¿De qué habla el profeta? ¿Acerca de un terremoto físico o político? ¿Y en qué época se habrá de cumplir la profecía?
Muchos interpretaron que la desolación de la tierra aquí mencionada, es una parábola de duras guerras, y explicaron que la tierra, refiere a la Tierra de Israel, y la ciudad aludida en el versículo 10, hace referencia al reino del enemigo que conquistó la Tierra de Israel.
Conforme a este método, hay quienes explican que esta porción es una profecía sobre la conquista de la Tierra de Israel en manos del reino de Ashur (Asiria) y sobre la destrucción de Ninvé, la capital asiria. Y están aquellos que interpretaron que la tierra refiere al mundo todo, es decir: todos los reinos conquistados por Ashur, y que toda la visión habla del colapso del reino de Ashur y de su capital Ninvé.
A pesar de que aquel que lee los conceptos de los profetas, puede manifestar que el cumplimiento de las palabras de la profecía será de manera simbólica, y que no se trata de un decreto absoluto, de que el mundo habrá de ser destruido por esta desolación, y que además, una gran guerra que destruirá muchos reinos, puede validar los conceptos del profeta en su visión. Pero aquel comentarista que quiera sostener la literalidad de los textos, no tiene más que aquello que ven sus ojos, y no debe incluir en la visión, lo que no hay en ella.
Y por ende, el conocimiento tiende a decir que la visión refiere a un terremoto real que se registrará en el futuro en la tierra, por los pecados de sus habitantes, y la tierra, es el mundo todo...las personas han violado los imperativos fundamentales de los cuales depende la existencia de la sociedad humana, y su castigo consistirá en que serán anulados todos los órdenes de la sociedad humana...la visión concluye con la abolición de los reinos humanos y la revelación de la gloria del reino de Dios en el Monte Tzión y en Ierushalaim. Por consiguiente, ésta es una visión de los días postreros...en principio, destinada para la época de Jizkiahu, pero esa generación no estuvo a la altura de la misma y no fue merecedora de ella.
Extraído de “Daat Mikrá sobre el Tanaj”, de ediciones Mosad HaRav Kuk, Ierushalaim, libro Yeshaiahu, síntesis del capítulo 24