En el instante en que Yonatán y David se unieron en un gran amor, e incluso Mijal se enamoró de David, surgió una amenaza contra Shaúl desde el interior de su hogar.
No sorprende que “el alma de Yehonatán quedó ligada al alma de David” (Capítulo 18, versículo 1)-Yonatán era un combatiente osado, desde la guerra contra los pelishtim (filisteos) en el paso de Mijmash (Capítulo 14), le asestó un duro golpe al jefe del ejército filisteo, se dirigió con su asistente hacia el bastión fortificado delos filisteos “pues el Señor no tiene impedimento en salvar con muchos o con pocos” (Capítulo 14, versículo 6), y esto es precisamente lo que dice David ante Goliat (Capítulo 17, versículo 47).
A Shaúl el cauteloso, también le resultaba difícil con su hijo atrevido, quien salió a buscar una definición sin decirle a su padre (Capítulo 14, versículo 1), y cuando fue revelado que probó de su miel, ya quería ejecutarlo (Capítulo 14, versículos 43-44) por violar un juramento desconocido por él (Capítulo 14, versículo 27; ya que siempre fue en su camino), y sólo el pueblo lo rescató por la gran salvación que logró (Capítulo 14, versículo 45). Si traducimos los conceptos de Yonatán sobre la prueba de la miel (Capítulo 14, versículo 29) le dice a su padre Shaúl: “Deja que el pueblo pruebe la miel-sólo será efectivo para la guerra”. Al unirse Yonatán y David en un gran amor, e incluso Mijal se enamoró de David, surgió una amenaza contra Shaúl desde su propio hogar-el rey Shaúl no podía afrontar la amenaza, ya que no es “relevante” y los jóvenes dirigen el reinado. Estaba sumamente celoso. Aquí comenzó la fractura interna de Shaúl y su familia.
Al apoderarse de él los espíritus malignos, intentó matar a David-no obstante a Yonatán quiso ejecutarlo aún antes de los espíritus malignos, porque no podía con su espíritu libre-osado. Shaúl intentó resolver el problema trasladando a David del violín al mando de las batallas contra los pelishtim, y tal vez, allí caiga en manos del enemigo (Capítulo 18, versículos 17,21), pero el éxito de David fue tan grande, a tal punto que las mujeres le cantaron, y Shaúl ya lo contemplaba como un enemigo, que socava el reinado. (Capítulo 18, versículos 8, 29).
Gentileza del sitio 929