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¿Qué significa que “Dios circuncidará tu corazón”? (v. 6)
ONKELÓS: Eliminará la necedad de tu corazón.
KLI IAKAR: Dios posibilitará al pueblo judío servirlo, no solo por temor,
sino por amor, como recalca el versículo: “Dios, tu Señor, circuncidará
tu corazón y el corazón de tus hijos, para [que eso te permita]
amar a Dios, tu Señor, con todo tu corazón y con toda tu alma”. Como
uno sólo puede servir a Dios por amor y alegría cuando no está amenazado
por sus enemigos, la Torá continúa: “Dios, tu Señor, colocará
todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre aquellos que te
odian, que te han perseguido” (v. 7).
RAMBÁN: En la Era Futura, a la que se refiere este versículo, Dios
eliminará por completo la existencia de la impureza y el mal, por lo
que la Inclinación al Mal dejará de existir. Este es el significado de
la afirmación: “Dios circuncidará tu corazón”.
¿Por qué dice “Regresarás a... Dios” el versículo 8, cuando ya
lo dijo el versículo 2?
TZROR HAMOR: La primera teshuvá, en el versículo 2, no es una teshuvá
completa porque está inspirada por las difíciles circunstancias
de dolor y sufrimiento. Por eso, en el versículo 8, el pueblo judío hace
teshuvá nuevamente, en aras de Dios y no meramente para aliviar
su sufrimiento.
KLI IAKAR: La expresión “regresarás a Dios” en el versículo 8 no se
refiere a una teshuvá concreta, pues los versículos previos ya describieron
cómo regresará el pueblo judío a Dios. Más bien, el versículo
8 indica que el pueblo judío alcanzará un estado de teshuvá que están
haciendo completamente por sí mismos, sin necesidad de apoyarse
en ninguno de los méritos de sus antepasados.
OR HAJAÍM: ¿Qué necesidad hay que los corazones del pueblo judío
sean “circuncidados” en el versículo 6, después de que han hecho
teshuvá en el versículo 2? ¿Y por qué repite el versículo 8 que
el pueblo judío volverá a hacer teshuvá de nuevo?
En la teshuvá del pueblo judío se describen tres etapas aquí:
a) “Regresarás a Dios, tu Señor, con todo tu corazón y con toda tu
alma. Escucharás Su voz” (v. 2). Esto se refiere al estudio de Torá (“Su
voz”), que es el comienzo de teshuvá.
b) “Dios, tu Señor, circuncidará tu corazón y el corazón de tus hijos,
para [que eso te permita] amar a Dios” (v. 6), es decir, dejarán de transgredir
las prohibiciones de la Torá.
c) “Regresarás y escucharás la voz de Dios, y cumplirás todos Sus
mandamientos” (v. 8), es decir, que también observarán todos los
preceptos positivos (“todos Sus mandamientos”).
Torat Menajem
“CIRCUNCIDAR” EL CORAZÓN (V. 6)
¿Qué significa “circuncidar” un corazón? Si el versículo hablara de “circuncidar”
el prepucio del corazón (como dice arriba, 10:16), entenderíamos que
se refiere a la remoción de cualidades indeseables que se infiltraron en la
estructura emocional de la persona, las que “bloquean” su corazón impidiéndole
amar y temer a Dios (véase Rashi ibíd.). Pero nuestro versículo no
menciona la circuncisión del “prepucio” del corazón, sino del corazón mismo.
¿Qué significa esto, y por qué Rashi no lo aclara?
La pregunta respecto del silencio de Rashi se hace más fuerte por el
hecho de que Onkelós, cuya traducción de la Torá al arameo también
apunta a explicar las Escrituras en el plano literal, sí aborda este tema. Él
explica que la “circuncisión” mencionada aquí se refiere a “quitar la necedad
del corazón”.
Puesto que Rashi explica toda dificultad que surge en el plano literal,
podemos suponer que no encaró este tema porque sentía que el lector
podría aclararlo por sí mismo con simple lógica y el conocimiento de sus
comentarios anteriores.
LA EXPLICACIÓN
Al abordar cualquier problema, las respuestas que se ofrecen pueden
ser de diversa calidad: una respuesta pobre, una aceptable, e incluso una
respuesta excelente. Sin embargo, la mejor de todas es demostrar que la
pregunta misma era infundada.
