien le trajera agua de allí.  

Versículo 16:  Al escuchar este suspiro y deseo de David, estos tres valientes que solían estar cercanos al rey, fueron prestos para satisfacer el deseo de su rey, a pesar de que ello envolvía un gran peligro, pues implicaba adentrarse en pleno territorio enemigo, en Beth Lejem que era precisamente en donde estaba el campamento y la guarnición de los comandantes del ejército de los Pelishtím tal como dijo antes en el versículo 14. Un lugar que, de seguro estaría bien resguardado y lleno de soldados enemigos. Don Isaac Abarbanel señala que el versículo no dice que se disfrazaron y se escabulleron entre los enemigos hasta llegar al agua y luego escapar, sino que fueron y se abrieron paso entre los Pelishtím, luchando a cara descubierta. Los comentaristas explican que, al enterarse David del peligro al que se habían expuesto estos tres valientes para saciar su deseo de agua fresca de Beth Lejem, David no quiso beber de esas aguas, pues consideraba que era como beber de la sangre de aquellos hombres que habían puesto su vida en peligro por ello. En el próximo versículo nos detallará más el motivo por el cual David no quiso beber.  

Versículo 17: Don Isaac Abarbanel y Malvim sostienen que el motivo por el cual David consagra esas aguas a Dios, es porque, aquel acto tan heroico de aquellos hombres, no debería ser para algo tan mundano como saciar la sed de David, es por eso que lo consagra y lo envía para algo mucho más elevado, que sea utilizado para el servicio del altar frente a Dios. De esta manera David, no desdeñó ni menosprecio lo que aquellos tres hombres valientes habían hecho, sino que, por el contrario, lo elevó y lo consagró para algo mucho más sublime que el simple hecho de que sea bebido por él.  

Versículo 18: Daat Mikrá explica que menciona que es hermano de Yoab, ya que era el hombre más importante en el reino luego del rey, pues era el jefe del ejército de David, por lo tanto, era un gran prestigio para Abishay ser su hermano. Metzudat David sostiene que Abishay era el jefe de aquellos tres hombres que habían ido a traer agua desde Beth Lejem. Abishay era muy afamado, y se refiere a que, a pesar de no ser uno de los tres que mencionó al principio: Adino, Eleazar y Shamá no obstante, era tan famoso por su valentía, tanto como ellos.  

Versículo 19: Se refiere a que era el líder de los tres jefes de los treinta que menciono antes en el versículo 13. Las grandes proezas de Abishay ya han sido relatadas desde los primeros momentos cuando David aun huía de Shaul en Shmuel I 26:6 (Entonces habló David a Ajimelej el Jití y a Abishay, hijo de Tzeruyá, hermano de Yoab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo a Shaul en el campamento? Y Abishay dijo: ¡Yo descenderé contigo!), o cuando luchaban contra Abner luego de haber muerto Shaul en Shmuel II 2:17 (Aquel día la batalla fue muy reñida, y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados delante de los siervos de David.  Estaban allí los tres hijos de Tzeruiá: Yoab, Abishay y Asael) o en la guerra contra los hijos de Amón, que fue muy reñida para Israel en Shmuel II 10:10 (Al resto del pueblo lo colocó al mando de Abishay, su hermano, y lo puso en orden de batalla contra los hijos de Amón) o cuando acompañó a David cuando huía de Abshalom en Shmuel II 26:9 (Entonces Abishay, hijo de Tzeruyá, dijo al rey: ¿Por qué ha de maldecir este perro muerto a mi señor el rey? Déjame que vaya ahora y le corte la cabeza) o cuando fue la guerra contra Abshalom y sus hombres en Shmuel II 18:2 (Y envió David al pueblo: una tercera parte bajo el mando de Yoab, una tercera parte bajo el mando de Abishay, hijo de Tzeruyá, hermano de Yoab) o cuando se rebelaron contra David en Shmuel II 20:6 (Y David dijo a Abishay: Ahora Sheba, hijo de Bijrí, nos hará más daño que Abshalom; tú toma a los siervos de tu señor y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos escape) o cuando acudió para salvar a David en Shmuel II 21:16 (Entonces Ishbi-Benob, que era de los descendientes del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido con una espada nueva, se dijo: mataré a David; pero Abishay, hijo de Tzeruya, vino en su ayuda, e hirió al Pelishtí y lo mató).  

