Debarim 26 versículos 12-15
Cada tres años, en el año del diezmo (maaser) separarás la décima parte de los frutos de tus campos y se las darás al Leví, al converso, al huérfano y a la viuda; para que coman hasta saciarse en tu ciudad.
Entonces dirás ante el Eterno tu Dios: He sacado las cosas santificadas (el diezmo) de mi casa y las he dado al Leví, al converso, al huérfano y a la viuda, conforme a Tus preceptos que me has ordenado cumplir. No he transgredido ninguno de esos mandamientos, ni los he olvidado. No he comido de ellas (las cosas santificadas) estando de luto, ni las he sacado estando impuro. No las he ofrecido a los muertos, sino que he obedecido la voz del Eterno mi Dios, y he obrado tal como me ha ordenado.
Contempla oh Señor, desde Tu santa morada, desde los cielos, y bendice a Tu pueblo, a Israel. Y bendice la tierra que juraste a nuestros padres darnos a nosotros, tierra que mana lechey miel.
Preguntas
• ¿Cuánto se debe separar de las cosechas y a quien debe entregárselo?
• ¿Cuándo se sacaba el diezmo? ¿En qué años?
• ¿Qué tipo de diezmos hay?
• ¿Todos los años se separa el mismo diezmo?
• ¿A quién debe darle el diezmo y por qué?
• ¿Por qué se da el diezmo justo en esos años? ¿Por qué no darlos todos de una sola vez?
• ¿Por qué debe allegarse hasta el santuario y recitar todo esa declaración acerca del maaser?
• ¿Cuál es el objetivo de todo esto?
• ¿Por qué dice que no lo comió estando de luto?
• ¿Qué tipo de bendición es la que está implorando?
• Cuando dice: y bendice a Tu pueblo, a Israel. Si dice: a tu pueblo se sobreentiende que es Israel, ¿para qué repite? Es redundante.
• ¿Para qué recalca el tema de Tierra que mana Leche y Miel?
• ¿Por qué en este contexto es que recuerda la promesa que Dios les hizo a los patriarcas de darles la tierra de Israel?
• ¿Qué mensaje se encuentra detrás de todo esto?
Respuestas
Existen dos preceptos acerca de lo que debe separar de la cosecha: Terumá y Maaser. Además de los preceptos de Pea (las puntas del campo) Shejijá (gavillas olvidadas y las gavillas que se les caían)
La Terumá Guedolá, es lo primero que separa el agricultor de Israel y es el 2% del total; que se lo entrega a los cohanim, esto lo hace todos los años menos el séptimo año.
Luego separa el Maaser Rishón (primer diezmo). Esto es, separar el 10% de lo que le quedó (del 98%) y se lo entrega a los Leviim. El Maaser Rishón lo hace todos los años menos el séptimo.
Los Leviim, al recibir este diezmo (el 9.8% de la cosecha), separan ellos también un diezmo (Terumat Maaser) (el 0.98% de la cosecha) y se lo entregan a los Cohanim, esto lo hacen todos los años menos el séptimo.
El agricultor de Israel luego de que separa el 2% como Terumá Guedolá para el cohen y haber separado el Maaser Rishón para los Leviim (el 10% de lo que le quedo luego de separar la Terumá Guedolá). Ahora debe sacar el Maaser Shení o Maaser Ani (segundo diezmo o Diezmo para los pobres) que es el 10% de lo que le queda.
En resumen del 100% de la cosecha:
2% del total Terumá Guedolá para el Cohen
10% de lo restante (9.8% del resto) Maaser Rishón para el Leví.
10% de lo restante (8.8% del resto) Maaser Shení o Maaser Ani
Le quedan para él aproximadamente el 80% de la cosecha. (79.38% para ser más exactos)
Este Maaser Shení (segundo diezmo) no se separa todos los años. Sino en el primero, el segundo, el cuarto, y el quinto año luego del año sabático y debe ser comido por el agricultor y su familia en Jerusalem.
El Maaser Ani (diezmo para los pobres), se separa sólo el tercer y el sexto año, y debe ser entregado a los pobres, a los conversos, a la viuda y a los huérfanos.
Esta declaración que hace el agricultor en el santuario, no la debe hacer todos los años, sino solo en aquellos años que separa el Maaser Ani (diezmo para los pobres), que ocurre en el año tercero y sexto luego del año sabático. Pues es ahí donde se cierra el ciclo (dos años comió él y su familia en Jerusalem y un año lo entregó para los pobres).
Todo este ciclo entre los años sabáticos, la Toráde a poco nos va acostumbrando a dar. De esta manera, los dos primeros ciclos de 3 años cada uno, dos años come él con su familia y el tercero le da a los pobres. Luego llega el año sabático, en que las cosechas de todo el pueblo son para todos. Así hasta llegar hasta el año 49 en que es año sabático y le sigue el año 50, Yovel, (el jubileo) en que no solo la cosecha no le pertenece sino que las tierras vuelven a sus antiguos dueños.
Con respecto a la declaración, dice que no ha comido estando de luto. Esto quiere decir que el Maaser Shení deber ser comido con alegría, pues ese es el verdadero honor del precepto. Tal como dijo Aarón cuando Moshé le reclamó ¿por qué no comió de la ofrenda de la inauguración del santuario? y Aarón le respondió que no sería del agrado de Dios que él coma de la ofrenda estando de duelo por la muerte de sus hijos que acababa de suceder.
Cuando va a hacer una ofrenda a Dios, debe ser hecha con alegría y entusiasmo, se está dirigiendo a su Dios que es lo más importante y trascendente de su vida.
