¿Está prohibida la entrada a los no judíos?

¿Está prohibida la entrada a los no judíos?

 

¿Cómo podemos entender las palabras del profeta: "porque no volverá más a entrar en ti el incircunciso y el inmundo (impuro)” ¿Acaso es posible que se prohibiera la entrada de extranjeros al Templo? Depende a quién se le pregunte.

"¡Despiértate, despiértate, vístete tu fortaleza, oh Tzión; vístete tus ropas hermosas, oh Ierushalaim, ciudad santa! porque no volverá más a entrar en ti el incircunciso y el inmundo (versículo 1). Este poético y elevado versículo incluye la declaración - "porque nunca más volverá a entrar en ti el incircunciso y el inmundo".

Esta frase plantea varios problemas. El texto presenta un par - incircunciso e inmundo. ¿Es el incircunciso igual que el impuro? El Talmud en el tratado de Zevajim dice - "¿De dónde aprendemos sobre el incircunciso? Dijo Rav Jisda: Esto no lo aprendimos de la Torá de Moshé, lo aprendimos de las palabras de Yejezkel hijo de Buzi: “Ningún extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, ha de entrar en Mi santuario “ (Yejezkel, capítulo 44, versículo 9)" (Zevajim 22b). Y de hecho, no encontramos en la Torá prohibición alguna sobre la entrada de incircuncisos al Templo.

El texto en Vaikrá prohíbe recibir una ofrenda defectuosa de un extranjero - " y de mano del extranjero no habrán de ofrecer el sacrificio ante vuestro Dios, de todos éstos; ya que dañados están: defecto ellos tienen. No serán aceptados en vuestro favor" (Vaikrá, capítulo 22, versículo 25), lo que implica que un extranjero (que probablemente también era incircunciso) podía traer ofrendas y entrar con ellas al Templo.

Esto también se infiere de la plegaria de Shlomó - " Asimismo respecto del extranjero, que no es de Tu pueblo Israel, mas que viniere de tierra lejana a causa de Tu nombre; (porque ellos oirán hablar de Tu gran nombre, y de Tu poderosa mano, y de Tu brazo extendido), cuando viniere y orare en esta casa" (Melajim I, capítulo 8, versículos 41-43).

También en la profecía consoladora del libro de Yeshaiahu se entiende que los extranjeros entran al Templo - " Asimismo respecto de los hijos de tierra extraña que se unen al Señor, para asistirLe, y para amar el Nombre del Señor, para ser siervos Suyos... Yo también los traeré a ellos a Mi santo monte, y los haré gozosos en Mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre Mi altar, porque Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos" (capítulo 56, versículos 6-7). Y nuevamente viene una profecía al final del libro de Yeshaiahu - " Y sucederá que de novilunio en novilunio, y de sábado en sábado, vendrá toda carne para adorar delante de Mí, dice el Señor" (capítulo 66, versículo 23).

Podemos suponer que la Halajá (la ley religiosa judía) antigua permitía la entrada de no judíos al Templo, y que la ley de Yejezkel, que reservaba el Templo para la élite sacerdotal, cerró el Templo a los extranjeros. Y he aquí que el versículo no solo prohíbe la entrada de incircuncisos e impuros al Templo, sino a toda la ciudad - " ciudad santa, porque no volverá más a entrar en ti el incircunciso y el inmundo (versículo 1).

Así se estableció la ley en el Rollo del Templo que fue hallado entre los Rollos del Mar Muerto, que aparentemente refleja la ley saducea – “Ningún hombre ciego entrará en ella en sus días y no contaminarán la ciudad en la que yo habito... y todo hombre que se purifique de su flujo... y lave todo su cuerpo en aguas vivas, después podrá entrar en la ciudad del Templo” (columna 47). ¿Acaso el versículo que estamos discutiendo alude a un enfoque legal extremo como la ley del Rollo del Templo? Lo dudo. Del contexto parece que se trata de una metáfora de que ya no vendrán más conquistadores extranjeros a Ierushalaim. Los Sabios nunca consideraron decretar que los impuros tenían prohibido estar en toda Ierushalaim, mientras que los saduceos convirtieron la metáfora en realidad y en ley.


Cortesía sitio 929

 

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