¿Por qué fueron quemados los enviados de Ajaziá?

¿Por qué fueron quemados los enviados de Ajaziá?

¿Por qué Eliahu decreta la quema de los capitanes con sus cincuenta hombres y por qué Dios lo aceptó? Parece que a excepción de la protección y el castigo a los emisarios por la ejecución de la orden, hay una necesidad de una victoria independiente del profeta sobre los emisarios de Ajaziá-dicha victoria anuncia su inminente triunfo con la palabra de Dios en su boca.

En su comentario “Marot HaTzovot”, Rabí Moshe Alshej plantea la pregunta central en relación a la segunda mitad de nuestra historia:

Resulta conveniente tener en cuenta: ¿Cuál fue el pecado de los dos capitanes con sus cincuenta hombres “a quienes asó al fuego Eliahu”, siendo ellos enviados del rey quien les encomendó una misión?

Las acciones de Eliahu son actos de defensa frente a aquellos que lo persiguen, pero además, hay también en su accionar   un castigo apropiado para los dos jefes del ejército y sus dirigidos. De hecho, ellos actúan por orden de su rey, que les ordenó hacerle daño al varón de Dios. Pero, ¿cuál es el valor de esta orden, la orden de un hombre de carne y hueso, “un rey mendigo”, picador y transgresor, en contra del mandamiento de Dios, “el Rey Supremo”? el intento de matar a Eliahu no es simplemente un acto de asesinato, sino más grave aún: es el intento de matar al profeta de Dios por su condición de profeta de Dios y en el momento de estar cumpliendo su función.

Parece que, acorde a la concepción de Ajaziá, el enfermo yace en su cama y seguramente tiene pánico de que se cumpla la dura profecía de Eliahu, el intento de atentar contra Eliahu representa un acto que anula la vigencia de la profecía que sale de su boca. Envía a sus soldados a atentar contra Eliahu, a fin de asegurar que se curará de su enfermedad. La resistencia al “varón de Dios” es, por cierto, en su base, una oposición a la palabra de Dios; la lucha contra el profeta es un intento de abortar el cumplimiento de su profecía.

La victoria del varón de Dios en esta lucha representa un anticipo de la victoria de la palabra de Dios a posteriori: el triunfo del varón de Dios contra sus opositores es una señal profética de la inminente victoria de la palabra de Dios que está en su boca. No por móviles personales o por una tendencia en su corazón formuló Eliahu sus decretos contra los capitanes y sus cincuenta hombres, sino en el marco de su accionar como profeta, a fin de concretar la palabra de Dios en su boca y su victoria contra los opositores.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Cortesía sitio DAAT.

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