Ejemplo de esto es cuando debe interrumpir todo porque llegó el momento de rezar. No se trata de parar todo lo que está haciendo y ponerse a rezar a desgano por haber tenido que dejar las cosas a medio hacer. Sino que es al revés, debe suspender todas sus actividades con la convicción de que ahora va a hacer un acto muy importante; por eso debe hacerlo con alegría y entusiasmo y no debe ser interrumpido por nada.
Cuando dice: he obedecido la voz del Eterno mi Dios, y he obrado tal como me ha ordenado esto recalca que todo lo que ha hecho, no es a causa de un arrebato de misericordia o bondad que lo ha invadido, sino que es producto de su sometimiento total a Dios que le ha ordenado obrar de esa manera.
Luego de todo esto es que puede implorar y pedir a Dios que le otorgue Su bendición (manutención) y dice Contempla oh Señor, desde Tu santa morada, desde los cielos, y bendice a Tu pueblo, a Israel y dice que la morada de Dios está en los cielos, porque esto implica una distancia y respeto. No se dirige a Dios como si fuera su amigo, sino con mucho respeto, distancia y temor reverencial.
Si bien aparentemente es redundante cuando dice bendice a Tu pueblo, a Israel La idea es recalcar, que la bendición recae cuando el pueblo se comporta como Israel, es decir, Iashar El, correcto ante Dios.
Entonces cuando Dios bendiga al pueblo y le otorgue manutención, lluvias y cosechas abundantes, la tierra desarrollará todo su potencial y será una tierra que mana leche y miel.
El maaser, no se trata solamente de Tzedaká (benevolencia) pues, vemos que durante varios años es él y su familia los que se benefician de ese diezmo y no los pobres.
Tampoco es solamente agradecimiento a Dios por la abundancia que le dio, pues si así fuera, debería ser entregado al santuario y hacer ofrendas de agradecimientos (Korbán Todá o Shelamim) y no comerlo él y su familia.
Sino que la idea principal del Maaser es que, a pesar de haber trabajado el campo y haber levantado la cosecha, reconoce que todo pertenece a Dios y que es Él el que nos dice qué debemos hacer con la cosecha.
Aun aquellos Maaserot que comemos junto a nuestra familia, no lo hacemos meramente como un festejo particular o banquete por la abundancia, como se solía hacer cuando se esquilaba el ganado o se levantaba la cosecha, pues si este fuera el motivo, debería comerlo en su casa y no trasladarse hasta Jerusalem junto con toda su familia para comerlo allí. Sino que lo hacemos porque Dios nos lo dijo, es por eso que lo comemos en Jerusalem en estado de pureza y no en la comodidad de nuestros hogares. El verdadero motivo es alegrarse con Dios y junto a Él, con la santidad del Templo y la sabiduría de Jerusalem. Agradecimiento, reconocimiento y alegrarnos junto a Dios, mientras adquirimos valores de santidad y sabiduría.
La cosecha es de Dios y el agricultor hace lo que Dios le encomienda hacer con ella.
En realidad, deberíamos darle todo a Dios, pues todo le pertenece. Él es el que envía las lluvias para que rieguen los campos, el que hace germinar las semillas, el que hace salir la cosecha y el que nos mantiene con vida para que podamos levantar la cosecha. Darle solo el 10% es poco, pero lo damos, porque Él lo dijo.
Es como un padre que le compra a su hijo un chocolate. El hijo se alegra y se deleita con toda esa tableta de chocolate, el padre se le acerca y le pide si le convida un cuadradito de ese chocolate, el hijo se niega, frunce el ceño mientras aferra el chocolate bajo su brazo… Obviamente que esta actitud es despreciable, y tal vez su corta edad es la causante de esta manera de actuar. En realidad debería haberle ofrecido todo el chocolate…
El precepto anterior a este era el de Bikurim (primicias) en donde se le trae a Dios lo primero y lo mejor de nuestros frutos, lo más esperado, luego de trabajar el campo y los árboles frutales, el primer fruto, lo que coronaria nuestro esfuerzo, aquello que nos otorga la alegría del fruto del trabajo, eso lo apartamos para Dios. Algo similar a lo que sucede con los primogénitos, el primer hijo que lo consagramos a Él. Pues Dios es lo más elevado (El Elión, Dios Altísimo)
Luego con el maaser afirmamos que de Dios es todo. A Dios le pertenece la tierra. Koné Shamaim Baaretz (dueño de los cielos y la tierra).
Es por eso que nos dice esto justo antes de hacer el pacto con el pueblo, pues la idea de los Bikurim y el Maaser, es lo que nos da la noción de la esencia del pacto. Es decir, que Dios es lo más elevado y que de Él todo depende. Por lo tanto, debemos darle a Dios lo que es de Él: nosotros y todo lo nuestro le pertenece.
Fue justamente Abraham el primero que dio maaser, es decir, el padre de esta idea, él fue el que dijo: El Elión KonéShamaimBaaretz- Dios Altísimo dueño de los cielos y la tierra.
Así lo heredó Yaacob, cuando luego del sueño de la escalera, promete darle a Dios el diezmo, aun con lo mínimo que Dios le habría de dar (pan y vestimenta)
Más aun, Abraham estaba dispuesto a entregar a Dios a su hijo, al que tanto quería, estaba dispuesto a darle a Dios lo que todo ser humano más quiere: a su hijo. De esta manera estaba diciendo que todo es de Dios.
Es por eso que ahora dice: Y bendice la tierra que juraste a nuestros patriarcas…