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¿Por qué trajeron los líderes su donativo al final,
después del resto del pueblo judío? (v. 27)
RASHI: Rabí Natán dijo: ¿Qué impulsó a los líderes a donar primero
para la inauguración del Altar, y no para la construcción del Tabernáculo?
Dijeron: “Que la comunidad done lo que habrá de donar, y
cualquier cosa que falte la completaremos nosotros”. Como la comunidad
donó todo —como fue dicho: “El trabajo fue suficiente” (más
adelante, 36:7), los líderes dijeron: “¿Qué haremos?” Por lo que trajeron
las piedras shóham, etc. En consecuencia, cuando llegó el momento
de traer donativos para la inauguración del Altar, ellos los trajeron
primeros. Como al principio estuvieron ociosos, falta una letra de su
nombre, y hanesiím/הנשיאים está escrito faltando la letra iud/הנשאם, י
Torat Menajem
¿PROBLEMAS CON RASHI? (V. 27)
a) El comentario de Rashi aquí es más bien extenso. ¿No se podría
haber comprimido la idea básica en unas pocas líneas?
b) El enfoque de la Torá siempre es positivo. De hecho, hasta en
referencia a animales la Torá no habla despectivamente (Bavá Batrá
123a). ¿Por qué era necesario desviarse aquí de esta senda, y enseñarnos
que los líderes del pueblo judío eran “ociosos”?
c) Cuando los líderes se encontraron con que todo había sido donado,
¿por qué dijeron: “Qué haremos”? ¡Deberían haber dicho: “¿Qué hemos
de traer?”!
d) ¿Por qué analizó Rashi los donativos para la inauguración del Altar?
Seguramente la explicación se entiende sin tanto detalle.
LA EQUIVOCACIÓN DE LOS LÍDERES
En esta instancia los líderes copiaron el precedente de Moshé. Cuando
Moshé descendió del Monte Sinaí con instrucciones para el pueblo judío, la
Torá declara que “Moshé descendió de la montaña al pueblo” (Itró 19:14).
Rashi comenta: “Esto nos enseña que Moshé no volvió a sus propios
quehaceres, sino que fue directamente de la montaña al pueblo” (ibíd.).
Las acciones de Moshé aquí sentaron un precedente, que un auténtico
líder judío atiende las necesidades de su gente antes que las propias.
Así, en nuestro caso, los líderes consideraron impropio donar primeros
al Tabernáculo, antes que la gente. Más bien, decidieron “Que la
comunidad done lo que habrá de donar, y cualquier cosa que falte la
completaremos nosotros”. O sea, pusieron primero las necesidades
espirituales de la gente.
Por consiguiente, el hecho de que los líderes dieron su donativo últimos
no es difícil de comprender. Más bien, la pregunta es a la inversa: “¿Qué
impulsó a los líderes a donar primeros para la inauguración del Altar?”
¿Cómo pueden haberse puesto primeros los líderes y donar para la
inauguración del Altar antes que el pueblo?
Para contestar esta pregunta, Rashi encontró necesario aclarar, con
cierto detalle, el preciso razonamiento de los líderes.
Dicho brevemente, los líderes adoptaron aquí un enfoque que
comúnmente sería apropiado. En este preciso caso, sin embargo, estuvo
un tanto mal calculado.
Ellos habían razonado que el pueblo judío podría no donar en medida
suficiente para construir el Tabernáculo, y su papel como líderes sería
estimular a la gente a hacerlo en la medida necesaria.
Sin embargo, cuando vieron que, sin asistencia alguna, “la comunidad
donó todo”, se dieron cuenta de que su papel de liderazgo (como ellos lo
habían percibido) había mostrado ser redundante, por lo que
exclamaron: “¿Qué haremos?” En otras palabras: “¿Cuál es el sentido de
nuestro liderazgo si la observancia del pueblo judío es impecable sin
nosotros?”
Esto los impulsó a reconsiderar cuál debería haber sido su papel en
esta situación.
Obviamente, los líderes no eran “ociosos” en el sentido literal. Después
de todo, estamos hablando aquí de individuos virtuosos (tzadikím) cuyo
ejemplo era inspirador a todo Israel. Más bien, Rashi sugiere que, en este
caso —considerando la situación a mano— a sus acciones les faltó la
diligencia necesaria.
Se explicó arriba (véase el comentario al vers. 5), que la construcción
del Tabernáculo era una expiación por el Becerro de Oro. Como éste fue
construido con un alto grado de velocidad y entusiasmo, era crucial que
los donativos para el Tabernáculo se dieran con un grado igual, si no
mayor, de entusiasmo, para asegurar que la expiación fuera completa.
La equivocación de los líderes fue que temieron que el pueblo judío no
ofrecería suficientes donativos, y ellos precisarían inspirarlos a la acción.
En verdad, sin embargo, el pueblo judío ya estaba inspirado, y el papel
de los líderes debería haber sido inspirar a la gente a hacer sus donativos
a un paso todavía mayor, con más entusiasmo aún. Por lo tanto, a pesar
de que un líder comúnmente pone sus propios intereses luego de los de
la gente, en este caso deberían haber contribuido primeros, para dar el
ejemplo de una donación entusiasta y veloz.
Así, en el análisis final, los móviles de los líderes fueron nobles, pero su
plan estaba ligeramente mal calculado. Por lo tanto, cuando llegó el
momento de donar para la inauguración del altar, corrigieron su
equivocación.
(Basado en Likutéi Sijot, Vol. 16, pág. 424 y ss.)