A lo largo de los últimos capítulos encontramos algunas intersecciones en las cuales actúan Iehudá y Iosef. Reuvén es el primer promotor de todas las acciones pero no logra coronarlas con éxito. A diferencia de él, Iehudáse demora pero sus palabras siempre llegan en el momento apropiado y con criterio. Iehudá es el elegido como rey.
Como primogénito, Reuvén reconoce todo primero. Es el primero en proponer una alternativa para salvar a Iosef del asesinato, y devolverlo a su padre. Demás está señalar que su plan no prosperó; es el primero en reprender a sus hermanos diciéndoles“acaso no les dije que no lastimaran al niño”. Demás está señalar que su plan no prosperó. Es el primero que le propuso a Iaacov nuestro patriarca“A mis dos hijos podrás hacer morir si no te lo traigo a ti”. No hace falta señalar que no logró convencer a Iaacov. Es el primero que en el pasado reclamó el honor de su madre Leá, y “se acostó” con Bilhá, concubina de su padre. No hace falta señalar que su acto fue improductivo, y más aún, Iaacov definió esa acción como “entonces profanaste mi lecho, él subió”; es el primero que en el futuro solicitará asentarse en la tierra de Israel. No hace falta mencionar que dicho pedido lo dejó en la Ribera del Jordán hacia el Este.
A diferencia de él-Iehudá. Es el que al final de cuentas propuso vender a Iosef, y a pesar que esta venta era uno de los pecados más graves, finalmente es la que lo salvó a Iosef de morir en el pozo; él no reprendió a sus hermanos en momentos en que se encontraban en un momento angustiante; es el que aguardó un tiempo, y entonces le propuso a Iaacov que él será el garante por el destino de Biniamín. Este plan prosperó, y a partir de su fortaleza se unió la familia; es el que con sumo esfuerzo logró que finalmente el reinado surja de los descendientes de Leá; es el que asumió la responsabilidad sobre Biniamín y el hecho que efectivamente fue garante del niño, y asumió sobre él la esclavitud; es lo que permitió tener el mérito de asentarse en la tierra.
¿Qué se puede aprender de estos hechos?Hay algo especial en el brillo inicial, la reacción instintiva, el sentido de responsabilidad del primogénito, la primacía y el accionar precipitado”-“presuroso cual aguas”. No sólo eso, sino que por lo general la acción era punzante y clara, e incluso también toma medidas extremas como “a mis dos hijos podrás hacer morir si no te lo traigo a ti”. Sin embargo, este no es el rol del liderazgo ni un crecimiento a largo plazo. El liderazgo y la realeza provienen de otro lugar.
De aquel que es parte y no se ve a sí mismo como el primogénito que reprende a sus hermanos; de aquel que es capaz de aceptar con devoción la autocrítica-“ Ella es más justa que yo”; de quien es capaz de esperar el momento adecuado; de aquel que es capaz de convencer “yo habré de ser fiador, de mi mano habrás de pedirlo”; de quien al final de cuentas, está dispuesto a asumir lo peor-quedarse como esclavo para que su hermano pueda regresar con su padre; de aquel que está dispuesto a presentarse frente a las autoridades en el momento adecuado y hablar con contundencia;de quien comprende que el liderazgo crece lenta y progresivamente, y finalmente “de la presa devorada, hijo mío, has ascendido”.
Finalmente es Iehudá el que recibe el reino; es el heredero del centro de la tierra de Israel y su frontera norte linda con el sitio sagrado; a partir de él crece la fe mesiánica con la llegada del Mashiaj ben (hijo de) David que redimirá a la nación israelí; es el que en el perímetro de su territorio fue construido el Gran Templo; es el que lideró la travesía de los hijos de Israel en el desierto-este es el poder del verdadero liderazgo.
Es difícil ser paciente; es difícil ser una persona con autocrítica; es difícil esperar el momento apropiado y comprender que no se pueden hacer las cosas “de manera impuesta”, y se requiere convencer a la gente y modificar las cosas de verdad.
No hay atajos. Los sueños irreales de establecer un liderazgo por la fuerza, comentarios que se escuchan acerca de que la acción a partir de la fuerza es la que hará que el público se incline ante la fe del que intenta imponerla por la fuerza; una voluntad de desconectarse y la falta de voluntad para soportar la carga del público; el enojo y la reprimenda constante contra aquellos que son vistos como “los malos” de la historia-eso no conduce a nada. Estas actitudes reflejan un culto nada malo al enojo y a la frustración, pero al final conducen hacia afuera del campamento. Iehudá es el elegido como rey.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio de la Academia Rabínica "Orot Shaul"