Versículo 20: Los comentaristas tratan de entender ¿a quién se refiere cuando el versículo dice que era un valiente, a Benaiahu o a su padre Iehoiadá?  Don Isaac Abarbanel se inclina a pensar que se refiere a Iehoiadá, pues de lo contrario debería haber escrito: Benaiahu, un valiente de Kabetzeel, hijo de Iehoiadá, y al aclarar que su padre también era un hombre valiente, estaría resaltando que la bravura y temeridad era algo innato en la familia de Benaiahu, por lo tanto, él también la había heredado. Y nos relata tres actos de arrojo y osadía que realizó:

1. Mató a dos leones de Moab, Daat Mikrá dice que se refiere a dos de los hombres más valientes de Moab.
2. Y él descendió y mató a un león en medio de un foso un día que estaba nevando Don Isaac Abarbanel señala aquí tres temas:

• La valentía de enfrentarse él solo contra un león
• El hecho de enfrentarlo dentro de un foso, en donde no tendría lugar para escapar.
• Lo hizo en un día de mucho frío, en que sus pies y manos estarían entumecidos por el frío.

1. Lo que dirá en el próximo capítulo que mató a un egipcio quitándole su lanza y clavándosela.

Daat Mikrá sostiene que. Probablemente se trató de un caso de un león que habitaba en la zona del Jordán, (en Irmiahu abundan casos en que cita leones en esa zona) y que un día muy frío que nevó aun en esa zona, el león desconcertado perdió el rumbo y llegó cercano al poblado en donde vivía Benaiahu y se escondió en un pozo. Ante el peligro que eso representaba para los habitantes de esa aldea, es que este valiente lo enfrentó y lo mató.  

Versículo 21: Los comentaristas señalan que se trataba de un hombre cuyo aspecto causaba temor, ya sea por su tamaño o por su rostro tenebroso o algún otro aspecto que lo hacía deforme. La valentía de Benaiahu era tal que, no solo que no temió enfrentarse contra ese salvaje egipcio teniendo solo un palo en su mano, mientras que su oponente venía con una lanza, sino que además, su destreza era destacada pues logró arrebatar la lanza que tenía el egipcio y con ella lo mató.  

Versículo 22: Radak dice que se refiere a los tres valientes que eran los jefes de los treinta, que mencionó antes en el versículo 13. Daat Mikrá señala que solamente con Benaiahu menciona tres hechos de valentía que hizo, lo que denota que aún desde joven se valió un lugar entre los valerosos.  

Versículo 23: Entre los treinta hombres destacados del ejército, él era el que más sobresalía, pero a pesar de ello, tal como dijo en versículo anterior, no llegó al nivel de los tres que comandaban a los treinta. No obstante, David lo colocó en un puesto especial, dentro de su guardia personal, entre aquellos que gozan de su respeto y confianza, hombres osados y valerosos que darían su vida por el rey. Tal vez, merced a la confianza que David le tenía, por eso, en el futuro, Salomón lo designará a Benaiahu como su jefe de ejército en lugar de Yoab.  

Versículo 24: Daat Mikrá explica que, Asael, tal como Abishay, ambos fueron mencionados como hermanos de Yoab, pues para ellos era un rango de honor ser los hermanos del jefe del ejército de David. Si bien Asael no es mencionado entre los mas destacados o cabecillas de los 30 hombres valientes de David, tal vez esto se deba a que murió relativamente joven, al comienzo del reinado de David, hacia más de 30 años… y tal vez por ello no pudo acumular proezas y hazañas, no obstante, parte de sus méritos y destrezas fueron mencionados antes en el capítulo 2:18 Y las piernas de Asael eran tan ligeros como una gacela del campo. Y persiguió Asael a Abner, y no se desvió ni a derecha ni a izquierda al ir tras Abner.  

Versículo 25: Daat Mikrá sostiene que la ciudad de Jarod estaba ubicada en el territorio de la tribu de Yehudá, al este de Beth Lejem.  

