En la Guemará se describe una discusión entre Yeshaiahu y Jizkiahu, en lo concerniente a la posibilidad de incidir en un decreto celestial. ¿Acaso Jizkiahu estaba en lo cierto?
La Guemará, en Brajot (página 10a) describe una discusión entre Yeshaiahu y Jizkiahu sobre si existe la posibilidad de anular o modificar un decreto. La discusión gira en torno al decreto de que Jizkiahu tendrá dos hijos malvados (Menashé). Jizkiahu intenta luchar contra este decreto, primero absteniéndose del nacimiento, y luego casándose con la hija de Yeshaiahu, quien habrá de incrementar sus méritos. A diferencia de ello, Yeshaiahu, por su parte, considera que no debemos inmiscuirnos en los criterios celestiales, y lo deja a Jizkiahu sin esperanza alguna, ya que el decreto fue establecido.
El debate concluye con Jizkiahu expulsando a Yeshaiahu y apela a rezar, a partir de la creencia de que siempre se puede cambiar: “Hijo de Amotz, termina tu profecía y sale, así he aprendido en casa de mi abuelo, incluso cuando una espada filosa es colocada en el cuello de una persona, que la misma no se prive de la misericordia”.
¿Acaso la plegaria de Jizkiahu fue productiva?
Una posibilidad es contemplar el arrepentimiento y retorno a la buena senda de Menashé, descrita en Divrei Haiamim (Divrei Haiamim II, Crónicas II, capítulo 33, versículos 10-20), como una enmienda que tuvo lugar en mérito a la plegaria de Jizkiahu. Pero en el Tratado de Sanhedrín (página 102b) Rabí Iehudá y los Sabios discuten acerca de si Menashé tendrá su parte en el Mundo Venidero. Según la opinión de Rabí Iehudá, la destrucción llegó a pesar de que Menashé hizo Teshuvá, se arrepintió y retornó a la buena senda, ya que las generaciones siguientes siguieron sus pasos. Pero acorde al criterio de los Sabios, la destrucción tuvo lugar por las malas acciones de Menashé, y su Teshuvá no resultó suficiente para modificar el decreto. Podemos ver también en esta discusión, una divergencia acerca de la productividad de la plegaria de Jizkiahu-¿Acaso el arrepentimiento y retorno de Menashé, modifica el decreto fijado para Jizkiahu?
Una posibilidad adicional se halla oculta en el libro “Trei Asar”, el libro de los Doce Profetas Menores: “Revelación del Señor, que tuvo Tzfaniá, hijo de Kushí, hijo de Guedaliá, hijo de Amariá, hijo de Jizkiá, en los días de Yoshiahu, hijo de Amón, rey de Iehudá” (Tzfaniá, capítulo 1, versículo 1). Y escribe allí el comentarista Ibn Ezra: “el texto mencionó los nombres de los antepasados hasta llegar a uno distinguido y ese es justamente, el rey Jizkiahu”-es decir, Tzfaniá era descendiente directo del rey Jizkiahu, y Amariá era hermano de Menashé. Pues entonces, conforme a lo que dijeron Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria (Meguilá página 15a), que todo profeta que es mencionado, agregando también el nombre de sus antepasados, es un Tzadik, un justo hijo de un justo, se explica que Jizkiahu tuvo otro hijo, tras el nacimiento de Menashé, y era un Tzadik, una persona justa, a pesar del decreto que aludía a que tendría hijos no honestos.
Los referentes que escriben en esta sección, son miembros de la organización NAJAT-jóvenes amantes del Tanaj, que representa un Centro de Estudios del Tanaj para la Juventud.