Según el comentarista Rashi, el profeta reprende al pueblo por su desprecio a Jizkiahu y su preferencia por Pekaj, el hijo de Remaliahu, ¿pero qué tiene que ver Jizkiahu aquí? Puede decirse que Jizkiahu es una metáfora del liderazgo estructurado sobre la dependencia de Dios, a diferencia de Pekaj, que es una metáfora de que todo es por mi fuerza y mi fortaleza.
“Por cuanto este pueblo (del reino de Israel) desprecia las aguas de Shiloaj que corren mansamente, y se regocija con Retzín y con el hijo de Remaliahu” (versículo 6).
Rashi explica siguiendo a los Sabios en el Tratado de Sanhedrín, que el pueblo despreciaba a Jizkiahu y prefería a Pekaj, el hijo de Remaliahu, el rey de Israel. Los reyes de la Casa de David, y especialmente Jizkiahu,fueron comparados con las mansas aguas del Shiloaj. Por consiguiente, su castigo, como es explicado en el versículo siguiente, será la inundación de las aguas del río fuertes y abundantes. Por su parte, el comentarista Radak (Rabí David Kimchi) explica que el pueblo despreciaba a Ajaz, el débil, y que prefería a Pekaj, el socio de Retzín, el rey de Aram.
Surge cierta dificultad con la postura de Rashi, ya que Yeshaiahu pronuncia esta profecía en la época de Ajaz, pues entonces, ¿qué tiene que ver Jizkiahu, en esta instancia? Y más aún, según la concepción de Radak, resulta difícil comprender por qué el profeta asemeja al débil Ajaz con las mansas aguas del Shiloaj. Debería haberlo comparado con algo que simbolice debilidad y no con las aguas del Shiloaj que avanzan lenta y mansamente.
Por lo cual, propondremos que Dios, por intermedio del profeta, esgrime una crítica contra los activistas, los grupos que no compartían la guía del profeta: “Ten cuidado y estate quieto” (capítulo 7, versículo 4), y en especial, a aquellos que confiaban en Pekaj y Retzín, y exigieron unirse a ellos en su lucha contra los asirios. En la siguiente generación, fue Jizkiahu el que siguió la guía del profeta y abandonó el activismo político, en favor de apoyarse en Dios.
Así es como serán comprendidos los conceptos de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria y de Rashi. Entonces, Jizkiahu es la parábola de un liderazgo estructurado sobre la dependencia de Dios. A diferencia de Pekaj, que es una parábola de liderazgo que confía en su poder y fortaleza, y ésta es una profecía para todas las generaciones.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Tzofnat Yeshaiahu-MeUziahu ad Ajaz”, de ediciones Maguid.