En nuestro caso, no solo no tiene importancia por qué nuestro versículo
omite “circuncidar el prepucio del corazón”; por el contrario, si lo hubiera
mencionado, entonces habríamos tenido una pregunta legítima. Pues nuestro
versículo se está refiriendo al pueblo judío luego de que “regresarás a
Dios, tu Señor, con todo tu corazón y con toda tu alma” (v. 2), es decir, luego
de que se haya arrepentido y en consecuencia erradicado sus rasgos de
rebeldía (“prepucio”) de sus corazones (comp. con el planteo de Or HaJaím).
Por el otro lado, cuando la Torá habla en ocasiones anteriores acerca
del “prepucio” del corazón, se refiere a rasgos que obstruyen el servicio a
Dios por parte de la persona, ocultando su amor y temor a Él (Rashi sobre
10:16, arriba) y hacen que la persona “trate a Mi[s preceptos] con desidia”
(véase Vaikrá 26:21 y 26:40).
Así, si nuestro versículo hubiese dicho que “Dios circuncidará el prepucio
de tu corazón”, habríamos tenido una pregunta legítima: ¿por qué es necesario
eliminar las barreras emocionales del individuo en el servicio Divino
luego de que ya han sido quitadas (en el v. 2) mediante teshuvá?
Claramente, nuestro versículo se refiere a un nivel de apego emocional
a Dios mucho más elevado, que ocurre después de que la persona ya hizo
teshuvá; un apego que la lleva a “amar a Dios, tu Señor, con todo tu corazón
y con toda tu alma”.
Sin embargo, esto nos deja con las siguientes preguntas:
a) Si solo habláramos aquí de un nivel más elevado de amor a Dios, ¿por
qué utiliza el versículo una expresión negativa, “circuncidar”, que sugiere
la remoción de algo indeseable?
b) ¿Por qué dice que este refinamiento lo producirá Dios (“Dios circuncidará
tu corazón — véase Rambán) y no que será por medio de esfuerzos
adicionales por parte del hombre?
EL CONTEXTO MÁS AMPLIO DEL VERSÍCULO 6
A fin de responder estas preguntas debemos examinar el contexto más
amplio del versículo 6, que es la cúspide de una larga secuencia de acontecimientos
que se iniciaron antes, en el capítulo 29 versículo 15. Allí,
Moshé comenzó a advertir al pueblo judío de la terrible consecuencia de
sus acciones si eligiera pecar, una descripción que continúa hasta el final
del capítulo. Luego, el capítulo 30 se inicia con la promesa de que el
pueblo judío finalmente regresará a Dios, quien reunirá a los exilios.
Visto más detenidamente, la advertencia de Moshé (en el cap. 29) está dividida
en dos secciones diferentes: a) Las causas que llevan a la persona a
pecar (vs. 15-18); y b) las consecuencias de sus pecados (vs. 18-27).
De esto se desprende que incluso luego de que el pueblo judío finalmente
haga teshuvá, extirpando sus pecados y las consecuencias de estos, es necesaria
una etapa adicional de refinamiento para desarraigar las causas que
llevaron a la persona por el camino al pecado en primer lugar.
¿Cuáles son exactamente estas causas? La Torá explica: “Ustedes... vieron
sus desagradables y repugnantes [ídolos de] madera y piedra... Por eso
quizás hay entre ustedes un hombre... cuyo corazón hoy descarría de Dios
nuestro Señor” (29:15-17), es decir, aquí estamos tratando con un caso de
“el ojo ve, el corazón ansía” (Rashi sobre Bamidbar 15:39), y esto hace que el
corazón “descarríe”.
Por lo tanto, incluso luego de que el pueblo judío ha hecho teshuvá y
desarraigó todos sus pecados (descriptos aquí, en 30:1-2), de él se requiere
que luego elimine la causa del pecado — el problema de que si “el ojo
ve, el corazón ansía”.
Pero ciertamente, ¡esta es una realidad de la naturaleza humana! No
parece estar dentro de la habilidad de la persona promedio purificarse al
grado de que no desee lo que ve.
Por eso, la Torá continúa, en el versículo 6: “Dios circuncidará tu
corazón”, es decir, luego de que la persona hizo teshuvá con todo su
corazón y con toda su alma y regresó a Dios (quitando así el “prepucio”
de su corazón), Dios actuará de modo recíproco y circuncidará el corazón
mismo de la persona — cambiando la naturaleza innata del hombre de
desear lo que ve (al cortar esta conexión automática entre los ojos y el
corazón), permitiéndole así servir a Dios con total pureza de espíritu**.
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 29, pág. 167 y ss.; Sijat Shabat Parshat Nitzavím 5743)