La descripción del comportamiento de los acaudalados de Ierushalaim y Shomrón nos genera cierta incomodidad, pero, ¿acaso realmente justifica la salida al exilio? ¿Acaso se trata de un pecado tan grave?
“¡Ay de aquellos que están tranquilos en Tzión…
¡Ay de los que alejan el día aciago, y acercan el imperio de la violencia!
los que duermen en camas de marfil, y (en los banquetes) se arrellanan sobre sus lechos, y comen corderos engordados del rebaño, y becerros del engordadero;
los que tocan la nabla, los que, como David, inventan para sí instrumentos de música;
los que beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; pero no se contristan del quebranto de Iosef.
Por tanto ahora irán en cautiverio al frente de los cautivos; y se acabará la algazara de aquellos banqueteadores” (Versículos 1-7)
¿Cuál es el grave pecado por el cual Amós reprende a Israel en estos versículos? ¿Cuál es el motivo tan grave por el cual Israel salieron al exilio? Resulta claro que la descripción del hedonismo de los ricos de Ierushalaim y Shomrón nos provoca cierta incomodidad. Pero, ¿acaso realmente justifica la salida al exilio? ¿Acaso una persona rica no puede disfrutar de su riqueza?
Tal vez, el elemento central figura concretamente en la apertura de la alimentación-“Aquellos que están tranquilos” (Versículo 1)
La complacencia es la que permite a los ricos ser tan impermeables a la crisis de Iosef. Amós, a lo largo de todo el libro, hace referencia a las brechas económicas y sociales. En una sociedad puede haber ricos y pobres, pero la pregunta que surge es ¿cuál es la brecha entre ellos y cuál es el nivel de relaciones? ¿Acaso los ricos tienen claro que los pobres son tana seres humanos como ellos? ¿Acaso sienten ellos que la brecha debe ser reducida o tal vez, dichas brechas les resultan cómodas?
Parece que los ricos en la época de Amós no entendieron que existe un problema, y ésta era la problemática.
La presencia de los pobres en el pueblo no le provocó a los ricos una sensación incomoda por su excesivo despilfarro. ¿Es realmente imprescindible dormir en camas de marfil? ¿O comer corderos engordados del rebaño? ¿Beber el vino de los tazones y colocarse los ungüentos más preciosos? Y junto a ello, asemejar su interpretación musical con la de David sin vergüenza, y sin proporción, al darse la situación de que una capa social del pueblo no contempla su vínculo con el resto de las capas sociales de la población, y la solidaridad que desaparece-el pueblo deja de funcionar como tal, y de todos modos, el exilio se convierte en una consecuencia d esta situación, ya que si no hay pueblo-no hay justificación alguna para un Estado.
Esta importante lección, es conveniente tenerla en cuenta, en nuestra época actual.
Gentileza sitio 929