El leproso, que se desconecta del campamento de Israel, es considerado como un muerto, y debe observar las costumbres de duelo, como una persona que guarda duelo por sí misma.
Cuando una persona es declarada como leprosa, debe permanecer fuera del campamento y le son encomendadas una serie de obligaciones:
“En cuanto al leproso, el que tiene la llaga, portará las ropas descosidas y su cabeza estará descubierta y hasta el bigote habrá de cubrirse, e ¡impuro! ¡impuro! habrá de proclamar. Todos los días que la llaga esté en él, será impuro; impuro es, aislado permanecerá; fuera del campamento tendrá su morada” (Versículos 45-46)
El leproso recibe cinco mandamientos: descoser sus prendas, descubrir su cabello, cubrir el bigote y declararse “impuro”. Y además de ello, morar solo fuera del campamento.
Los tres primeros mandamientos indican que el leproso debe guardar costumbres de duelo. No obstante, ¿por quién guarda duelo esta persona que fue afectada por la lepra en su cuerpo? Incluso si la lepra es una impureza singular derivada de una enfermedad de la piel, es difícil comprender por qué el leproso realiza estas costumbres de duelo, cuando no ha fallecido ninguna persona de su entorno?!
Parecería que esta importante pregunta se ubicaba en la base de los conocidos conceptos de Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria)-“el leproso es considerado como un muerto”. Jaza”l comprendieron, aparentemente, que la Torá trasladó las costumbres del duelo a las leyes de la lepra ya que el leproso guarda duelo por sí mismo. Él mismo está “muerto”, y por ello debe realizar costumbres de duelo.
El último mandamiento impuesto al leproso- “aislado permanecerá; fuera del campamento tendrá su morada”-está de hecho relacionado con su muerte simbólica. Al leproso se le exige que abandone su lugar de estadía y salga fuera del campamento y permanezca allí en estado de aislamiento (a diferencia, por ejemplo de aquel que sufrió una secreción seminal). Parece que el leproso debe desconectarse del aspecto público del pueblo de Israel, un ámbito público en el cual mora la Divinidad, y esta misma desconexión-es “su muerte”. La permanencia de la persona del pueblo de Israel fuera del campamento, o sea- fuera de la posibilidad de compartir con el público en general, es como una desconexión de la vida, una desconexión de la vida de la nación en la cual mora la Divinidad.
Según Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria), el castigo de la lepra aparece por Lashón Hará. En ese contexto, el castigo impuesto al leproso es claro: la misma persona que ha cometido un delito contra su amigo en su posición social-será expulsada de la sociedad, y será considerado como muerto. Tal vez en este contexto se pueda expresar lo dicho por Jaza”l-“Todo aquel que ofende a su compañero públicamente es como si hubiera derramado sangre”, y su castigo es una muerte simbólica, ojo por ojo.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".