Yeshaiahu profetiza la destrucción para Tzor, pero la destrucción será acotada a 70 años. ¿Por qué Tzor es castigada? ¿Y por qué el profeta le concede esperanza?
La profecía (“Masá”) alusiva a Tzor, es la décima y última en esta serie de profecías. El número 10 da cuenta de completud y de que se completan las profecías de los pueblos de la región, pero esta distinción es imperfecta. Ya que dentro de esas profecías hay una, en el capítulo 22, alusiva al reino de Iehudá. La misma es excepcional desde varios aspectos, y principalmente, no está adecuada al principio de las profecías de los pueblos de la región, que se halla fuera del pueblo de Israel. El debate al respecto, no nos incumbe, pero es digno de que le prestemos atención, ya que puede ayudarnos a comprender más profundamente el papel de las profecías “Masá” alusivas a los pueblos, dentro de la totalidad de la profecía.
Tzor era un estado de gran poder económico, con lazos amplios y ramificados con todas las naciones de la región del Mar Meditrráneo. Todas sus capacidades, su riqueza y vínculos le llegaron a ella a raíz de la excepcional capacidad comercial de sus ciudadanos. En los días de su apogeo económico, ella cambió su actitud hacia los comerciantes, y ellos se transformaron en el estrato social y politico líder en todo lugar. “ Tzor, la repartidora de coronas, cuyos comerciantes son príncipes, y sus traficantes los honorables de la tierra”, dice el profeta, en alusión a ella. Y no sólo eso: el nombre “knaaní” que es el nombre del pueblo que habitaba en Tzor y Tzidón, se convirtió en una marca para todos los comerciantes. “Fabrica sábanas, y las vende, y entrega ceñidores a los comerciantes”, canta Shlomó en referencia a las actividades comerciales de la mujer virtuosa en Mishlei, Proverbios.
Pero también sobre la gran ciudad de Tzor pasó la espada, y todo lo que tenía se perdió. El profeta menciona su amarga suerte, pero no su causa. Estamos confiados en que para cada evento hay un juicio y un juez. Aún más, el profeta enfatiza ante Tzor que: " El Señor de los ejércitos lo ha decretado, para profanar la soberbia de toda gloria (humana), para degradar a todos los honorables de la tierra ", es decir, Dios está "personalmente" involucrado en el destino de Tzor. ¿Por qué el profeta enfatiza este asunto? ¿Acaso Dios no dirige los otros eventos que ocurren en Su mundo? Al menos desde la perspectiva del profeta Yeshaiahu y de todo el Tanaj, Dios es el gobernante del mundo todo, por lo tanto, a mi criterio, aquí hay una expresión de una relación compleja hacia Tzor.
Jiram, el rey de Tzor, era el amigo cercano del rey Shlomó, y lo ayudó en la construcción del primer Beit HaMikdash, el Gran Templo. Esta cooperación tuvo un gran significado. He aquí, un pueblo que no es de los hijos de Israel, también participa en el establecimiento del Beit HaMikdash del Creador de todas las criaturas. Shlomó pide en su plegaria elevada en la ceremonia de inauguración del Beit HaMikdash, "Asimismo respecto del extranjero, que no es de Tu pueblo Israel... oye Tú desde el cielo, asiento de Tu morada", porque también él tiene parte en tu mundo.
Pero estas relaciones especiales entre los judíos y los tirios-sidonios no se mantuvieron a lo largo de la historia. Yzével la sidonita, esposa de Ajab, y su hija Atalía la reina de Iehudá, se hicieron famosas por su comportamiento, crueldad y derramamiento de sangre que causaron en Israel y Iehudá, especialmente al introducir los cultos idólatras cananeos.
La copa del veneno también se preparó para Tzor y pasó sobre ella, pero también se le dio esperanza a Tzor. Su destrucción estará limitada a 70 años, similar al exilio de los judíos en Bavel (una interesante analogía), pero su anterior estado como gran y respetada comerciante marítima no le será restaurado. Se le mantendrá su derecho, si sabe usar sus mercancías y ganancias de manera apropiada y útil, para apoyar y fortalecer económicamente a los necesitados: "para los que habitan delante de Dios", tal vez una alusión a los especiales vínculos que hubo entre el reino de Tzor y el reino de Shlomó, y al importante papel que Tzor tuvo en la construcción del Beit HaMikdash. Como una especie de: "Me acuerdo del cariño tuyo (a Mí) en tu juventud".
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