En la descripción de los pecados de Israel sobresale el intento de afectar la pureza y la consagración, oprimir y asfixiar el bien natural que arde en los corazones de los que se consagran, y en oposición a ello, medida por medida, Dios apagará y debilitará el poder de Israel.
Al describir los pecados de Israel, Amós enumera también algunos pecados “a fin de hacer enojar”- “profanando así Mi santo Nombre” (versículo 7): desviar a los humildes de su senda, la profanación familiar de una joven, dar de beber vino a los ascetas, impedir la profecía de los profetas. El común denominador de todos es el intento de afectar la pureza, la consagración. Es posible que el móvil de todos esos pecados sea la envidia, que deriva en un gran odio.
Al inicio del libro Amós se describe un incendio que tendrá lugar como castigo para todos los pueblos que exageran. Aparentemente, el fuego afectaría también a Israel, se expandiría por las murallas de Izreel y devoraría los palacios de Shomrón. Pero para el pueblo de Israel, se describe otro tipo de castigo. ¿Acaso hay alguna diferencia entre los pecados de Israel y los de otros pueblos?
A diferencia de los pueblos, cuyo mal es cual el fuego que quema a través de sus malas acciones y su lucha en favor del mal, el mal del reino de Israel se hace a través de una opresión, un adormecimiento y una asfixia de todo elemento bueno. Por lo tanto, el castigo de Israel es “medida por medida”-impedirle al fuego el oxígeno-represión y debilitamiento del poder del bien, el móvil-“Pues he aquí Yo los apretaré en todo lugar, como se aprieta el carro que está lleno de gavillas” (versículo 13), y sin la fuerza móvil todos se debilitarán, tal como han debilitado las manos de los que se consagran-“ y la huida le faltará al ligero; y el fuerte no podrá valerse de su fuerza; y el valiente no librará su vida; ni podrá resistir el que maneja el arco; y el ligero de pies no escapará, y tampoco podrá librar su vida el que anda a caballo. Además, el más esforzado de corazón entre los valientes huirá desnudo en aquel día", dice el Señor” (Versículos 14-16).
El pueblo quiere que el asceta no cumpla su promesa y que el profeta no profetice, y medida por medida, sus combatientes no logren hallar su fuerza para combatir; quieren que el modesto se aleje de su camino y que las jóvenes pierdan su pureza-así también sus arcos no podrán ser utilizados en sus puestos, direccionarlos y causar daño, y los valientes corajudos se encontrarán en fuga desnudos y perdiendo su honor.
A diferencia de los castigos del comienzo de la profecía de Amós que se manifiestan a través de un incendio gigante de los palacios y ciudades, la respuesta a los pecados de envidia de Israel se refleja en la extinción y el debilitamiento de su fuerza.
Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización Najat-jóvenes amantes del Tanaj, que representa el Centro Juvenil de Estudios del Tanaj.