Aquel que se levanta cada mañana y reza, no recibe de Dios un regalo de sensibilidad moral para la festividad. “El camino de Dios” es una combinación de apego religioso y sensibilidad social.
Antes de que Dios destruyera Sedom (Sodoma), Él decidió comunicárselo a Abraham. ¿Por qué?
“Pues yo le he escogido¹ - para que prescriba a sus hijos y a su descendencia en pos de él para que observen la senda de Dios, ¿y cuál es la senda de Dios? Al practicar justedad y derecho”(versículo 19). Tras notificarse Abraham de la intención de Dios de destruir a Sedom, de inmediato le suplica a Dios para que modifique el decreto, por el intenso amor al prójimo que hay en él.
Abraham también determina el otro lado de la ecuación: abandonar el servicio de Dios puede derivar en una sociedad salvaje y desenfrenada en el ámbito moral.
Cuando Abraham y Saráh llegan a Guerar (capítulo 20), Abraham oculta la identidad de Saráh, y argumenta que es su hermana. Más tarde él le explica a Avimelej su decisión: “Pues he pensado: Seguramente no hay temor a Dios en este lugar y me matarán por causa de mi mujer” (Capítulo 20, versículo 11). El temor a Dios es esencial para desarrollar una sensibilidad moral y social. Sin el temor a Dios, surge el peligro de degeneración moral y valorativa. “Si no hay Dios”, dijo Dostoyevski, “todo está permitido”.
¿Acaso siempre la vida se rige según esta ecuación? Muy lamentablemente, no.
Muchas personas religiosas no se comportan de acuerdo a los parámetros morales instituidos por nuestro patriarca Abraham.
Abraham nos presenta la máxima aspiración de la vida religiosa: apego total al Soberano del mundo, lo que nos conduce también a la integridad moral y social. No hay aquí un hecho consumado, sino una consigna. Incluso aquel que se levanta cada mañana y reza, no recibe de Dios un regalo de sensibilidad moral para la festividad.
Solo el trabajo en ambos niveles, es el servicio a Dios completo e íntegro-“el camino de Dios”.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, del libro "Perashot" publicado por Koren
El Rab Jaim Navón cursó sus estudios rabínicos en la Yeshivá “HarEtzion” de 1992 a 2004. Actualmente dicta cursos de Talmud y Pensamiento Judío en el Instituto Herzog, en la Yeshivá “HarEtzion” y en “Midreshet Lindenbaum”.