El pueblo de Israel llegó a una situación en la cual el exilio lo convirtió en un ciego y sordo que no tiene la capacidad de lograr recuperarse exitosamente de esta discapacidad. No obstante, Dios promete que dicha discapacidad no permanecerá por siempre.
Tras el juicio, en el cual Dios decidió en favor de Su siervo Israel y en contra de los pueblos (capítulo 41), ilustra la imagen de Su siervo como la de una persona débil, desde el aspecto físico. No puede gritar ni hacer escuchar su voz entre los pueblos, y demás, y en nuestro lenguaje, es incapaz de causarle daño a una mosca. Sin embargo, desde el aspecto espiritual, tiene claro el objetivo y la férrea voluntad de imponer el juicio en la tierra y establecer una ley que todos los pueblos deseen escucharla.
No obstante antes de que el pueblo de Israel llegue a este objetivo, necesita de la ayuda Divina, a fin de elevarse de su estado decaído, al cual llegó como consecuencia del exilio prolongado que lo afectó. El pueblo de Israel es descrito como una persona que se halla en la oscuridad, como un prisionero en la cárcel cuyos ojos no funcionan y parece un ciego (versículo 7). Así también sus oídos, ya tienen dificultad para escuchar y oir debido a la falta de fuerza o a la necedad del corazón que se apoderó de él (versículos 18-20).
La visión y la audición son los sentidos, a través de los cuales la persona se relaciona con su entorno, actúa en él y es activado por el mismo. El pueblo de Israel llegó a una situación en la cual el exilio lo convirtió en un ciego y sordo que no tiene la capacidad de lograr recuperarse exitosamente de esta discapacidad. No obstante, Dios promete que dicha discapacidad no permanecerá por siempre. En los días postreros, Dios abrirá los ojos del pueblo de Israel y sus oídos a fin de que pueda dar cuenta y testimonio de la grandeza de Dios a los ojos de todos los pueblos.
La justicia de Dios se pondrá de manifiesto por el hecho de que habrá de rescatar al pueblo de Israel de las estrecheces que sufre durante los largos años de exilio y que todos sepan que todo esto fue obra de Dios y no, Dios libre y guarde, por su incapacidad de salvar a Israel-“ El Señor se complace (en el pueblo) a causa de Su propia justicia para que engrandezca la ley, y (la) magnifique” (versículo 21).