Diferentes comentaristas, tanto tradicionales como contemporáneos, plantearon la hipótesis de que la lepra era una enfermedad peligrosa y contagiosa, y en base a dicha hipótesis explicaron las leyes de impureza y aislamiento del leproso como protegiendo a la sociedad del peligro de contagio. Sin embargo, la hipótesis de que la lepra era una enfermedad contagiosa y peligrosa no tiene sustento en el texto bíblico, no aquí ni en otros sitios en los cuales es mencionada la lepra. En contraposición a la concepción de la impureza de la lepra como medicina preventiva, los comentaristas en las últimas generaciones argumentaron diversas posturas. Shada”l (acrónimo hebreo de Shmuel David Luzzatto, un erudito judío italiano, 1800-1865) en su explicación al capítulo 12 sostiene: “Y he aquí que muchos pensaron que el alejamiento del leproso se debe a que dicha enfermedad se contagia por el contacto. Y me parece, que si la Torá dudaba del contagio de la enfermedad, cuántas otras enfermedades hay que también son contagiosas, y al respecto, la Torá no reguló absolutamente nada. ¿Y por qué la Torá no ordenó nada en relación a la peste?”
Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria) en sus Midrashim concibieron a la lepra como un castigo por diversas transgresiones entre el hombre y su prójimo, y en particular, sobre “Lashón Hará” (el acto de hablar en forma despectiva de otra persona). No obstante el motivo moral que brindaron nuestros Sabios para la impureza de la lepra no puede ser utilizado para explicar la mayoría de las otras impurezas.
RadatzHofman (acrónimo hebreo de Rabí David Tzví Hoffmann, 1843-1921)propuso que la lepra y las leyes de impureza que se desprenden de ella no son un castigo, sino un sistema simbólico:la lepra representa como un símbolo de pecados de una clase determinada, que la pureza tiene como fin modelar la adecuada referencia a ellos mientras que por su parte la purificación representa la desconexión de ellos.Con una leve y decisiva modificación introducida por el Rabino Hofman en la concepción de Jaza”l, transformó a la lepra y a sus leyes de una manifestación moral de premio y castigo en un sistema simbólico educativo que expresa la correcta relación entre el pecado y la Teshuvá (arrepentimiento) y la modela. Este cambio le permitió expandir este concepto y aplicarlo a todo tipo de impurezas.
Otra explicación para todos los tipos de impurezas lo encontramos en el libro Cuzarí de Rabí Iehuda HaLeví, en el cual sostiene que la cercanía de Dios y su constante protección sobre Israel se manifiesta, entre otros modos, con la aparición de la lepra en las viviendas y los cuerpos. Según Rabí Iehudá HaLeví, la impureza de la muerte es el eje central de todas las impurezas. Las situaciones que derivan en impureza, todas poseen cierta similitud con la muerte. La gonorrea, la lepra e incluso el “esperma perdido” son una muerte parcial-ya sea en un índice alto o bajo-en el propio cuerpo humano, por lo cual promueven un encuentro con la muerte parcial de sí mismo, de la cual la impureza es una expresión.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"