¿Acaso es posible que Dios sea el que provoque el pecado? ​

¿Acaso es posible que Dios sea el que provoque el pecado? ​

Dios provocó que David pecara con la realización del censo, a fin de completar su proceso de retorno y arrepentimiento tras su pecado en el episodio con Bat Sheva.

En el inicio del relato del censo, figura que el factor provocador del pecado cometido por David, fue la  cólera de Dios, por el cual, David fue incitado a contar a los integrantes del pueblo de Israel. En otras palabras: por su parte, David no habría pecado-y por consiguiente, tampoco habría sido castigado-si Dios no lo hubiera incitado a pecar, y a raíz de ello, también lo castigó. Se trata de una descripción sumamente excepcional en el texto bíblico. Tal vez, la descripción más cercana a la misma sea el endurecimiento del corazón de Paró durante la esclavitud del pueblo de Israel en Egipto, pero también allí, el pecado fue de Paró, y Dios tan solo le provocó apegarse al pecado y le impidió corregir su accionar, sin antes pagar el costo por sus malas acciones. En contraste, aquí se describe un pecado que es totalmente producto de la incitación de Dios a David. ¿Cuál es la naturaleza de dicho fenómeno? Parece ser que la respuesta a este interrogante se halla en el versículo anterior-el versículo del capítulo 23 que concluye la lista de los valientes de David: “Uriá el Jiti; treinta y siete en total”. Aparentemente, el texto adjuntó intencionalmente la mención de Uriá el Jití a la cólera de Dios, como señalando que la misma se debe al episodio con Bat Sheva, y por ende, hay varios nexos entre nuestro capitulo y ese episodio: el concepto “cólera” aparece en ambos

En ambos episodios, David peca, y en los dos casos, se arrepiente del hecho, diciendo “He pecado”. En ambos relatos figura la expresión “superar el pecado”.

En el episodio de Bat Sheva se menciona “Pero lo que David había hecho fue malo a los ojos del Señor”, y paralelamente, en el libro Divrei Haiamim I, Crónicas I, figura “A Dios (también) le desagradó esto, por lo cual hirió a Israel”.

Parece ser, entonces, que el caso del censo es una cuestión pendiente del episodio con Bat Sheva. Algo del pecado de David cometido en esa ocasión, aun no fue reparado, y se requiere un nuevo golpe a fin de completar su proceso de Teshuvá, de arrepentimiento y retorno.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Gentileza sitio VBM de la Academia Rabínica Har Etzion

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