Yarobam, que era un funcionario jerárquico en el reino de Shlomó, renunció a su cargo en señal de protesta por la distorsión moral. Una medida de estas características es considerada como un acto de rebelión contra el reino.
Yarovam es integrante de la tribu de Efraim, y se crió como huérfano en el hogar de su madre viuda. Debido a sus habilidades, Shlomó lo designó a cargo de “todos los trabajos de la casa de Iosef” (versículo 28)-las tareas impositivas de los miembros de su tribu.
Mientras Shlomó reclutó al pueblo para las tareas de construcción del Beit Hamikdash, el Gran Templo y de su casa-el pueblo acordó hacerse cargo de la carga impositiva, y por ende, no puso objeción alguna. No obstante, en el período de vejez de Shlomó el Templo ya estaba maravillosamente construido, e incluso el palacio de Shlomó ya estaba construido, y sólo resta la construcción de Miló y el cierre de la grieta en las murallas de la Ciudad de David-una especie de sobrante de las grandes cosas que ya se han hecho. En este punto, la paciencia se agotó y el pueblo se sentía injustamente explotado.
Yarovam sentía que Shlomó lo utiliza a fin de implementar una política que pejudicaba a los integrantes de su tribu. Se sintió como un cómplice de la política injusta de su hermano. Tanto sus antecedentes humanos como huérfano que pasó una infancia en condiciones difíciles, como su contexto tribal en carácter de integrante de la tribu de Efraim así como su rectitud personal, lo llevan a rebelarse contra el cargo que ocupa, que lo ha elevado no en su beneficio a un puesto de alto rango en el aparato fical de Shlomó.
¿Qué hace en nuestros tiempos modernos, un funcionario gubernamental jerárquico o un alto oficial del ejército que no se identifica con la política gubernamental en la que presta servicio? Renuncia a su cargo por motivos de conciencia, y de ese modo, recibe el respeto y la admiración de la opinión pública. En ciertas ocasiones, también se une al partido opositor, y lleva adelante una lucha contra el gobierno y su política.
No obstante, en un gobierno autocrático, tal como era el gobierno del reino de Israel en la época de Shlomó, la renuncia de un funcionario y su negativa a desempeñar su cargo por razones de objeción política y de conciencia, era considerado como una agresión al rey, y era tratado con el máximo rigor de la ley.
Yarovam “salió de Ierushalaim”-se alejó de su cargo en Ierushalaim, y retornó a su ciudad, o como se acostumbra a decir en la actualidad, “dejó las llaves sobre la mesa”. Debido a este abandono, que reflejaba un desafío a Shlomó, Shlomó solicitó matarlo, y por consiguiente, Yarovam huyó a Ierushalaim.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”.