La estructura del capítulo 31 presenta dos opciones para el futuro: una-hace referencia al futuro con optimismo y esperanza; mientras que la segunda-es pesimista, y plantea la posibilidad de que el pueblo se prostituya y Dios se oculte de él.
El capítulo 31 está colmado de duplicidades
1. Dos discursos y dos oradores. En dos ocasiones, a lo largo del capítulo, hay una apertura del discurso que surge a partir de la inminente muerte de Moshé. En el versículo 1 y en el versículo 14. En el primer discurso, es Moshé el orador ante el pueblo de Israel, mientras que en el segundo discurso, Dios le habla solamente a Moshé.
2. El fortalecimiento de Iehoshúa: en el versículo 7 Moshé lo fortalece a Iehoshúa y le dice “Sé fuerte y ten valor”. Y en el versículo 23, es Dios mismo el que fortalece a Iehoshúa.
3. La escritura de la Torá y su entrega: los versículos alusivos a la escritura de la Torá y su entrega a los hijos de Leví, figura en dos ocasiones, en el versículo 9 y en el versículo 24.
4. Hakhel: el mandamiento de “Hakhel” de Moshé, que figura en los versículos 10-13, aparece repetido en el final del capítulo. Allí, Moshé recibe el pedido de agrupar a los ancianos de las tribus y los alguaciles (policías) para manifestarles algo. Como veremos más adelante, hay una diferencia entre ambas órdenes, pero la similitud es clara y concreta. A pesar de que desde el aspecto estructural, las dos mitades se ven parecidas, la lectura exhaustiva de los versículos nos revela que ambas mitades suenan cual melodías totalmente diferentes.
En la primera mitad, el texto ilustra en forma muy positiva el precepto de “Hakhel”. El objetivo supremo del evento de “Hakhel” es el de fortalecer y agudizar el servicio de los hijos de Israel, cuando ya se encuentran en la tierra y de hacer retornar a los hijos que “se alejaron de Dios” a la senda correcta. La mirada hacia el futuro es optimista, y a raíz de la ceremonia del pacto, las próximas generaciones aprenderán a ser buenos servidores y temerosos de Dios
En forma simultánea, hay una descripción muy negativa del futuro por venir, Dios no lo permita. Allí, los miembros de Israel son descriptos como aquellos que se encaminan a corromper su camino y la finalidad de la escritura y de la convocatoria no es para hacerlos retornar a la senda correcta, sino para justificar el castigo que habrán de recibir como consecuencia de sus faltas.
En la primera mitad, al inicio de las palabras, Moshé le relata a Israel que él ya no puede conducirlo pero que todo estará bien porque Dios habrá de acompañar a Israel y no los abandonará y también Iehoshúa quedará como el líder del pueblo.
En la segunda mitad, cuando Dios habla con Moshé, los conceptos expresados son más duros en relación al futuro de Israel. Aquí es descripta una realidad de ocultamiento, fase en la cual, Dios no se halla en el seno del pueblo. Exactamente lo opuesto a lo visto en la primera mitad.
A la luz de la duplicidad de las mitades, puede manifestarse que el texto nos permite dos opciones de “futuro”: Una, positiva, y la segunda, negativa. La primera mitad puede ser calificada como “futuro optimista”, mientras que la segunda, puede definirse como “futuro pesimista”.
La esperable continuidad de la segunda mitad, tal como lo postulara el Rambán, es el cántico de “Haazinu”:
El objetivo del cántico, que figura luego de la descripción pesimista de la realidad, es el de recordarle al pueblo (a modo testimonial) de que Él no se aleja del pueblo de Israel, sino que solamente oculta su rostro. Esta es la gran noticia por la cual se le debe enseñar a todo el pueblo de Israel, el cántico de Haazinu-cuando sucederán estas terribles desgracias, el pueblo de Israel sabrá que se trata de una realidad de ocultamiento de Dios y no habrá de pensar que Dios los ha abandonado.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".