La relación existente entre Israel y Edom es compleja y complicada. La competencia entre Iaacov y Esav esta como apegada a sus descendientes; y ambos pueblos recuerdan la fraternidad, y no obstante, se persiguen mutuamente. En el futuro quedará claro que la redención de Israel implica precisamente la destrucción de Edom.
El encuentro entre Iaacov y Esav es como si hubiera dejado una impronta en la temática de la relación entre hermanos, y entre los pueblos originarios de esos hermanos. Iaacov exagera al acercarse a su hermano, como si se anulara ante él: “Pase ahora mi señor, delante de su servidor” (Bereshit, capítulo 33, versículo 14). Y Esav, también él habla como un hermano mayor a su hermano joven: “Tengo mucho, hermano mío, sea para ti lo que es tuyo” (Bereshit, capítulo 33, versículo 9).
Los sentidos sensibles del Rambán sintieron que dicho dialogo no es apropiado para Iaacov. Y realiza la siguiente observación: “Y según mi parecer, ello también será una videncia que hemos comenzado nuestra caída en manos de Edom. Ya que los reyes en la época del segundo Beit Hamikdash, Gran Templo hicieron un pacto con los romanos, y esa fue la causa de su caída en sus manos”
La humillación y la anulación por parte de Iaacov ante Esav, es similar a la humillación de Iehudá el Macabeo frente a Roma. Un lector contemporáneo no podrá creer lo que escucha, cuando se le relate acerca del texto del pacto acordado entre Iehudá el Macabeo y Roma. Y este es el texto escrito sobre las tablas de cobre y enviado a Ierushalaim: “Habrá paz entre los romanos y el pueblo de los judíos, por mar y por tierra por siempre, y la espada y el enemigo estarán lejos de ellos. Y si Roma tuviera una guerra…se unirá a los judíos cuando la situación así lo imponga y de todo corazón…y del mismo modo, si el pueblo de los judíos estuviera en situación de guerra por primera vez, los romanos se unirán de corazón, cuando el tiempo lo imponga”. Doscientos cincuenta años después, ¡los romanos destruyeron la Tierra de Israel!
La relación existente entre Israel y Edom es compleja y complicada. La competencia entre Iaacov y Esav esta como apegada a sus descendientes; y ambos pueblos recuerdan la fraternidad, y no obstante, se persiguen mutuamente.
Cuando Israel quiere ingresar a la tierra, y solicita pasar por la tierra de Edom, se dirige diciendo “Así dijo tu hermano Israel…” (Bamidbar, capítulo 20, versículo 14), pero Edom se niega groseramente.
Al rehusar Edom recordar la fraternidad, se transformó en un enemigo manifiesto, y escuchamos sobre guerras y conquistas en Edom y acerca de rebeliones de su parte a lo largo de los años.
Y no obstante, a pesar de la guerra, los profetas esperan un trato justo por parte de Edom, y al respecto, sostiene el profeta Amós: “Así dice el Señor: "Por tres crímenes de Edom, y por el cuarto, no apartaré el castigo de él: porque persiguió a espada a su hermano, y sofocó todo afecto fraternal, y en su ira destrozaba perpetuamente, y guardó para siempre su encono, enviaré un fuego contra Temán, que devorará los palacios de Bosrá” (Versículos 11-12).
La descripción de la última venganza contra Edom, es brindada por el profeta Yeshaiahu (Yeshaiahu capítulo 63). Describe que el rey Mashiaj proviene de Edom, con vestimentas esplendidas pero manchadas de sangre. Y el profeta pregunta: “¿Por qué es roja Tu vestidura, y Tus ropas, como del que pisa en el lagar?” (Yeshaiahu, capítulo 63, versículo 2) la respuesta identifica la redención de Israel con la destrucción de Edom: “Pisado he Yo solo la cuba, y de los pueblos no había hombre conMigo; Yo, pues, los seguí pisando en Mi ira, y los hollaba en Mi indignación… Porque el día de venganza estaba en Mi corazón, y el año de Mis redimidos había llegado” (Yeshaiahu, capítulo 63, versículos 3-4). El día de la venganza-es el año dela redención. La redención de Israel es la destrucción de Edom.
Las palabras de Yeshaiahu son una especie de eco de la profecía que le fuera transmitida a Rivka, en momentos en que Iaacov y Esav se agitaban en su seno: “Dos pueblos hay en tu vientre, y dos naciones desde tus entrañas se han de bifurcar; mas una nación será más vigorosa que la otra. Y el mayor servirá al menor” (Bereshit, capítulo 25, versículo 23). Y al respecto, Rashi señala: “No compartirán la grandeza, cuando este surge, el otro cae”. “Porque el día de venganza estaba en Mi corazón, y el año de Mis redimidos había llegado” (Yeshaiahu, capítulo 63, versículo 4).
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