Versículo 26: Daat Mikrá sostiene que cuando dice: de Palat no se refiere a un lugar, sino a una familia que se llamaba así, y Jeletz era miembro de esa familia. La ciudad de Tekoa quedaba dentro del territorio de la tribu de Yehudá u estaba a unos ocho kilómetros al sur de Beth Lejem y ya fue mencionada anteriormente en el capítulo 14:2.  

Versículo 27: Anatot es una aldea dentro del territorio de la tribu de Biniamín, que existe hasta nuestros días, queda al norte de Jerusalem, allí vivió el profeta Irmiahu. Daat Mikrá dice que, Jusha es la aldea que en nuestros días se conoce como Jusan, que queda a unos 6 kilómetros al oeste de Beth Lejem.  

Versículo 28: Daat Mikrá sostiene que cuando dice: de Ajoaj no se refiere a un lugar, sino a una familia que se llamaba así, y Tzalmón era miembro de esa familia. Netofa también quedaba cerca de Beth Lejem.  

Versículo 29: Guibá era la ciudad real en la época del rey Shaul y quedaba dentro del territorio de la tribu de Biniamín, hoy en día es el barrio de Jerusalem conocido como Shuafat (cerca de Pizgat Zeev) ya fue mencionado varias veces en Shmuel I desde el capítulo 22:6.  

Versículo 30: Daat Mikrá dice que la ciudad de Piraton estaba ubicada al suroeste de la ciudad de Shejem (Nablus). Cuando dice: los arroyos de Gaash, tal vez se refiere a los arroyos que descienden del monte Gaash en la zona de la tribu de Efraim y que fuera mencionado anteriormente en el libro de Yehoshua 24:30.  

Versículo 31: Araba quedaba en el desierto de Yehudá, y quedaba en el límite entre el territorio de Yehudá y Biniamín. La ciudad de Bajurim quedaba dentro del territorio de Biniamín, por allí había pasado David al huir de Abshalom. De esa ciudad era oriundo Shimhi, tal como dijo anteriormente en Shmuel II 16:5 Y llegó el rey David hasta Bajurim; y he aquí, salió de allí un hombre de la familia de la casa de Shaul que se llamaba Shimhi, hijo de Guerá. Salir, salía, maldiciendo.  

Versículo 32: Daat Mikrá dice que Shaalbon quedaba dentro del territorio de la tribu de Dan, cercano a donde hoy en día esta la ciudad de Tel Aviv. Daat Mikrá señala que, a diferencia de los demás valientes, en donde se menciona primero su nombre y luego el nombre de su familia o el lugar de su ciudad, con Yehonatán, sucede al revés.  

Versículo 33: Daat Mikrá señala que este valiente que formaba parte de los treinta, lleva el mismo nombre y era de la misma ciudad que el tercero de los cabecillas que fue nombrado anteriormente en el versículo 11: Después de él, fue Shamá, hijo de Ague de Arar, pero se trata de otro individuo que lleva el mismo nombre y eran de la misma ciudad.  

Versículo 34: Daat Mikrá explica que este Ajitofel que menciona aquí, era el consejero del rey que luego lo traicionó y pasó a ser parte y mentor de la rebelión de Abshalom contra David, tal como dice en 15:12 Y Abshalom envió por Ajitofel Guiloní, consejero de David Ajitofel era muy sabio tal como dice en 16:23: El consejo que Ajitofel daba en aquellos días era como si uno consultara la palabra de Dios; así era considerado todo consejo de Ajitofel tanto por David como por Abshalom. Ajitofel se transformó en enemigo acérrimo de David hasta el punto de querer asesinarlo con sus propias manos, tal como dice en 17:1 Y Ajitofel dijo a Abshalom: Escogeré ahora doce mil hombres, y esta noche me levantaré y perseguiré a David; caeré sobre él cuando esté cansado y fatigado. Hay quienes opinan que Eliam era el padre de Bat Sheba tal como dijo antes en 11:3 David mandó a preguntar acerca de aquella mujer. Y dijo: ¿Acaso no es esta Bat Sheba, hija de Eliam, mujer de Uriá el Jití?   

