Cuando Mijal lo encuentra a David tras el traslado del Arca Divina, lo critica por el hecho de que él mismo se deshonró ante el pueblo por su alegría. ¿Cuál es la alegría adecuada en el cumplimiento de las Mitzvot, los preceptos? ¿Acaso tiene asidero humillarse a uno mismo ante Dios? Al respecto, los conceptos del Rambam.
La alegría que manifestará una persona mediante la realización de un precepto y el amor a Dios que le fuera ordenado, es un gran servicio, y todo aquel que se priva de esta alegría, merece ser advertido, como está citado: “Puesto que no has servido a Adonai tu Dios., con regocijo y con bondad de corazón” (Devarim, capítulo 28, versículo 47). Y todo aquel que se concede honores en esos lugares, es un pecador y un necio, y al respecto, el rey Shlomó advirtió: “No te des importancia delante del rey” (Mishlei, Proverbios, capitulo 25, versículo 6). Y todo aquel que se humilla a sí mismo en esos lugares es el grande, el honorable, el que presta servicio por amor, y así se expresó David, el rey de Israel: “Y me rebajaré aún más que esto, y me humillaré ante mis propios ojos” (Shmuel II, capítulo 6, versículo 22), y no hay grandeza y honor sino alegrarse ante Dios, como está citado: “Y el rey David salta y danza delante del Señor” (Shmuel II, capítulo 6, versículo 16).
(Rambam, Leyes del Shofar y Lulav, capitulo 8)
Rambam-Rabí Moshé Ben Maimón, nació en España, en el año 1135. Se trasladó a Egipto, donde se desempeñó como Rabino, líder y médico. El más grande de los dictaminadores de la ley judía y los filósofos judíos. Escribió el libro “Mishné Torá”, en el que recopiló, definió y ordenó todas las Halajot (las Leyes Judías), y también escribió el libro “Moré Nevujim”, “Guía de los Perplejos”, un libro de filosofía. Falleció en el año 1204.