Aunque podríamos pensar que la profecía en nuestro capítulo se refería a la generación de Yeshaiahu, la proximidad de esta profecía a la profecía alusiva al retorno a Tzión (capítulo 35), sugiere que la profecía está dirigida, al menos como intención secundaria, a los exiliados que regresaron de Bavel, Babilonia y temían que los edomitas heredaran su tierra. En cualquier caso, la validez de la profecía es también para las generaciones futuras - un destino de destrucción para los enemigos de Israel y para las fuerzas del mal, dondequiera que estén.
La sección (capítulos 34-35) se divide en dos partes: en la primera parte (capítulo 34), una dura profecía de destrucción a Edom y en la segunda parte (capítulo 35), la profecía alusiva a la redención de Israel. La yuxtaposición de estas profecías evoca los conceptos del recitador de las lamentaciones: “Regocíjate y alégrate, oh hija de Edom... Oh hija de Tzión, se acaba el castigo de tu iniquidad...” (Eijá, Lamentaciones, capítulo 4, versículos 21-22). Esta similitud puede enseñarnos que al igual que los hechos relatados en Eijá, del mismo modo, aquí la profecía de Yeshaiahu, está dirigida principalmente a los que regresaron del exilio en Bavel. En esos tiempo Edom era un enemigo muy duro de Israel, más aún que los babilonios, ya que los edomitas querían heredar la tierra de Israel y asentarse en ella (ver Yejezkel 35,10), y por consiguiente, cuando la profecía viene a anunciar el retorno a Tzión del exilio de Bavel, primero anunció la destrucción de Edom. Y ello es una insinuación para los inmigrantes de Bavel, para que no le teman a los edomitas, quienes quieren apoderarse de Iehudá-ya que Edom ha sido sentenciada a su destrucción total.
Y he aquí que en nuestro comentario citado anteriormente (en los capítulos 13-14) [alusivo a la profecía “Masá” de Bavel], planteamos una opinión según la cual, esencialmente dichas profecías referían a la destrucción de Ashur. Y también aquí, en la cuestión de la profecía alusiva a Edom, el antiguo comentarista Rabí Moshé HaCohen, opinaba que Sanjerib, el rey de Ashur destruyó a Edom, y la profecía de Yeshaiahu, justamente se refería a ello. Y en efecto, Edom era un enemigo de Israel, desde la época de los patriarcas, y muchos profetas , le presagiaron duros castigos. Y sin embargo, tendemos a pensar que incluso si desde un inicio esta profecía aludía a temas de la generación del profeta Yeshaiahu, el hecho de que esta profecía haya sido establecida aquí, conforme al orden de las Parshiot, las secciones, nos indica de que los conceptos están dirigidos (aunque sólo sea con una intención secundaria) al período del exilio babilónico.
Y no obstante, según el gran principio en la comprensión de las palabras de los profetas, que todos sus conceptos fueron manifestados para su época y generación, Podemos decir que la vigencia de los conceptos se mantiene en todas las generaciones, y es el destino de destrucción y exterminio de todos los enemigos de Israel y de todas las fuerzas del mal, en general, sin especificar el nombre de un pueblo en especial o de una institución en particular.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del Tanaj con el comentario Daat Mikrá, de ediciones Mosad HaRav Kuk Ierushalaim, libro de Yeshaiahu, Tomo I, páginas 365-366