Versículo 35: Daat Mikrá sostiene que no se trata del Monte Carmel en el norte de Israel, sino que se trata de la zona de Carmel que estaba dentro del territorio de Yehudá. Haarba, quedaba a unos 13 kilómetros al suroeste de Hebrón.  

Versículo 36: Daat Mikrá sostiene que tal vez Igal sea de la familia del profeta Natán que fuera mencionado anteriormente en el capítulo 7. Tzova, es donde hoy en día está el Kibutz Tzuva y que queda al oeste de Jerusalem frente a donde está el hospital Hadassa Ein Karen.  

Versículo 37: Daat Mikrá sostiene que Tzelec era el gobernador del territorio de Amón que David había conquistado, tal como dice en al principio del capítulo 11 Aconteció que, en la época del año cuando los reyes salen a la batalla, David envió a Yoab y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los hijos de Amón y sitiaron a Rabá. Hay entre los comentaristas quienes sostienen que, tanto Tzelec como Najarai, ambos eran escuderos de Yoab, mientras que otros opinan que solo el último era su escudero.  

Versículo 38: Daat Mikrá dice que, Iatir era el nombre de una familia de la tribu de Yehudá que estaba asentada en Kiriat Iearim.  

Versículo 39:  Este es el mismo Uriá que era el esposo de Bat Sheba, (ver 11:3 David mandó a preguntar acerca de aquella mujer. Y dijo: ¿Acaso no es esta Bat Sheba, hija de Eliam, mujer de Uriá el Jití?) a este mismo Uriá, que era uno de sus valientes, David mandó a poner en el frente de la batalla para deshacerse de él luego de que había tomado a Bat Sheba, su mujer y por lo cual recibió una cruda amonestación y castigo por parte de Dios. Un total de treinta y siete valientes, entre ellos guerreros especiales, héroes de fama en todo Israel y altos mandos. Desde el versículo 8 al 18 se nombran los que fueron los más altos en la escala, aquellos que no fueron igualados por nadie:

1. Adino
2. Eleazar, su primo, hijo de Ajojí, 
3. Shamá, hijo de Ague de Arar. 

Luego los tres que eran los jefes de los treinta y que fueron mencionados en el versículo 18: Abishay, Benaiahu y el tercero que no fue mencionado su nombre

1. Abishay, hermano de Yoab 
2. Benaiahu, hijo de Iehoiadá 

Desde el versículo 24 se enumeraron los treinta, más importantes

1. Asael, hermano de Yoab, estaba entre los treinta;
2. Eljanán, hijo de Dodo de Beth Lejem, 
3. Shama de Jarod, 
4. Elica de Jarod, 
5. Jeletz de Palat, 
6. Ira, hijo de Ikesh de Tekoa, 
7. Abiezer de Anatot, 
8. Mebunai de Jusha, 
9. Tzalmón de Ajoaj, 
10. Maharai de Netofa, 
11. Jeleb, hijo de Baana de Netofa, 
12. Itai, hijo de Ribai de Guibá de los hijos de Benjamín, 
13. Benaiahu de Piraton, 
14. Hidai de los arroyos de Gaash, 
15. Abi Albón de Araba, 
16. Azmavet de Bajurim, 
17. Eliajba de Shaalbon, 
18. los hijos de Iashén, Yonatán, 
19. Shama de Haarar, 
20. Ajíam, hijo de Sharar de Harar, 
21. Elifelet, hijo de Ajasbai, hijo de Maaja, 
22. Eliam, hijo de Ajitofel de Guilad, 
23. Jetzrai de Carmel, Paarai de Haarba, 
24. Igal, hijo de Natán de Tzoba, 
25. Bani de Gad. 
26. Tzelec de Amon, 
27. Najarai de Beerot, escuderos de Yoab, hijo de Tzeruya, 
28. Ira de Iatir, 
29. Gareb de Iatir
30. Uriá el Jiti; 

En total suman 36 y a ellos debemos sumarles a Yoab, que no se menciona aquí excepto de pasada, que era el supremo ministro del ejército y jefe de todos los otros, esto en total nos da 37. Los sabios en el midrash sostienen que la lista cierra justamente con Uriá, para relacionar este trágico suceso en la vida de David y su consecuente castigo, con el enojo de Dios que es mencionado al comienzo del próximo capítulo,