Tanto el Efod como el Joshen (Pectoral) eran utilizados como instrumento de consultas a Dios. Una pregunta con el Efod era más como una herramienta en manos del hombre para la planificación de sus actos. Mientras que una pregunta con el Joshen era una suerte de esclarecimiento de la voluntad de Dios, desde una tendencia de direccionar los actos del hombre hacia la voluntad de Dios.
El Joshen y el Efod estaban unidos entre sí, ambos estaban destinados para portar los nombres de los hijos de Israel como remembranza ante Dios, y a través de ambos elementos se podían realizar consultas a Dios.
Y aún así representaban dos herramientas separadas. La Torá destaca que la función principal del Joshen es la consulta a Dios, mientras que la tarea central del Efod, es la remembranza de los hijos de Israel ante Dios. El Efod representa el nivel del vínculo básico entre el pueblo de Israel y Dios. Sobre sus hombros se hallan las piedras de ónix con los nombres de los hijos de Israel.
El Joshen , y en él los Urim Vetumim (unos rollos de pergamino sobre los cuales Moshé había escrito el Nombre Divino de 72 letras) con el nombre explícito de Dios, representa un plano más elevado del vínculo-un plano cuya fuente reside en el nombre de Dios colocado en los pliegues del Joshen, y su centro se ubica “ante Dios”.
El vínculo y la unión entre el pueblo de Israel y Dios y la presencia de la Providencia Divina en el mundo representan un elemento que posibilita preguntar y esclarecer el futuro. Pero hay una diferencia esencial entre el esclarecimiento del futuro por medio del Efod, y el esclarecimiento del futuro por medio del Joshen. Una consulta a través del Efod, se genera sobre la base del vínculo entre Dios y la congregación de Israel.
Una pregunta de estas características puede ser interpretada como conjetura y adivinación, como una herramienta que en manos del hombre ayuda a decidir según los datos que recibirá. El Efod se convierte en una “base de datos”, un instrumento que revela el futuro, y que permite que las decisiones se tomen con mayor prudencia. A diferencia de ello, el nombre de Dios ubicado en el centro del Joshen, simboliza el compromiso total de hacer la voluntad de Dios. Aquí, el hombre no se encuentra frente a un instrumento que le suministra información, sino como una persona que se encuentra frente a su Creador, y solicita conocer la voluntad de Dios en el mundo. No se trata de adivinación del futuro, de utilizar los utensilios del Mishkán a nuestro servicio, sino presentarnos ante Dios a partir del compromiso y la expectativa de hacer Su voluntad.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"
Sharón Rimon: la Rabanit Sharon Rimon es docente de Tana”j y Editora de Contenidos de Tana”j en el Instituto Académico Herzog.