Shimón y Leví actuaron juntos en Shjem e incluso fueron maldecidos conjuntamente por Iaacov antes de su fallecimiento. Y a pesar de ello, mientras que la tribu de Shimón prácticamente desapareció del “mapa político”, del centro de las acciones, la tribu de Leví tuvo el mérito de ser la tribu del sacerdocio. ¿Cuál es el significado de esta diferencia?
Los actos de Shimón y Leví se hicieron merecedores de una aguda crítica por parte de Iaacov. En nuestro capítulo Iaacov eleva contra ellos un argumento político, la sospecha por la reacción de los residentes en la tierra (versículo 30) mientras que antes de su muerte (Capítulo 49, versículos 5-7) los maldice y los castiga, lo cual es considerado como una crítica moral contra su accionar.
El castigo de Iaacov incluye su división y dispersión en el seno del pueblo de Israel, aparentemente por temor a su carácter áspero y feroz. Pero del libro Shemot en adelante, la tribu Leví se convierte en una tribu protagónica: de ella surgió el más grande de los profetas y la tribu del sacerdocio. A diferencia de ello, la tribu de Shimón en realidad no asume un rol central e incluso va de fracaso en fracaso cuando se conoce que el titular de la tribu es el que acercó a la midianita en la sección de Pinjas (Bemidbar, capítulo 25, versículo 14).
¿Cuál es el significado de la diferencia entre Leví y Shimón? El Midrash Sifrí en el libro Devarim (349) aborda esta pregunta y cita una fábula en la que se cuenta acerca de “dos personas que tomaron un préstamo del rey, uno reintegró el préstamo y le concedió un préstamo al rey, y el otro no sólo que no canceló la deuda, sino que volvió a solicitar otro préstamo”. El Midrash explica que Shimón y Leví tomaron un préstamo del rey de Shjem, asumieron el compromiso a la luz de sus actos, pero mientras Leví reintegró el préstamo en la continuidad, Shimón volvió a solicitar otro préstamo.
De aquí en más la tribu de Leví utiliza intensos poderes para bien. Lucha contra los decretos del faraón, no participa del pecado del becerro de oro y más. El pueblo de Israel requiere de “personas intransigentes” con la condición que la intransigencia sea canalizada en la dirección correcta.