Cuando cae tu enemigo, no te alegres

Cuando cae tu enemigo, no te alegres

Yeshaiahu participa del dolor de Moav, y nos enseña que no hay que alegrarse con la caída del enemigo, sino aprender lo que se debe hacer para que no nos suceda a nosotros.

La profecía alusiva a Moav en los capítulos 15-16, forma parte de las profecías de Yeshaiahu en referencia a los pueblos.

La característica interesante de esa profecía es la participación de Yeshaiahu en el dolor del reino de Moav.

El reino de Moav no era un gran amigo de los reinos de Iehudá e Israel. Algunas veces, estuvo sometido a ellos, en otras se liberó de ese yugo (cuando Iehudá e Israel se debilitaron). Y aún así, Yeshaiahu profetiza la derrota de Moav frente a un enemigo anónimo, sin cinismo y con mucha empatía.

Los investigadores sostienen que Yeshaiahu utiliza una antigua lamentación que fue compuesta en Moav, y no cabe duda de que si hubiera querido, podía, fácilmente, convertir esta lamentación en una mirada cínica, despectiva y burlona de la tragedia de Moav, pero Yeshaiahu no lo hace.

En su profecía, Yeshaiahu hace realidad los conceptos del poeta del libro Mishlei, Proverbios: “Cuando cae tu enemigo, no te alegres; cuando tropieza, no se regocije tu corazón” (Mishlei, capítulo 24, versículo 17). En pocas décadas, el destino de Iehudá será igual al de Moav. La caída de Moav no debería ser un factor de alegría para Iehudá, sino un elemento de aprendizaje. Acerca de lo que se debe hacer, para que a nosotros no nos suceda.

Aparentemente, el mensaje no fue internalizado.

Cortesía sitio 929.

 

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