Ester, a diferencia de la amada en Shir Hashirim, el Cantar de los Cantares, no desperdicia la oportunidad, sino que oye el llamado de D-s. Y al igual que Iehudá cuando se halla ante Iosef, está dispuesta a pagar un alto precio a fin de salvar al pueblo de Israel, y permanecer cautiva en la casa del rey.
“Porque ¿Cómo podré yo ver el mal que ha de sobrevenir a mi pueblo?, y ¿cómo podré ver la destrucción de mi parentela?” (6)
El vocablo “Eijajá”, “¿Cómo?” es mencionado, de un modo similar, solamente en un lugar más del Tanaj, y también allí es expresado por una mujer. Así se manifiesta la amada en el libro Shir Hashirim, el Cantar de los Cantares: Me he quitado mis atuendos, ¿cómo habré de vestírmelos nuevamente? Me he lavado los pies. ¿Habré de ensuciarlos? (Shir Hashirim, 5,3)
La amada, que ya se acostó para descansar, se resiste a levantarse para abrirle la puerta a su amado, debido a que ya se ha quitado su blusa e higienizó sus pies, y para abrirle la puerta al amado, deberá volver a vestirse y ensuciar sus pies nuevamente. Su reacción es sorprendente y sumamente desilusionante. Cuando el novio se encontraba lejos, ella sentía mucha nostalgia, y cuando el amado se halla a su alcance, cuando viene a su casa, ella, repentinamente, desiste. El capítulo 5 del libro Shir Hashirim caracteriza el desperdicio de la gran ocasión, la falta de atención al llamado de D-s a la persona.
El libro de Ester es “casi” otra historia de una oportunidad desperdiciada por la pereza o por el temor personal que impide la apertura de la puerta y por ende de la redención, sin embargo, al final, el relato de la Meguilá representa un modelo de relato de la apertura de la puerta. No se trata de “Me he lavado los pies. ¿Habré de ensuciarlos? (Shir Hashirim 5,3) sino de “¿Cómo podré yo ver el mal que ha de sobrevenir a mi pueblo? (6). No obstante, las palabras de Ester recuerdan también a Iehudá ante Iosef, el gobernante egipcio “Pues, ¿cómo ascenderé a mi padre y el mozo no está conmigo...? No sea que vea yo el sufrimiento que podrá sobrevenir a mi padre.”(Bereshit 44,34)
Los dos referentes se encuentran ante el gobernante (Iosef o Ajashverosh) y desean agraciar a alguien (a Biniamín o a todos los judíos). Y como Iehudá se ofreció como siervo a cambio de Biniamín, también Ester quedará como sierva en la casa del rey y se verá forzada a continuar y a organizarle los banquetes. Ester “libera” a su pueblo con gran adulación al rey, y así corresponde que haga, no obstante el autor de la Meguilá está interesado en que esta entrega y sacrificio sean recordados y figure a ojos del lector: Ester está cautiva en la casa del rey gentil y debe consentir todas sus excentricidades.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica Har Etzion