La construcción del Beit Hamikdash, el Gran Templo de Ierushalaim, refleja una época de apogeo en la que hay paz, justicia, riqueza, sabiduría y cada uno vive en calma y en paz. El Beit Hamikdash podrá ser construido solo cuando haya un respiro de los enemigos, y esto es lo que aspiramos y por lo que elevamos nuestra plegaria.
Durante más de 2.000 años, muchas generaciones se emocionaron, lloraron, esperaron, rezaron y creyeron, creen y aún rezan “Restaura el servicio a Tu Santuario”. Hemos retornado a la Tierra, el comienzo de la realización de las plegarias, de la redención, el Estado de Israel Florece, pero la construcción del Beit Hamikdash genera en todos nosotros pensamientos y emociones, a veces de esperanza, y otras, de interrogantes.
Al recorrer los capítulos alusivos a la construcción del Beit Hamikdash vemos que la misma deriva en una época de apogeo en la que hay paz, justicia-“un corazón atento para juzgar” (Capítulo 3, versículo 9), riqueza, sabiduría y cada uno vive en calma y en paz.
En la apertura y el cierre de los capítulos de la construcción del Beit Hamikdash se hace hincapié en un tema significativo. Shlomó, al dirigirse a Jiram, señala que ha llegado el momento añorado para la construcción del Beit Hamikdah, debido a que “Mas ahora me ha dado reposo el Señor, mi Dios, por todos lados, de manera que no hay adversario, ni mal encuentro” (Capítulo 5, versículo 18). Y en la culminación del evento de la inauguración del Beit Hamikdash, en su bendición a Israel “¡Bendito sea el Señor que ha dado descanso a Su pueblo Israel, conforme a todo lo que había prometido! No ha faltado ni siquiera una palabra de toda aquella buena promesa que prometió por conducto de Moshé, Su siervo” (Capítulo 8, versículo 56).
Y Rashi explica-“¿Y dónde habló? “Y los haga descansar de vuestro enemigo” (Devarim, capítulo 12, versículo 10). Shlomó parece enfatizar que ha llegado el momento del Beit Hamikdash, ya que no hay enemigos que acechan al pueblo de Israel, y Dios le concedió descanso a Su pueblo Israel. El Beit Hamikdash no es una mera construcción que desea construer el rey o el gobierno. El Beit Hamikdash representa una casa magnífica, elevada, en la que convergen todas las energías espirituales del juicio, la plegaria y la proximidad a Dios. Dicha casa puede ser construida única y exclusivamente como una manifestación de que hay calma en el pueblo de Israel, no hay un Satanás y no hay maldad.
Y si lo trasladamos a nuestra época, en la que también en el sitio del Templo hay un potencial elevado que manifiesta energías espirituales particulares, como parte de la preservación de la esperanza y como parte de la vivencia de conexión espiritual, pero parece ser que aún no ha llegado el momento de la construcción del Beit Hamikdah. La construcción será hecha realidad sólo cuando Dios nos dé respiro de nuestros enemigos. Y Dios nos dará descanso de todos nuestros enemigos de alrededor y es esto por lo que rezamos y a lo cual aspiramos.
Cortesía sitio 929.