Bircat Cohanim

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¿Cuál es el significado de la bendición en el versículo 24?
RASHI: “Dios te bendiga” — que tus bienes sean bendecidos.
“Y te proteja” — que no te ataque una banda de ladrones y robe tu dinero. Pues la persona que da un regalo a su sirviente no puede protegerlo de todos los demás, por lo que si vienen bandidos y se lo quitan, ¿qué beneficio trae el regalo? Pero Dios es el que da y el que protege. También hay muchas interpretaciones midráshicas sobre esto en el Sifrí.

Torat Menajem
LA BENDICIÓN SACERDOTAL (V. 24-26)
La interpretación del v. 24 por parte de Rashi genera las siguientes preguntas:
1) ¿Por qué limita Rashi la Bendición Sacerdotal al detalle específico que “tus bienes sean bendecidos” en vez de sugerir que esta es una bendición general para la persona en todos sus empeños (como explica Sifrí)?
2) Similarmente, al final del versículo, ¿por qué interpreta Rashi la bendición como una protección sólo para los bienes de la persona, y no para su vida en general?
3) ¿De dónde deduce Rashi que esta bendición se refiere al caso de “que no te ataque una banda de ladrones y robe tu dinero”?
4) ¿Cuál era la necesidad de la extensa analogía de Rashi sobre “la persona que da un regalo a su sirviente”?
5) ¿Por qué agrega Rashi: “También hay muchas interpretaciones midráshicas sobre esto en el Sifrí”?
LA EXPLICACIÓN
A Rashi le inquietaba lo siguiente: dado que la Torá ya había prometido a la persona virtualmente toda bendición posible en Parshat Bejukotái (y luego en Parshta Ki Tavó), ¿qué otra bendición podría agregarse aquí?
Rashi concluyó que “Dios te bendiga” significa “que tus bienes sean bendecidos”. Es decir, que los bienes que la persona ya tiene (como resultado de las bendiciones anteriores mencionadas en la Torá) gozarán de un crecimiento sobrenatural.
En otras palabras, las bendiciones en Parshat Bejukotái prometen a la persona que adquirirá una abundancia de bienes. Aquí, con la Bendición Sacerdotal, se le promete que luego de adquirir dichos bienes, estos florecerán de manera sobrenatural.
Pero tras interpretar la primera mitad del versículo de este modo, a Rashi le quedó un problema con la segunda mitad. Pues si la bendición que Dios “protegerá” a la persona se refiere, como parecería a simple vista, a la protección de su vida y salud, ¿por qué escribiría la Torá semejante importante bendición al final del versículo, después de la bendición de la prosperidad de sus bienes, que es de un tenor mucho menor?
Este problema obligó a Rashi a concluir que el final del versículo es una continuación temática del comienzo: que luego de que “tus bienes” han crecido tanto, y uno se ha vuelto tan rico, se volvería un potencial blanco para los ladrones, por lo que precisará una bendición adicional: “que no te ataque una banda de ladrones y robe tu dinero”.
Y tal como la primera mitad del versículo contenía una bendición sin precedentes en la Torá, Rashi concluyó que la segunda mitad debía ser del mismo modo una bendición de alguna forma de protección sin precedentes.
Por eso continuó: “La persona que da un regalo a su sirviente no puede protegerlo de todos los demás, por lo que si vienen bandidos y se lo quitan, ¿qué beneficio tiene él del regalo? Pero Dios es el que da y el que protege”. Es decir, estamos hablando aquí de una forma especial de protección que ningún ser humano puede proporcionar.
Si bien ya hemos explicado completamente el versículo en el plano literal, a Rashi le preocupó que al lector le quede una pregunta: ¿la Bendición Sacerdotal que Dios protegerá a la persona se limita apenas al escenario más bien inusual, que “no te ataque una banda de ladrones”?
En respuesta a este interrogante, Rashi escribió que si bien en el plano literal esta es, en efecto, la interpretación del versículo, el lector debe saber que “también hay muchas interpretaciones midráshicas sobre esto en el Sifrí”.
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 33, pág. 50 y ss.)

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